Pura lógica.
Ya ha sucedido en otros países europeos, particularmente en Francia y es casi natural que ocurra en España.
La juventud es siempre iconoclasta y VOX se ha convertido en un refugio para muchos chavales españoles que, hastiados por el discurso woke y la represión y censura asociada al Gobierno Sánchez, canalizan su rebeldía hacia la formación que le parece menos plegada al sistema.
Descontentos con la precariedad laboral, los bajos salarios y el abandono por parte de los políticos tradicionales, ven en VOX una voz que desafía lo tradicional.
La que rechaza la Agenda 2030 y sus políticas, como las medioambientales o de inmigración, que asocian con restricciones a su libertad y bienestar.
A eso se suma en los barrios, todas esa gente que ve de cerca a MENAS y padece ene sus carnes el aumento de la delincuencia.
Los ‘desesperados’ ven en el discurso nacionalista, antiinmigración y de defensa de la ley y orden de VOX una respuesta a sus inquietudes.
¿Sé imaginan ustedes una «mayoría absoluta» de Vox?
Abascal y su Top 4:1° – La Nación y la lengua española se respetan
2° – Las fronteras de España son sagradas
3° – La propiedad privada es inviolable
4° – Bajada de impuestos, y el «gasto político superfluo a tomar por saco» pic.twitter.com/V2FVZOa8ZL
— El Curandero (@curandero_el) August 16, 2025
La política española atraviesa uno de sus veranos más convulsos, con incendios forestales descontrolados, crisis migratorias en las costas y una Dana que ha puesto a prueba la capacidad de reacción de las administraciones.
Mientras PP y PSOE se lanzan reproches cruzados y se acusan mutuamente de incompetencia, VOX ha sabido capitalizar el descontento social y convertir el clima de enfrentamiento en un trampolín para sus aspiraciones electorales.
En un país donde la crispación es moneda corriente y los titulares se suceden con ritmo frenético, el partido de Santiago Abascal ha encontrado su hueco entre las llamas políticas. Su estrategia es clara: presentarse como la alternativa frente a lo que denomina “la traición del PSOE y la estafa del PP”.
Con mensajes contundentes y propuestas de mano dura, Vox consigue que el enfado ciudadano se traduzca en apoyo electoral.
Resulta llamativo cómo fenómenos meteorológicos extremos acaban influyendo directamente en los sondeos electorales. Las encuestas detectan picos de apoyo a VOX tras cada episodio grave: incendios masivos o inundaciones son seguidos por subidas puntuales en intención de voto.
Un dato curioso: según SigmaDos, casi uno de cada cinco votantes indecisos cita “la mala gestión territorial” como motivo principal para considerar a Vox. Y aunque Abascal no pierde ocasión para cargar contra Bruselas o contra los pactos autonómicos del Gobierno central, son los pequeños dramas cotidianos —una carretera cortada por las llamas o una playa colapsada por llegadas irregulares— los que terminan decidiendo el pulso electoral.
Como diría un veterano analista madrileño: nunca antes unas llamas fueron tan rentables políticamente… ni una Dana tan propicia para sumar votos.
Una guerra a tres bandas: incendios, inmigración y Dana
El verano ha sido pródigo en catástrofes naturales. Los incendios forestales han arrasado miles de hectáreas en Galicia y Andalucía, mientras en el Mediterráneo la llegada de pateras mantiene en vilo a los ayuntamientos costeros. La última Dana ha dejado escenas dantescas en Valencia y Murcia: carreteras inundadas, cosechas perdidas y familias evacuadas a toda prisa.
En este escenario caótico, PP y PSOE han entrado en una espiral de acusaciones. El Gobierno acusa a las comunidades autónomas populares de falta de previsión; los barones del PP replican que Moncloa no envía recursos suficientes. Los telediarios recogen las broncas diarias, pero Vox opta por otro camino: se distancia del bipartidismo y denuncia la “inacción calculada” de ambos partidos.
- El partido denuncia que tanto PP como PSOE comparten “las mismas políticas migratorias impuestas desde Bruselas”.
- Critica la gestión autonómica fragmentada, exigiendo recentralización competencial para abordar crisis como los incendios o las inundaciones.
- En materia migratoria, exige “mano dura” frente a la llegada irregular y rechaza cualquier pacto con el resto del arco parlamentario.
A día de hoy, 27 de agosto de 2025, Vox ha convertido cada desastre en argumento electoral. Sus portavoces se prodigan por radios y platós con mensajes directos: “España necesita otro Gobierno y ahí estamos, no para ser la muleta de nadie”, repite Abascal.
Las encuestas refrendan el auge
El ruido mediático tiene reflejo inmediato en los sondeos. Las últimas encuestas publicadas por SigmaDos y SocioMétrica muestran cómo Vox rentabiliza el enfado ciudadano:
- Según SigmaDos (2/08/2025), Vox alcanza el 14,8% en intención de voto nacional (47 escaños), consolidando su posición como tercera fuerza política.
- SocioMétrica (28/07/2025) le otorga un 16% (54 escaños), con tendencia al alza frente a un PSOE en retroceso y un PP estancado.
- Los analistas destacan que el voto a Vox crece especialmente entre jóvenes desilusionados y trabajadores afectados por la crisis agrícola provocada por los incendios o las inundaciones.
La volatilidad política se traduce en un fenómeno casi matemático: cuanto más bronca entre PP y PSOE, más rédito saca Vox. Un ejemplo gráfico lo ofrece el barómetro publicado por El Español: mientras los populares rozan el 35% y los socialistas caen hasta el 25%, Vox sube con fuerza entre quienes ven “traición” o “estafa” en los grandes partidos.
El descontento como combustible político
Las bases del partido no ocultan su satisfacción. En redes sociales circulan vídeos donde simpatizantes ironizan sobre “la piromanía institucional” o “los rescates exprés” tras cada Dana. Vox no sólo explota el malestar; también propone medidas radicales:
- Reducción masiva del gasto público autonómico.
- Auditoría sistemática de todos los gastos no imprescindibles.
- Supresión inmediata de subvenciones a partidos políticos, sindicatos u organizaciones patronales.
- Centralización sanitaria, educativa y farmacéutica para evitar duplicidades costosas.
Estas propuestas conectan con una parte del electorado que percibe a PP y PSOE como responsables directos del caos administrativo. La imagen del bipartidismo atrapado entre la gestión territorial fragmentada y las peleas internas impulsa aún más el relato alternativo de Vox.
La disputa política entre administraciones
La pugna entre gobiernos autonómicos populares y Moncloa socialista no es nueva, pero este verano ha alcanzado cotas insólitas. Cada incendio o episodio migratorio genera una cascada de reproches cruzados:
- Andalucía acusa al Estado de falta de medios mientras Madrid denuncia abandono en la gestión sanitaria.
- Desde Valencia reclaman fondos urgentes para paliar daños agrícolas provocados por la Dana.
- Moncloa responde prometiendo transferencias extraordinarias… que tardan semanas en llegar.
En medio del caos institucional, Vox aparece como la voz firme que exige recuperar competencias estatales para evitar lo que califica como “la ruina del sistema autonómico”.
