El miedo se apodera de Cuba. Las autoridades sanitarias confirmaron este miércoles que 47,125 personas se encuentran ingresadas por síntomas de dengue o chikunguña, una cifra que duplica los 20,000 casos reconocidos hasta hace apenas unos días. Por primera vez, el propio Gobierno utilizó la palabra “epidemia” para describir el aumento incontrolable de estas enfermedades transmitidas por mosquitos.
El director nacional de Epidemiología, Francisco Durán, reveló en televisión estatal que solo el martes se reportaron 1,706 nuevos sospechosos y más de 3,200 pacientes fueron ingresados , en su mayoría en sus hogares ante la saturación hospitalaria.
La situación es crítica: 126 personas se encuentran graves o en estado crítico por chikunguña, incluyendo 19 menores de edad internados en terapia intensiva. Durán reconoció que el país enfrenta ahora su “principal problema de salud”, con fiebre alta, dolores insoportables y un sistema médico colapsando.
Y lo peor podría estar oculto. El epidemiólogo admitió que las cifras oficiales no reflejan la realidad porque miles de enfermos no acuden a los hospitales . Sin pruebas suficientes para detectar el virus, las autoridades diagnostican según los síntomas, mientras los mosquitos se multiplican por todo el territorio.
Según la Organización Panamericana de la Salud, solo entre octubre y noviembre Cuba registró más de 15.000 casos de chikunguña , alcanzando una incidencia de 183 contagios por cada 100.000 habitantes , la más alta del continente americano.
El deterioro económico agrava el drama. La falta de recursos ha reducido las campañas de fumigación y la capacidad de atención médica, dejando a la población en una lucha desigual contra una epidemia que ya tiene miles de prisioneros de la fiebre y el miedo.

