Es lo que se llama tener muy mala suerte.
Pero también es verdad que para cada acto de Pedro Sánchez hay una hemeroteca que le deja KO.
En este caso no se trata de un cambio de opinión, pero sí de una diabólica casualidad.
En pleno escándalo de los prostíbulos se ha viralizado un vídeo del presidente del Gobierno socialcomunista en una reunión mantenida el 12 de marzo de 2025 con el presidente de Finlandia.
El inquilino de La Moncloa viajó hasta Helsinki para hablar sobre la cuestión del aumento presupuestario en Defensa hasta el 2% del PIB.
El momentazo vino en la rueda de prensa posterior cuando el primer ministro finés, Petteri Orpo, comentó de manera jocosa lo siguiente:
Estimado Pedro, le quiero agradecer esta visita en persona; ha sido un placer trabajar con usted a nivel europeo y en el Consejo Europeo, también hemos disfrutado de la sauna.
Saunas, prostíbulos y audios: ingredientes de un cóctel político explosivo
La historia del escándalo de los prostíbulos arranca en los años 80, cuando Salustiano Gómez, padre de Begoña, se embarcó en la gestión de varias saunas y locales de ambiente gay en Madrid a través de la empresa San Bernardo 36 S.L., incluyendo la famosa sauna Adán. Con el tiempo, estos negocios se diversificaron hasta incluir clubes de alterne y prostíbulos situados en lugares tan emblemáticos como el Paseo de la Castellana.
Todo ello aderezado con rumores —y alguna que otra grabación— sobre supuestos usos turbios de estos locales por parte de las llamadas cloacas del Estado para chantajear a personalidades políticas y empresariales mediante vídeos comprometedores.
Las informaciones actuales añaden un componente familiar: según algunas grabaciones inéditas del excomisario Villarejo, Begoña Gómez habría realizado tareas contables para estos negocios antes de que su padre cediera las riendas empresariales a su hermano Enrique Francisco tras el matrimonio con Sánchez en 2006. Esta línea argumental ha sido recogida por medios internacionales como The Times, que no escatima detalles al describir cómo el escándalo amenaza con socavar la credibilidad institucional del Gobierno español.
