En España, el salario más frecuente, que es aquel que percibe la mayoría de trabajadores, se sitúa en torno a los 15.574 euros brutos anuales.
Esta cifra apenas supera en 400 euros el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijado para 2025 en 16.576 euros brutos al año, tras la última subida del 4,4% acordada entre Gobierno y sindicatos.
El dato resulta llamativo: en uno de los países con mayor renta de la Unión Europea, más de la mitad de los asalariados cobra cantidades muy próximas al mínimo legal.
Esta realidad evidencia dos tendencias preocupantes:
- La concentración de los salarios bajos.
- La escasa capacidad del mercado laboral español para generar empleos con sueldos medios o altos.
La subida del SMI ha beneficiado a unos 2,4 millones de trabajadores, especialmente mujeres y jóvenes, que conforman la mayoría de perceptores. Sin embargo, la cercanía del sueldo más frecuente al SMI pone de manifiesto que gran parte del empleo creado sigue siendo precario o poco cualificado.
El impacto de la subida del SMI: alivio relativo para los salarios más bajos
El incremento del SMI hasta los 1.184 euros mensuales en 14 pagas (o 1.381 euros mensuales si se prorratean en 12 meses) era una reivindicación histórica de los sindicatos y busca paliar la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación reciente. La medida tiene efectos claros:
- Garantiza que ningún trabajador cobre menos de esa cantidad.
- Protege a quienes carecen de convenio colectivo propio.
- Aumenta la presión sobre las empresas para mejorar las condiciones salariales básicas.
Sin embargo, elevar el suelo salarial no resuelve por sí solo los problemas estructurales del mercado laboral español: la polarización salarial y la baja productividad media en sectores con abundante mano de obra poco cualificada siguen siendo grandes retos. Además, una parte importante del tejido empresarial —sobre todo pymes y autónomos— afronta mayores costes laborales en un contexto económico incierto.
¿Quiénes se benefician y quiénes lo nota menos?
- El 65% de quienes ven mejorado su salario con el nuevo SMI son mujeres.
- Más del 26% son jóvenes entre 16 y 24 años.
- Por sectores, destaca el impacto positivo en la agricultura (31%), los servicios (14%) y, en menor medida, la industria y la construcción.
La crónica cifra de paro: España sigue a la cabeza europea
La otra cara del mercado laboral es el paro. En el primer trimestre de 2025, la tasa ha subido hasta el 11,4%, tras un aumento cercano a los 200.000 desempleados respecto al cierre de 2024. Se trata del mayor repunte trimestral desde 2013. Aunque la comparación anual arroja algo más de optimismo —con casi 200.000 parados menos que hace un año— lo cierto es que España sigue duplicando la media europea (que ronda el 5-6%).
Pese al crecimiento económico reciente y a récords históricos en afiliación a la Seguridad Social durante algunos meses, estas cifras confirman que el empleo creado no es suficiente para absorber todo el aumento de población activa ni para reducir drásticamente el paro estructural.
Claves del desempleo español:
- La tasa entre jóvenes y mujeres sigue siendo especialmente alta.
- El crecimiento económico no logra reducir el paro al ritmo deseado por factores como:
- Elevada temporalidad.
- Rotación frecuente.
- Bajo nivel formativo en amplios segmentos laborales.
- Sectores productivos con baja demanda internacional.
Un mercado tensionado: vacantes sin cubrir y presión sobre salarios
Pese a las altas tasas de paro, muchas empresas tienen dificultades para cubrir puestos cualificados. La llamada «tasa de vacantes» ha seguido aumentando respecto a años anteriores: faltan perfiles técnicos y especializados mientras abunda mano de obra poco formada. Este desajuste tiene varias consecuencias:
- Dificulta la contratación estable.
- Eleva la presión sobre los salarios en sectores con escasez relativa.
- Ralentiza mejoras globales porque muchos empleos siguen siendo poco productivos o mal remunerados.
El envejecimiento poblacional y las bajas tasas de participación laboral agravan este panorama. Aunque se prevé que el empleo crezca un 2% este año y que el paro baje hasta promediar un 10,7%, España sigue lejos del pleno empleo europeo.
¿Por qué tantos españoles cobran cerca del salario mínimo?
Varias razones explican esta anomalía:
- Abundancia de empleos poco cualificados.
- Peso elevado del sector servicios (hostelería, comercio), donde prevalecen contratos temporales o parciales.
- Debilidad histórica de la negociación colectiva en muchas ramas económicas.
- Competencia internacional que limita márgenes salariales en sectores industrializados.
Las reformas recientes han tratado de atajar estos problemas —subida continuada del SMI, impulso a contratos indefinidos— pero no han conseguido aún transformar profundamente la estructura salarial.
¿Qué perspectivas hay para los próximos años?
Las previsiones económicas anticipan cierta mejora si se mantiene el crecimiento del PIB (estimado en torno al 2% para este año). Sin embargo:
- La desigualdad salarial seguirá siendo un reto central si no aumentan los empleos cualificados.
- El paro estructural difícilmente bajará del 10% sin cambios profundos en educación y modelo productivo.
- Las tensiones entre subida salarial y competitividad empresarial podrían generar debates recurrentes sobre costes laborales e inflación.
En definitiva, mientras el sueldo más frecuente siga tan próximo al salario mínimo, España continuará enfrentándose al reto crónico de mejorar tanto la cantidad como la calidad del empleo. Hacerlo exigirá consensos sociales duraderos e inversiones sostenidas en formación e innovación productiva. Por ahora, millones de españoles siguen trabajando mucho… pero cobrando poco más que lo mínimo legalmente permitido.
