Kellie Maloney es toda una leyenda en el mundo de los promotores de boxeo, aunque a partir de ahora no se le recordará precisamente por eso.
Cumplidos los 60 años, decidió cambiar de sexo y para parecer más femenina se sometió a una cirugía facial. Se operó la nariz, los párpados y las mejillas en una clínica de Amberes pero algo salió mal.
DE URGENCIAS
Tuvo que ser operada de urgencias tras sufrir una hemorragia interna. Su cara quedó desfigurada: «pensé que mi cabeza iba a explotar».
La intervención le hinchó su rostro al doble de su tamaño normal y casi no podía respirar.
Afirma, en declaraciones ‘The Mirror‘, que sus ojos estaban sangrando y que se parecía a Frankenstein.
Tras la operación sufrió una hemorragia interna y tuvo que ser operada de urgencia.
«Sentí mi cabeza inflada como un globo. Se hacía más y más grande por segundo, casi no podía ver. Me temía que iba a explotar».
Maloney ha sido conectado a un tubo para drenar el exceso de líquido de la cabeza.
«Fue como si me hubieran dado diez rondas con Mike Tyson».
Los médicos están seguros de que va a hacer una recuperación completa y estará satisfecha con los resultados finales. Maloney, que anunció a principios de este año que ahora está viviendo como mujer, ya se ha sometido a terapia hormonal, a la electrólisis para eliminar el exceso de vello corporal y a un entrenamiento de voz.
La estrella celbrity Gran Hermano dijo que se había sometido a una cirugía facial anterior en España sin ningún problema, por lo que se sentía confiado antes de ir al hospital para una cirugía en la nariz, los párpados y las mejillas, así como un lavado de cara.