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Cobran fuerza los rumores que menos gustan a la hija de Amancio Ortega

A pesar de la discreción con la que intentan llevar su vida privada, Marta Ortega y Sergio Álvarez Moya no han podido evitar que se filtren detalles sobre su relación y sobre su matrimonio...

Cobran fuerza los rumores que menos gustan a la hija de Amancio Ortega
Amancio Ortega y su hija Marta Captura

Parece que el desamor no entiende de cuentas millonarias ni de grandes herederas. De hecho, según revela Vanitatis, Marta Ortega, la hija pequeña del dueño de Inditex, Amancio Ortega, y su marido, Sergio Álvarez Moya, podrían estar pasando por una «crisis profunda» en su matrimonio. El jinete asturiano habría abandonado incluso el domicilio conyugal y llevaría ya diez días viviendo en el domicilio asturiano de sus padres.

Al parecer, el joven de 29 años ha trasladadado «sus caballos, personal y camiones de Casas Novas, la hípica de los Ortega a su cuadra en Gijón», algo que el yerno del multimillonario empresario gallego ha justificado explicando que este traslado tiene que ver con el viaje que van a realizar tanto él como su esposa a Vilamoura, en Portugal, este fin de semana para participar en un concurso hípico.

Álvarez Moya, uno de los jinetes españoles más prometedores del momento, ha negado que su matrimonio esté pasando por una crisis pero los rumores de un distanciamiento ya surgieron hace algunos meses, aunque parece que finalmente hubo intención por ambas partes de volver a intentarlo.

A pesar de la celosa discreción con la que guarda su vida privada el matrimonio, según ha trascendido, el desencandenante de esta crisis de pareja podría ser la distancia. Y es que por el nivel de la competición en el que se encuentra Álvarez, viaja muy frecuentemente e incluso se ha llegado a publicar que el joven pasa largas temporadas en los Países Bajos para entrenar.

Desde el nacimiento de su primer hijo, Amancio, el 5 de marzo del año pasado, Marta ha estado centrada en su cuidado, aunque a los pocos meses de su nacimiento volvió a competir, algo que ha hecho que la pareja fuera vista compartiendo gradas en las competiciones que compartían. Desde que se quedó embarazada y hasta que dio a luz, la joven de 30 años acudía a los campeonatos con su pequeño para ver competir a su marido. Esta es la primera vez que se oye hablar de crisis en un matrimonio cuya máxima en estos años ha sido la discreción.

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