Hasta hace poco, El Viso era uno de esos secretos bien guardados de Madrid: un barrio discreto, reservado, donde las casas unifamiliares con jardín convivían silenciosamente con los grandes centros de poder económico.
Sin embargo, el escenario ha cambiado. La transformación no ha sido repentina, pero sí constante. El agotamiento de la oferta de vivienda en zonas tradicionales y la saturación de espacios urbanos han acelerado el interés por alternativas como esta. Sus calles tranquilas, su proximidad al Paseo de la Castellana y su baja densidad de construcción lo convierten en un oasis urbano codiciado.
Del foco a la intimidad: una nueva visión del lujo residencial
Lo que hace único a El Viso no es solo su arquitectura, sino su capacidad para ofrecer exclusividad sin exhibicionismo. Frente al bullicio de las zonas más céntricas o el carácter más impersonal de las urbanizaciones periféricas, este barrio ofrece una fórmula que muchos compradores de alto poder adquisitivo ya consideran ideal: una vivienda unifamiliar en plena ciudad con privacidad, tranquilidad y espacios verdes propios.
Como destaca Philip Pérez-Cirera, director comercial de Gilmar en la zona, “El Viso ha dejado de ser un capricho de conocedores para convertirse en un anhelo silencioso de quienes valoran la autenticidad sobre la ostentación”. Esta tendencia se refleja en un flujo sostenido de compradores nacionales e internacionales que, cada vez más, apuestan por el confort discreto frente al escaparate social.
Verónica Manrique, CEO de Olisson Club, añade que muchos de sus clientes proceden de zonas como La Moraleja o La Finca, donde están habituados a un estilo de vida más expansivo. “Cuando regresan a Madrid, no quieren renunciar al verde, a las barbacoas con amigos o a tener una piscina privada”, afirma. En El Viso encuentran la continuidad perfecta entre la privacidad de un chalet y la vitalidad de la gran ciudad.
El comprador de El Viso: sofisticado, diverso y exigente
El perfil del nuevo comprador en El Viso se ha sofisticado notablemente. Empresarios, altos ejecutivos, diplomáticos y familias adineradas conviven con inversores extranjeros y nómadas digitales del segmento premium. Muchos proceden del norte de Europa, atraídos por el clima, la estabilidad del mercado español y la posibilidad de adquirir una segunda residencia de alto nivel en una capital europea vibrante.
El comprador latinoamericano, especialmente el mexicano, ha cobrado un protagonismo destacado en esta nueva ola. Con una cultura residencial basada en casas con patio, jardín y zonas sociales, encuentran aquí la posibilidad de replicar ese estilo de vida, ahora adaptado a Madrid.
Precios y demanda: el coste de una vida sin ruidos
El precio medio de una vivienda de lujo en El Viso oscila entre 3,5 y 5,5 millones de euros, aunque las operaciones por encima de los 7 millones no son infrecuentes, especialmente en propiedades con ubicación estratégica, diseño cuidado y reformas integrales. Esta disposición a pagar más responde a un concepto claro: en El Viso, lo escaso es valioso, y lo valioso es demandado.
La escasez de oferta —una de las claves del atractivo del barrio— impulsa a muchos compradores a actuar con rapidez y flexibilidad. Hay quienes incluso adquieren viviendas por valores superiores a los 8 millones de euros, conscientes de que no están comprando solo metros cuadrados, sino un estilo de vida concreto.
Las características más solicitadas incluyen parcelas de 350 a 500 metros cuadrados, garajes privados, ascensores, zonas para despacho o gimnasio y espacios exteriores como terrazas o jardines. Muchas viviendas incorporan accesos diferenciados para el servicio y sistemas avanzados de domótica y sostenibilidad. Además, comienzan a destacar algunas urbanizaciones cerradas con zonas comunes de primer nivel, una rareza en otras zonas prime de Madrid.
