“De enfermera a líder en la ingeniería naval”. Así podría resumirse el meteórico ascenso de Susana Hernández Ruiz, ex portavoz socialista en el Ayuntamiento de Murcia, a la presidencia de Sainsel Sistemas Navales, la filial de ingeniería naval mayoritariamente controlada por Navantia. La elección personal de Pedro Sánchez para este puesto se ha convertido en un claro ejemplo de las controvertidas “puertas giratorias” que asolan el sector público, especialmente bajo gobiernos socialistas.
La trayectoria de Hernández Ruiz, lejos del ámbito industrial y naval, se ha caracterizado por una breve carrera política y una formación en el ámbito sanitario. Tras su fugaz paso por el Senado en 2019, esta murciana asumió la presidencia de Sainsel en octubre de 2020, reemplazando a un exdiputado del Partido Popular que había dejado la empresa con resultados positivos.
Resultados en caída libre y dependencia de ayudas públicas
Desde que Hernández Ruiz tomó las riendas, Sainsel ha sufrido pérdidas consecutivas: en 2021, 2022 y 2023. Solo un pequeño respiro se vislumbra en 2024 gracias a una subvención de 373.000 euros que evitó otro año negativo. Sin esa inyección económica, los resultados antes de impuestos habrían estado a punto de tocar fondo, con un margen operativo desolador del 2,1 %, muy por debajo del 10 % que se considera saludable en este sector. Así las cosas, la rentabilidad positiva del 4,44 % para 2024 parece tambalearse.
El deterioro financiero contrasta con los datos de 2020, cuando Sainsel reportaba beneficios por valor de 1,2 millones de euros. La propiedad de Sainsel está dividida entre Navantia (51 %) e Indra (49 %, a través de SAES Capital), ambas entidades con una fuerte presencia pública y dirección influenciada por el entorno socialista.
El contexto: Navantia y la gestión socialista en las empresas públicas
La tendencia a nombrar perfiles cercanos al PSOE para dirigir empresas públicas no es un fenómeno aislado. Este patrón se extiende por todo el entramado empresarial estatal, desde energía hasta ingeniería e infraestructuras. Exministros, asesores y cargos intermedios ocupan sillas doradas con sueldos que superan los 120.000 euros anuales e incluso llegan a duplicar esa cifra en algunos casos.
En cuanto a Navantia, la matriz de Sainsel, su situación financiera no es mucho más alentadora. La compañía acumula ya 17 años consecutivos con pérdidas y afronta un 2024 especialmente complicado: aunque ha aumentado su cifra de negocio, presenta un déficit alarmante de 197 millones de euros, lo que representa un incremento del 62 % respecto al año anterior. Entre las causas señaladas por los expertos están la revisión de costes en grandes programas y una política exterior que ha dificultado firmar contratos internacionales estratégicos bajo el gobierno de Pedro Sánchez.
Este problema se ve agravado por una creciente tendencia a prescindir de perfiles técnicos experimentados en favor de nombramientos políticos. Así, la gestión efectiva de filiales como Sainsel queda relegada ante los intereses partidistas. El resultado es claro: pérdida de competitividad, dependencia excesiva de subvenciones y mayor vulnerabilidad frente a los cambios políticos y presupuestarios.
El fenómeno de las ‘puertas giratorias’ y sus repercusiones
La influencia del entorno socialista en el sector público va más allá del caso Hernández Ruiz. Se trata de un fenómeno extendido:
- Juan Andrés Tovar Mena, exsenador socialista, preside la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) sin más formación que el bachillerato.
- Enrique Fernández, senador del PSOE desde 2024 lidera Hunosa tras la salida de un ingeniero especializado.
- Juan Manuel Serrano, ex jefe del gabinete de Sánchez pasó directamente desde Correos (con un déficit acumulado de 1.200 millones) a SEITT; posteriormente fue sustituido por Pedro Saura.
- En el ámbito energético, la exministra Beatriz Corredor ocupa la presidencia de Redeia con un salario superior al medio millón anual.
Estas designaciones han reavivado las críticas sobre el mérito y la idoneidad para gestionar empresas públicas estratégicas, especialmente cuando los resultados económicos son tan desfavorables. Las voces críticas apuntan hacia una falta alarmante de profesionalismo y hacia una politización que pone en jaque tanto la eficiencia como la viabilidad económica y nacional.
Curiosidades y datos destacados
- Bajo dirección socialista, Sainsel ha pasado en apenas tres años de beneficios a pérdidas; su salvación en 2024 llegó únicamente gracias a una subvención pública.
- El salario anual que percibe Susana Hernández Ruiz al frente esta filial asciende a 127.504 euros, superando ampliamente lo que ganan muchos ingenieros navales empleados allí.
- La mayoría de las grandes empresas públicas españolas cuentan actualmente con directivos vinculados al PSOE o su círculo cercano; muchos carecen incluso de experiencia previa en los sectores que dirigen.
- El fenómeno conocido como “puertas giratorias” ha suscitado bromas entre empleados públicos; algunos ironizan sobre cómo tener carnet del partido equivale a obtener una “oposición exprés”.
- Mientras tanto, Navantia está ultimando el diseño potencial para un nuevo portaaviones destinado a la Armada española; si este proyecto avanza puede aportar algo más que prestigio a una compañía necesitada urgentemente tanto resultados como liderazgo técnico.
En los corredores del sector público circula el rumor sobre quién podría ser el próximo perfil directivo: quizás un dentista o incluso un meteorólogo. Lo cierto es que con el sistema actual para hacer nombramientos, solo queda espacio para dejar volar la imaginación.
