Un repunte que amenaza al bolsillo del ciudadano

El litro de combustible va hacía los 2 euros en España por la crisis de Irán, el cierre del Estrecho de Ormuz y la especulación

La tensión geopolítica en Oriente Próximo y los riesgos en las rutas petroleras disparan el precio de la gasolina en España

El litro de combustible va hacía los 2 euros en España por la crisis de Irán, el cierre del Estrecho de Ormuz y la especulación

El precio de la gasolina en España vuelve a situarse en el centro del debate económico y social.

En plena escalada de la crisis entre Irán e Israel, el cierre del Estrecho de Ormuz —una de las arterias clave para el suministro mundial de petróleo— ha reavivado la volatilidad en los mercados energéticos.

Este repunte de la tensión internacional ya se refleja en los surtidores españoles, donde el litro de combustible se encamina peligrosamente hacia los 2 euros, una cota psicológica que no se veía desde los momentos más álgidos de la guerra en Ucrania.

En los últimos días, el precio medio del litro de gasolina 95 en España ha superado los 1,46 euros, mientras que la gasolina 98 se sitúa cerca de 1,66 euros. El diésel, por su parte, ronda los 1,36 euros por litro. Estos valores, aunque todavía lejos del umbral de los 2 euros, muestran una tendencia clara al alza. La amenaza del conflicto en Oriente Próximo y el posible bloqueo del Estrecho de Ormuz añaden presión a un mercado ya tenso por otros factores como los recortes productivos de la OPEP+ y las interrupciones logísticas globales.

El Estrecho de Ormuz es un punto estratégico: por él pasa cerca del 20% del petróleo mundial. Su cierre provoca un shock inmediato en los precios internacionales del crudo, lo que se traslada rápidamente a los precios finales en las gasolineras españolas. El escenario es especialmente delicado porque España depende casi totalmente de las importaciones para abastecer su demanda energética.

Factores que influyen en el precio

Los precios finales que pagan los consumidores están condicionados por una serie de factores:

  • Cotización internacional del barril Brent
  • Impuestos nacionales (IVA e Impuesto Especial sobre Hidrocarburos)
  • Costes logísticos y márgenes de distribución
  • Cotización del euro frente al dólar
  • Contexto geopolítico global

Aunque el precio del petróleo es determinante, el traslado a los surtidores no es inmediato: existe un desfase temporal que puede variar según la evolución y duración de las tensiones internacionales.

Comparativa europea y presión social

En comparación con otros países europeos, España sigue estando por debajo de la media comunitaria. Mientras aquí el litro ronda los 1,46 euros para la gasolina 95, en Francia supera los 1,55 euros; en Italia alcanza los 1,59 euros y en Alemania se sitúa cerca de los 1,58 euros. Sin embargo, la escalada preocupa por su impacto directo sobre la inflación y el poder adquisitivo.

Llenar un depósito medio (50 litros) cuesta actualmente más de 73 euros para gasolina 95 y más de 82 euros para gasolina 98. El encarecimiento golpea especialmente a sectores como el transporte profesional y a las familias que dependen del vehículo privado para sus desplazamientos diarios.

Reacciones políticas y empresariales

La subida continuada ha reabierto el debate sobre medidas paliativas. El Gobierno descarta, por ahora, reimplantar descuentos generalizados como el aplicado durante la anterior crisis energética. Desde las asociaciones empresariales se reclama una rebaja fiscal temporal o incentivos para acelerar la transición hacia vehículos menos dependientes del petróleo.

Las grandes petroleras como Repsol mantienen precios superiores a la media pero ofrecen descuentos mediante programas de fidelización. Mientras tanto, las cadenas low cost ganan cuota gracias a precios algo más competitivos.

Incertidumbre global: Irán y Ormuz como epicentro

El contexto internacional es clave. La creciente hostilidad entre Israel e Irán amenaza con desestabilizar aún más Oriente Próximo. El temor a ataques o bloqueos en puntos críticos como Ormuz genera incertidumbre entre inversores y operadores energéticos. Si se produjera un cierre efectivo o incluso parcial del estrecho, los analistas prevén que el barril Brent podría superar rápidamente los 100 dólares.

Este escenario repercutiría directamente sobre todos los mercados occidentales y afectaría especialmente a economías dependientes como la española. Las empresas importadoras ya han advertido sobre posibles problemas logísticos y subidas adicionales si se agrava la situación.

Alternativas y retos para consumidores

La escalada actual alimenta el debate sobre movilidad sostenible. Ante un entorno tan volátil y unos precios cada vez más inciertos, crecen las voces que abogan por acelerar la implantación del vehículo eléctrico o híbrido. Sin embargo, muchos consumidores aún dudan ante factores como el coste inicial, las infraestructuras insuficientes o las dudas sobre la autonomía real.

Mientras tanto:

  • Los usuarios buscan repostar donde encuentran mejores ofertas.
  • Las aplicaciones móviles para comparar precios ganan popularidad.
  • El transporte público incrementa su demanda en grandes ciudades.
  • Sectores como agricultura o logística advierten sobre posibles aumentos de costes si persiste esta tendencia alcista.

Mirando al futuro inmediato

La evolución del precio final dependerá fundamentalmente del desarrollo geopolítico en Oriente Próximo y de cómo respondan tanto productores como gobiernos. Por ahora, lo único seguro es que llenar el depósito será cada vez más caro si se mantiene la tensión internacional —y cualquier noticia negativa sobre Ormuz puede suponer un nuevo salto hacia ese temido umbral psicológico de los 2 euros por litro.

En este contexto incierto, tanto consumidores como empresas miran con inquietud el mapa energético global mientras ajustan sus presupuestos al vaivén diario del mercado petrolero español.

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