OPINIÓN

Francisco Iglesias Carreño: «Día de Europa (otro 9-mayo)»

Declaración Schuman

Estar a martes del día 9 de mayo, del año 1950, parece que no es algo baladí, y si, y por el contrario, algo importante, si además nos ubicamos hacia la tarde del mismo, sobre las 18 horas y en el Salón del Reloj del Quai d´Orsay, cerca del puente Alejandro III, la situación se transforma en transcendental. En ese tal ambiente, el ciudadano francés Jean-Baptiste Nicolás Robert Schuman (de origen luxemburgués y otrora alemán), a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, teniendo a su lado a Jean Omer Marie Gabriel Monnet, pronuncia su alocución, ante más de doscientos periodistas (sin reporteros gráficos y de radio), contenida en diecisiete párrafos que ha pasado a la posterioridad con el nombre de la “Declaración Schuman”.

Parece que, como señal de cortesía y buena vecindad, la “Declaración Schuman” se habia hecho llegar,de forma previa, a varios Estados vecinos y/o aliados {Gran Bretaña, Belgica, Holanda, Luxemburgo,… y Estados Unidos}, en lo que se presuponía, ya por símisma y casi como alegato, una expresa invitación a la participación de casi todos. Curiosamente la puesta a punto mediática de `la escena´, y uno de los germenes de la paneuropeidad, de la “Declaración Schuman”, y en atención a su expresa importancia, hubo de repetirse, varios meses despues, para dejar constancia, con la reconstitución teatralizada del acto, de la impactante decisión continentalizadora proeuropea.

A veces resulta oportuno, aquí en el Estado Español de la España Nación, máxime después de las tan abundantes y continuas consultas electorales -.- donde todas y cada una de ellas son muy importantes y claves -.-, el hacer una visión retrospectiva hacia el mundo próximo que teníamos aquí, en aquel año 1950, con un escenario territorializado de quince regiones españolas, que habían sido constitucionalmente vigentes ya en el año 1931, y operativas, como tales quince regiones españolas, en el año 1933, que agrupaban a las cincuenta y dos provincias, y sobre las que ya si incidían las consideraciones internacionales, desde el 10-12-1948, sobre y en atención a la Declaración Universal de los Derechos Humanos en los ciudadanos regionales respectivos.

Ya hemos señalado que: “La “declaración Schumann” (9-5-1950), trajo `nuevas cosas´ sobre el (todo) solar europeo y, al socaire de ellas, venían los orlados de “la ciudadanía europea” que, obviamente, no solo transitaban por los espacios prolijos del mundo estrictamente económico {de aquel inicio de “los pactos del carbón y del acero” (El Tratado de París de 18-4-1951, estableció la CECA); el 14 -12-1960 se crea La Organización para la Cooperación Económica Europea (OCEE) que se convierte en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); 20-3-1975 en Florencia se implanta el IUE-.-Instituto Universitario Europeo-.-“}, también , y al mismo tiempo, hacia incidencias (tanto singulares como grupales) sobre los ciudadanos europeos y/o sus entornos convivenciales próximos y que no respondían al solo gusto y/o criterio de la pre-establecida centralidad, y hasta de los negocios y/o lobby´s inherentes a la misma, de cada uno de los Estados Europeos, asentándose, ¡cada vez más!, en la consideración/estima/valoración de la propia persona humana.. Añadíamos también que: “El 28-6-1977 el Reino de España solicita su adhesión a las Comunidades Europeas”.

Lo indicado nos hacia colegir que: “En todos esos momentos de `la construcción europea´, y a título de ejemplo, el espacio integral de la Región Reino Leonés en el Estado Español de la España Nación, estaba conformado por las tres provincias leonesas : Salamanca, Zamora y León ( con una extensión de 38.363 km2); el de la Región de Castilla La Vieja por las provincias de castellano-viejas de: Santander, Burgos, Palencia, Logroño, Soria, Valladolid, Segovia y Ávila( con una extensión de 55.732 km2); el de la Región de Castilla La Nueva por las provincias castellano-nuevas de: Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo( con una extensión de 87.221 km2); el de la Región de Murcia, por las provincias murcianas de: Albacete y Murcia (con una extensión de 26.175 km2), con un bloque territorial español de 207.491 km2,, que va desde el Mar Mediterráneo hasta el Mar Cantábrico, que como es lógico, natural y humano, mantiene y prosigue con sus respectivas identidades regionales y sus hechos regionales diferenciales”.

Todos los términos de la “Declaración Schuman” rebosan matizaciones económicas, pero en el fondo también preocupaciones, a veces veladas y/o insinuadas y otras expresas, por todos `los ciudadanos europeos´ y por `sus entornos de convivencia próximos´, así tenemos, en el párrafo [6º], lo siguiente:” La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.

Desde los iniciáticos “Pactos del Carbón y del Acero”, y como primera etapa que se anunciaba en 1950, se intentaba caminar hacia `la federación europea´. Tenemos así que: “Se vio ya, desde el inicio, que se aspiraba a otras y más altas metas. Es que tales acuerdos, consecutivos y progresivos, sumaban intenciones y miembros, es que enlazaban vectorialmente, gustara o no, con el acercamiento a los “INDIVIDUOS=CIUDADANOS EUROPEOS” tomados tanto, y ello es relevante, de forma singular como grupal (lo cual ya venía del “Consejo de Europa” {creado por el Tratado de Londres de 5 -5-1949; con sus estatutarios: “a) salvaguardar y promover los ideales y los principios que constituyen su patrimonio común y favorecer su progreso económico y social -.-“ y “b) una acción conjunta en los campos económicos, social, cultural, científico, jurídico y administrativo, así como la salvaguardia y la mayor efectividad de los derechos humanos y las libertades fundamentales -.-“ }”

En España existió una abundante corriente de acercamiento, con amplia comunicación, sustentada en gran medida, y desde nuestra opinión y sostenido criterio, en la actividad universitaria de aquellos procelosos momentos, para la época restringida que era, hacia los hechos trascendentales que se estaban forjando en Europa. “No olvidemos que en tal momento, ¡en pleno Régimen/Dictadura/Sistema!, existían con utilización práctica los patronímicos regionales españoles, en sus quince respectivas regiones, sus identidades,… ”. Recordamos que la gran labor antropológica de Hoyos Sainz (D. Luis) y de su hija Hoyos y Sancho (Dª. Nieves), desde aquella acción precursora del gallego, reasentado en Andalucía, “Demófilo” Machado y Álvarez (D. Antonio) y otros -.- tal vez del seguimiento regeneracionista de Costa Martínez (D. Joaquín) -.- se realiza en esos años, como la actividad recopiladora de García Matos (D. Manuel), y la extraordinaria de Lomax Brown (D. Alan),… y otros; tengamos en cuenta que ya “La Fiesta de la Jota” es del Siglo XIX (26-3-1894) -.- a 61 años de la formalización del R.D. 30-11-1833 (de las provincias españolas asignadas a lo que son, en correspondencia y a lo respectivo, `sus territorios y/o postreras regiones´). Ya los ciudadanos regionales españoles eran conocidos por su patronímico regional: gallegos, asturianos, leoneses, vascos, aragoneses, navarros, castellanos-viejos, andaluces, extremeños, castellanos-nuevos, canarios, baleares, valencianos, murcianos y catalanes; al igual que cuando la II República Española {la del 1931 y aún también antes (alcanzando documentalmente hasta 1833)}.

La idea de la europeidad aporta la sugerente novedad, del reconocimiento “in situ” de los y cada uno de los ciudadanos europeos. Por ello hemos señalado que: “Es esa propuesta de acercamiento, esa idea de proximidad e interacción con las personas-.- a nivel integral-.- lo que hace, en nuestro criterio, que “la europeidad” no sea solo una asunto, ¡uno más!, de los trusts, los looby´s, las trasnacionales, las Offshore camaleónicas o los fondos buitres, ya que -.- tanto (1º)`ese por donde´ y (2º) `en qué forma´ y (3º)`de qué modo´.-, resulta (¡ha resultado!) que, por encima de ellos, de tan espectacular tinglado, están “los individuos europeos”, de todos y cada uno de los lugares de la Unión Europea. De lo que tiene que ser una Europa de todos y para todos”.

El sistema de construcción europea´ es activamente pausado pero metódico. Por ello:” Es “esa nuestra acción ciudadana europea” la que, además de los otros acuerdos, teje lenta, persistente y armonizadamente “el proyecto de Europa”, y por ello la vértebra, hacia “la sociedad europea” -.- de “toda la Unión Europea”. Algo que es, en nuestro criterio, de suma importancia”. Se teje la europeidad, es una opinión, desde las herencias antropológicas y no desde saltos circenses o malabarísticos en el vacío.
E

n el “Día de Europa”, también está incluida la “idea de Europa” (desde la explicita referencia a su proceso constructivo). En esa Europa de todos los ciudadanos europeos, vamos ya cada uno, ¡y desde tiempo inmemorial!, y no, ¡y nunca!, desde ocurrencias del año 1981, antropológicamente vestidos. Tal es así que: “De siempre hemos considerado que la interacción ciudadana debe ser conformada desde los niveles umbrales del trasunto social, y en esa idea son clave, para todos los europeos, las articulaciones municipales, comarcales, provinciales y regionales, pues en tales demarcaciones, sabido es, los actos integrales (culturales, identitários, políticos, económicos, religiosos, antropológicos, ambientales, etc.) son del objeto de su conocimiento, seguimiento e interacción protagonística”.Esta nuestra Europa, alejada de los extremismos totalitarios, se cimenta sobre los individuos/ciudadanos europeos y en el amplio respeto a la saga de los mismos.

Ya la “Declaración Schuman”, que nos hablaba a todos los ciudadanos europeos, nos aleccionaba igualmente. Su proseguir se va asumiendo. Tenemos expresado que: “El discurrir de la Unión Europea ha demostrado, entendemos que muy ampliamente, que no solo y exclusivamente es un conjunto de negocios, sino que los negocios europeos son, así lo queremos asimilar, “la cara productiva de todos los ciudadanos europeos”, que viven, en el día a día, en los entornos de sus proximidades vivenciales”. En el párrafo [8º] de la “Declaración Schuman”, leemos:” Dicha producción se ofrecerá a todo el mundo sin distinción ni exclusión, para contribuir al aumento del nivel de vida y al progreso de las obras de paz”. Se dirige pues al día a día, cualitativo y cuantitativo, de todos los ciudadanos europeos.

Acontece que esas nuestras singularidades/distinciones/especificidades, que ya vienen de la otrora arcana raíz de nuestros ancestrales mayores, son muy relevantes, altamente trascendente y aplicativamente importante. Nos está resultando que: “A la postre, son precisamente esos entornos, de sus proximidades (con)vivenciales {municipios, comarcas, provincias y regiones de los Estados miembros}, los que ayudan sobremanera, por medio de los ciudadanos europeos, en todo el trasunto paneuropeo, ya que: definen, significan y hacen a la Unión Europea”.
El “Día de Europa”, es el plasmar todas y cada una de las acciones vehiculares de todos y cada uno de los ciudadanos europeos, desde todos y cada uno de sus propios espacios regionales convivenciales. Al final resulta que, `la idea de Europa´, no solo y exclusivamente es, con todo el aparataje productivo, un hecho conceptual, con serlo también, es algo más, es una forma de vida: la nuestra.

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