Hoy en Tricornios en Democracia, iniciamos un viejo debate sobre el modelo policial que existe en España, y lo hacemos desde la visión que nos traslada un viejo líder sindicalista de la policía nuestro compañero Fornet. La visión que nos da es una visión simple, y que ya tanto Policía y Guardia Civil en los años ochenta hacían presencia en todos los foros y en todas las reivindicaciones, que no eran salariales, sino, pensadas en prestar un servicio de excelencia y hecho por profesionales de la seguridad. Han pasado más de treinta años y la distribución territorial sigue siendo un auténtico bochorno, y nuestro modelo anclado en periodos anteriores a la democracia. Comienza Fornet por un tópico, pero que es del todo real, el del centinela. Entra de lleno en el despliegue territorial y señala cómo los tiempos han cambiado, estamos ya en la era de la mente y de la robótica, pero seguimos montados a caballo.
Habla de casi dos mil cuarteles y lo que no saben muchos es que gran parte de ellos ya ni abren sus puertas, ni atienden a los ciudadanos, pero siguen allí, como una estatua del renacimiento. Continúa con la necesidad de cambios internos, algo que ya todos nosotros y él incluido trasladamos al ministerio del interior, a defensa y hasta al propio presidente del Gobierno, sin que se nos hiciera el menor caso. Se nos acusaba de ser sindicalistas, rojos, y se utilizaba un argumento que cae por su peso, «Eramos un cuerpo militar», lo que no era obstáculo para tener derechos y sobre todo prestar un servicio de ciudadanía a los españoles. Sigue con el régimen disciplinario arcaico y con la necesidad de contar de lleno con todos los recursos humanos y con órganos de expresión y colaboración como son los sindicatos con pleno reconocimiento y garantías de sus derechos, para lograr motivación, trabajo en equipo, y de ser escuchados en su servicio de seguridad diario.
Para finalizar y dejar paso al interesante artículo de mi compañero y amigo José Manuel Sánchez Fornet, mencionar algo de lo que tengo hablado con el Ex-Director Luis Roldan: «Todos sabían la pésima distribución territorial, las veinticuatro horas y los trescientos sesenta y cinco días que trabajaban miles de Guardias Civiles, cómo las sanciones eras siempre para los cuadros de abajo, pero había intereses superiores que no dejaban hacer cambios, y esos intereses son los que llevaron a separar del servicio a los que como vosotros hablabais claro y alto. Dice Fornet: hay una deuda histórica y dice bien, y lo dice sabiendo lo que habla. No puede haber paz mientras no se readmita con todos los derechos a los UMD VERDES , porque lo hecho con ellos es un crimen democrático e ilegal y no puede existir servicio de calidad si no se reforma el modelo y la ley de Fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, máxime si son imprescindible para poner coto a la corrupción.
Iniciamos ya la continuación con el artículo de un sindicalista de los mejores.
Al ser nombrado jefe de un cuartel, un mando militar revisa los servicios y encuentra un centinela junto a un banco. 17 horas diarias, tres soldados a relevo. Nadie conocía la razón de ese servicio. Indagando supo que años atrás se pintó el banco y se colocó el centinela por uno o dos días, para que nadie se sentara. Primeras elecciones democráticas, 1977. Dispositivo policial extraordinario para impedir ataques de la extrema derecha, robo de urnas, etc. Transcurridos más de 40 años se mantiene el mismo dispositivo. Sindicato policial lo expone al DAO en 2008. Respuesta: si ocurre algo habiendo reducido policías él sería responsable, y manteniéndolo igual estaba protegido.
La Guardia Civil comenzó su despliegue territorial hace dos siglos. Sus agentes se desplazaban a pie, caballo o bicicleta. Se fueron construyendo cuarteles, hasta 1.967, repartidos por España. Dos siglos después, con vehículos para carreteras y caminos, helicópteros, drones y tecnologías de comunicación instantánea sigue el mismo despliegue. Hay cientos de cuarteles sin utilidad, protegidos por 7-11 guardias civiles que se turnan en la puerta, no patrullan y remiten a quienes van a denunciar a la comisaría o cuartel más cercano. Muchos permanecen cerrados noches, sábados y domingos. Miles de guardias civiles detraídos de su misión de proteger a la ciudadanía para autoprotección de cuarteles en ruina.
Si los 1.967 cuarteles se redujeran a los necesarios (300, 400, 500…), bien distribuidos por provincias con una distancia razonable de patrullaje, se ahorrarían personal y costes. Cerrar 1.400 cuarteles supondría sumar entre 10.000 y 16.000 guardias civiles para patrullar los muchos pueblos sin seguridad. Cerrar cuarteles sin operatividad, costosos, con necesidad de personal de autoprotección para crear nuevos, funcionales, con aparcamientos internos y sin viviendas. Edificios policiales. Del cuartel central en cada zona saldrían a diario las patrullas a los pueblos cercanos y zonas rurales asignadas (España vacía). Harían falta 7.000 coches cuyo movimiento reduciría considerablemente la criminalidad. ¿Por qué no se hace? Porque falta un acuerdo de Estado para que los alcaldes no hagan política con el cierre de un cuartel que no sirve para nada. Falta cambiar políticas basura por políticas de Estado.
También procederían cambios internos. La Guardia Civil puede seguir siendo militar. No se cuestiona por una amplia mayoría de ciudadanos, políticos, ni por muchos de sus miembros. Para aquellos que quieren ser policías civiles, habilitar el pase a la Policía Nacional respetando derechos adquiridos sería positivo por su experiencia. El salario deberá ser el mismo en ambos cuerpos, recibiendo complementos de zonas conflictivas (sumando Cataluña al País Vasco), grandes ciudades (Madrid), extra-peninsulares (Ceuta, Melilla, Canarias y Baleares –además con plus superior por carestía-). El régimen disciplinario es anacrónico, crea más problemas que resuelve. Se deben ampliar derechos profesionales para que sus asociaciones puedan ser sindicales. Existen sindicatos de militares en ejércitos europeos. Revisar distribución territorial y competencial que se aplica desde la ley orgánica 2/86. Aeropuertos, varias instituciones del Estado, delitos… dos cuerpos prestando el mismo servicio en evidente competencia. Más seguridad, eficacia y eficiencia, (menos coste), para mejorar sus salarios.
Procedería reconocer los derechos vulnerados a guardias civiles demócratas expulsados hace 25 años con la ilegal “Operación Columna”. José Piñeiro, José Morata, Manuel Rosa y Manuel Linde (ya fallecido), defendían el derecho constitucional a asociarse. Actuaron conforme a la Constitución y aunque el T. Constitucional les dio la razón llegó tarde. Cuando lo hizo ya estaban expulsados. Y así siguen. Los militares de UMD que actuaron antes de la Constitución (por tanto, ilegalmente) han sido reconocidos. Es una mancha en la Guardia Civil democrática que debe limpiarse.