Pedro Sánchez se blindó en su visita a las zonas afectadas por los incendios. Tanto en Jarilla (Cáceres) como en Molezuelas de la Carballeda (Zamora) pero no pudo escaparse de los pitos, gritos y abucheos por parte de los vecinos que se han visto abandonados.
Al líder del Ejecutivo le salió el tiro por la culata. Con un dispositivo de seguridad alejando al pueblo de él con el fin de colocar a socialistas amigos que le aplaudiesen y televisarlo en su sanchista TVE.
La seguridad de Moncloa y el psoe extremeño, colocan a afiliados del partido en un lugar estratégico para aplaudir a Pedro Sánchez.
“El filtro ha sido importante para evitar que alguien no afín al psoe, esté cerca del presidente y ninguno de ellos es de por aquí” me cuentan. pic.twitter.com/Y5rObL3K8g— Bertrand Ndongo (@bertrandmyd) August 19, 2025
En Jarilla, Cáceres, se percibió la tensión política y la desconfianza ciudadana. La reciente visita de Pedro Sánchez a las zonas arrasadas por el mayor incendio registrado en Extremadura ha quedado marcada por dos elementos: el despliegue de un operativo cuidadosamente organizado con cargos socialistas y la reacción, menos controlada, de los vecinos. Lejos de la imagen de unidad institucional que pretendía proyectar el presidente, la jornada terminó envuelta en abucheos y gritos de “vete a hablar con el pueblo”, una escena que ni el más experimentado asesor en comunicación política habría deseado para su jefe de filas.
El acto, que duró poco más de media hora, fue calificado en distintos medios como un “teatrillo” en el que se intentó blindar al presidente rodeándolo de simpatizantes y cargos del PSOE, evitando el contacto directo con los vecinos afectados, quienes finalmente lograron hacer oír su malestar. El contraste entre la escenificación oficial y la espontaneidad de las protestas ha dado munición a la oposición y ha reavivado el debate sobre la gestión de las catástrofes naturales en España.
La alarmante situación
A día de hoy, 20 de agosto de 2025, España atraviesa una de las peores oleadas de incendios desde mediados de los años noventa. El incendio de Jarilla ha calcinado ya más de 15.500 hectáreas y mantiene en vilo a decenas de pueblos extremeños. Según datos del sistema europeo Copernicus, este año se han superado las 370.000 hectáreas quemadas en el país, una cifra récord desde que existen registros modernos.
Un guion de manual… y la realidad que se impone
La puesta en escena del Gobierno fue, según relatan testigos y medios locales, de manual: recorrido por el Puesto de Mando Avanzado, declaraciones institucionales, presencia de ministros y presidentes autonómicos, y una comparecencia sin preguntas. La comunicación giró en torno a la “emergencia climática” como causa de fondo, insistiendo en la necesidad de un gran pacto de Estado para afrontar estos retos y subrayando el compromiso de la Administración General del Estado con la reconstrucción.
Sin embargo, fuera de ese círculo, la realidad era menos controlable. Los abucheos y reproches de los vecinos de Jarilla, que reclamaban hablar directamente con el presidente, evidenciaron el descontento de una parte de la ciudadanía, que percibe las visitas institucionales como gestos vacíos si no van acompañadas de soluciones concretas y diálogo real. La escena ha sido recogida en varios medios como un reflejo del desgaste de la política espectáculo y la distancia creciente entre los discursos oficiales y las preocupaciones inmediatas de la población rural.
Así despiden a Sánchez mientras se ríe de la gente.
No lo verás en la TV pic.twitter.com/VS2A3M7TmO
— franxuh (@Franxuh_) August 19, 2025
