Conseguir una vivienda digna en España es hoy más complicado que hace un año. Las familias deben dedicar un mayor porcentaje de sus ingresos, tanto si optan por alquilar como si deciden comprar.
Según los últimos datos de idealista/data correspondientes al primer trimestre de 2025, el esfuerzo económico medio para alquilar una vivienda se sitúa en el 36%, mientras que el esfuerzo necesario para comprar sube hasta el 23%. En ambos casos, el aumento ha sido de un punto respecto al mismo periodo de 2024.
Este incremento confirma la tendencia ascendente de los últimos años y consolida un escenario de creciente inaccesibilidad para las rentas medias y bajas.
El alquiler se dispara: 10 capitales ya superan el 30% de esfuerzo recomendado
El mercado del alquiler es el que presenta una situación más crítica. En 10 capitales españolas, el esfuerzo requerido para arrendar una vivienda de dos dormitorios supera el 30% de los ingresos familiares, umbral considerado como el máximo tolerable para mantener un equilibrio financiero doméstico. Barcelona encabeza este ranking con un alarmante 46%, seguida de Palma (41%), Málaga (40%), Valencia (39%) y Madrid (38%).
En otras ciudades como Alicante (37%), Segovia y Las Palmas de Gran Canaria (34%), San Sebastián (32%) o Santa Cruz de Tenerife (31%), los niveles también resultan preocupantes. Lo más revelador es que ninguna capital ha reducido su tasa de esfuerzo para alquilar en el último año, lo que confirma que el problema no es coyuntural, sino estructural y persistente.
A nivel provincial, la situación es incluso más dramática. En Málaga, por ejemplo, las familias destinan hasta el 52% de sus ingresos al alquiler, seguidas por Baleares (47%) y Barcelona (43%). Esto significa que, en muchos casos, más de la mitad del salario mensual se va en pagar el techo, dejando poco margen para otros gastos esenciales como alimentación, salud o educación. Las únicas excepciones a este patrón de presión se encuentran en provincias como Ciudad Real, Teruel, Jaén y Palencia, donde el esfuerzo se mantiene por debajo del 20%.
Comprar sigue siendo más barato que alquilar, pero no exento de tensiones
Aunque la compra de vivienda exige un menor esfuerzo financiero que el alquiler en la mayoría de las ciudades, la tendencia también es ascendente. El esfuerzo medio ha alcanzado el 23%, frente al 22% del año pasado.
En mercados altamente tensionados como Palma (41%) o San Sebastián (36%), la compra llega incluso a superar el esfuerzo del alquiler. Por su parte, Madrid y Málaga presentan un esfuerzo del 35% para comprar, mientras que Barcelona se sitúa en el 30%.
A pesar de todo, en ciudades como Jaén, Palencia, Lleida o Teruel, comprar sigue siendo relativamente asequible, con esfuerzos que oscilan entre el 10% y el 12%.
Además, se ha detectado una leve mejora en el acceso a la compra en varias ciudades. En Girona, Granada, Huesca y Barcelona, la tasa de esfuerzo ha bajado tres puntos respecto al año anterior. Otras capitales como A Coruña, Sevilla, Córdoba o Logroño también han registrado descensos.
El desequilibrio entre oferta y demanda se agrava
Los datos reflejan una realidad preocupante: la oferta de vivienda no está creciendo al ritmo que exige la demanda actual, especialmente en alquiler. Esto provoca una competición feroz entre inquilinos potenciales, que eleva los precios y excluye del mercado a quienes no pueden asumir esas condiciones. Esta exclusión, a su vez, empuja a parte de la población hacia el mercado de compraventa, generando también tensiones en ese segmento.
El portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, ha sido claro en su diagnóstico: “La situación de la vivienda en alquiler es de absoluta emergencia. La oferta es prácticamente inexistente, los precios están desbocados y la competencia entre familias excluye cada vez a más colectivos del acceso”. Además, advirtió de que el problema se está trasladando a la compraventa, con consecuencias que podrían agravar la desigualdad territorial y social.
