Las últimas encuestas han dejado atónitos a propios y extraños en la política nacional: el Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, aventaja al PSOE de Pedro Sánchez en 8,4 puntos y obtendría una mayoría de escaños que superaría a la suma de los nueve partidos que apoyaron la investidura socialista. Un giro de guion digno de las mejores series políticas, pero con consecuencias muy reales para el futuro inmediato de España.
El sondeo realizado tras el escándalo del caso Cerdán —que ha salpicado gravemente al PSOE— sitúa al PP en una posición de dominio parlamentario casi hegemónico, con una estimación de hasta 159 diputados frente a los 105-107 del PSOE. Esto supone un desplome para los socialistas, que perderían entre 14 y 16 escaños respecto a las últimas elecciones generales, quedándose además con más de 1,7 millones de votos menos.
Mientras tanto, el PP experimenta un crecimiento notable: sumaría entre 20 y 22 escaños adicionales respecto a los comicios de julio de 2023. En términos porcentuales, la formación conservadora se estabiliza en torno al 36% del voto estimado, ampliando su ventaja sobre los socialistas hasta casi diez puntos según algunas encuestas recientes. Esta diferencia no solo tiene valor simbólico: permitiría a Feijóo superar en solitario a todos los partidos del llamado «bloque de investidura» que permitió la reelección de Sánchez.
El efecto Sánchez y el desgaste socialista
El PSOE atraviesa uno de sus momentos más delicados desde que Pedro Sánchez asumió el liderazgo. Los escándalos de corrupción y la crisis interna han erosionado su imagen pública. A pesar de intentos por recuperar terreno —y algún tímido repunte en ciertos barómetros—, el efecto “Sánchez” parece haber tocado techo. El partido se sitúa ahora en torno al 26-28% del voto estimado, por debajo incluso de su resultado en las generales de julio del año pasado.
La pérdida socialista no se traduce necesariamente en beneficio para otras fuerzas a su izquierda. Ni Sumar ni Podemos logran capitalizar el descontento: Sumar crece levemente hasta el 7,6%, pero Podemos se desploma hasta un exiguo 3,5%. La división entre ambas formaciones castiga duramente su representación parlamentaria debido al sistema electoral español, que prima la concentración del voto y penaliza la dispersión. Así, podrían pasar de los actuales 31 escaños conjuntos a apenas 14-18 diputados.

Feijóo refuerza su liderazgo y VOX se consolida
En el lado opuesto, Alberto Núñez Feijóo ha consolidado su liderazgo interno justo antes del congreso nacional del PP previsto para julio. Su figura emerge reforzada tanto dentro como fuera del partido: todos los barones regionales han cerrado filas en torno a él, convencidos de que es el momento idóneo para ofrecer una alternativa sólida frente al Gobierno actual. Feijóo ha dejado claro que aspira no solo a ganar sino a gobernar, lo que implica evitar depender de pactos complejos o inestables.
La derecha experimenta además un crecimiento paralelo gracias al repunte de VOX, que se mantiene como tercera fuerza nacional con una estimación cercana al 13-14% del voto. El partido liderado por Santiago Abascal podría alcanzar hasta 37 escaños, consolidando una posible mayoría absoluta junto al PP —la suma oscilaría entre 188 y 195 diputados—, muy por encima del umbral necesario para formar gobierno (176 diputados).
Consecuencias inmediatas y escenarios posibles
El escenario resultante es claro: si mañana se celebrasen elecciones generales en España, Feijóo tendría la llave absoluta para gobernar sin necesitar los apoyos fragmentados que han caracterizado la legislatura actual. La debacle socialista —agudizada por los recientes escándalos y una izquierda desunida— deja vía libre a un cambio profundo en el Palacio de La Moncloa.
Estas cifras han reavivado el debate sobre un posible adelanto electoral: nada menos que el 62% de los españoles apoya esta opción según encuestas recientes. Incluso entre los votantes socialistas hay cierto cansancio con la actual situación política; un 40% vería con buenos ojos volver a las urnas.
Los datos objetivos dejan poco margen para la duda:
- El PP aventajaría al PSOE en hasta 8,4 puntos.
- Superaría en número total de escaños a todos los partidos del pacto de investidura juntos.
- La suma PP-VOX alcanzaría holgadamente la mayoría absoluta.
- Sumar y Podemos perderían relevancia parlamentaria si acuden divididos.

