Alarma social en una urbanización del norte de Madrid

Detenido un repartidor de Amazon por agresión sexual a dos niñas de 4 y 8 años en un portal del madrileño barrio de Montecarmelo

Un repartidor de 27 años, colombiano y empleado de Amazon, detenido tras ser retenido por vecinos por agredir sexualmente a dos niñas de 4 y 8 años en el portal de un edificio

Detenido un repartidor de Amazon por agresión sexual a dos niñas de 4 y 8 años en un portal del madrileño barrio de Montecarmelo

El barrio madrileño de Montecarmelo vive desde el pasado domingo 13 de julio de 2025 una profunda conmoción tras la detención de un repartidor acusado de agredir sexualmente a dos menores en el portal de una urbanización.

El detenido, colombiano de 27 años y empleado de Amazon, fue sorprendido por la madre de una de las niñas y retenido por varios vecinos hasta la llegada de la Policía Nacional, evitando así que pudiera abandonar el lugar tras el ataque.

El suceso ocurrió alrededor de las 14:30 horas del 13 de julio en un edificio situado en la avenida Monasterio de Silos.

El repartidor, mientras realizaba su ruta habitual, se acercó a las dos niñas —de tan solo 4 y 8 años— que jugaban en los soportales del residencial. Aprovechó ese momento para ganarse su confianza ofreciéndoles caramelos y pidiéndoles ayuda para mover unos paquetes.

Una vez dentro del portal, según confirman fuentes policiales y testigos, el hombre comenzó a hacerles preguntas inapropiadas, llegando a solicitarles que se bajasen los pantalones. A continuación, realizó tocamientos a una de las menores y violó a la otra. La madre, al percatarse de la ausencia prolongada de su hija y su amiga, fue en su busca. Al entrar al portal encontró a las pequeñas junto al agresor. Sus gritos alertaron al resto de vecinos, que acudieron rápidamente, reduciendo al sospechoso hasta la llegada de los agentes.

Intervención vecinal decisiva

La respuesta vecinal resultó crucial para evitar la huida del presunto agresor. Vecinos y familiares, alertados por los gritos desesperados de la madre, no dudaron en intervenir. Un testigo relató: “Muchos estaban tan enfurecidos que temíamos por su integridad. La situación era muy tensa”.

El arrestado fue inmovilizado físicamente por varios residentes hasta que agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) llegaron y procedieron a su detención. Posteriormente fue trasladado a dependencias policiales especializadas en violencia familiar (UFAM), pasando finalmente a disposición judicial e ingresando en prisión provisional dada la gravedad del delito imputado.

Las menores recibieron asistencia inmediata tanto médica como psicológica; una de las madres también precisó atención especializada debido al fuerte impacto emocional sufrido tras presenciar el ataque y encontrar a las niñas con el agresor.

Perfil del detenido: un repartidor sin antecedentes previos

El detenido es un joven colombiano sin antecedentes penales conocidos en España. Trabajaba como repartidor para Amazon desde hace varios meses y realizaba rutas frecuentes por distintas zonas residenciales del norte madrileño.

Algunos detalles sobre su perfil:

  • Edad: 27 años.
  • Nacionalidad: Colombiana.
  • Ocupación: Repartidor autónomo para Amazon.
  • No constan antecedentes policiales ni denuncias previas en España hasta el momento.

Según fuentes policiales consultadas tras el arresto, el detenido se mostró colaborador durante los primeros interrogatorios aunque no ha reconocido los hechos ante la autoridad judicial.

Reacción social: alarma y solidaridad vecinal

El caso ha generado una fuerte alarma social tanto entre los residentes como en todo Madrid. Las redes vecinales han destacado la importancia del apoyo mutuo y la vigilancia comunitaria ante este tipo de delitos. Varios vecinos han expresado públicamente sentirse orgullosos por haber impedido que el sospechoso escapara antes de que llegara la policía.

Algunas anécdotas y curiosidades surgidas tras el suceso:

  • Los vecinos improvisaron una especie de cordón humano alrededor del portal para evitar cualquier intento del agresor por escapar.
  • Uno de los residentes grabó parte del incidente desde una ventana, imágenes que han servido para reconstruir los minutos clave antes del arresto.
  • El reparto habitual del detenido incluía esa urbanización todos los domingos; muchos vecinos lo reconocían visualmente pero no conocían detalles personales sobre él.
  • Las familias afectadas han recibido numerosas muestras de apoyo tanto presencial como a través de mensajes anónimos dejados en portales y buzones.

Investigación policial: claves y líneas abiertas

La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) se ha hecho cargo íntegramente del caso. Se están revisando cámaras de seguridad tanto del propio edificio como del entorno para descartar cualquier otra posible víctima o intento similar previo.

Entre las principales líneas investigadas:

  • Se analiza si el modus operandi pudo repetirse en otras zonas o fechas.
  • Se investiga si existen denuncias similares contra otros trabajadores temporales o eventuales que hayan realizado entregas en urbanizaciones madrileñas.
  • Se evalúa la necesidad de reforzar medidas preventivas para evitar situaciones similares con trabajadores externos.

Además, se ha activado el protocolo habitual para estos casos: atención integral a víctimas menores, seguimiento psicológico continuado y colaboración con servicios sociales municipales.

Clima emocional y debate social

El incidente ha reabierto debates sobre seguridad infantil en espacios privados compartidos como urbanizaciones cerradas, así como sobre los protocolos de contratación y control sobre empleados temporales o subcontratados por grandes plataformas logísticas.

Vecinos han solicitado reuniones urgentes con representantes municipales para exigir mayores garantías tanto en materia preventiva como reactiva ante delitos sexuales cometidos por personas ajenas a la comunidad residente.

La rápida intervención ciudadana es valorada como ejemplar desde distintos sectores sociales, aunque persisten sentimientos encontrados entre quienes reclaman mayor vigilancia tecnológica (cámaras, controles biométricos) frente al temor a una “sensación constante” de inseguridad cotidiana.


Este caso sigue bajo secreto sumarial mientras avanzan las diligencias judiciales e investigaciones policiales. La comunidad educativa local ha reforzado charlas sobre prevención y autoprotección dirigidas tanto a menores como adultos responsables.

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