Los demócratas americanos, los huoquistas de Bruselas y los sanchistas huecos dícesen demócratas pero, a lo que parece, son poco partidarios de la alternancia.
Con independencia de las extravagancias de la personalidad de Trump, de los cambios que se vislumbran, de la gente competente de la que se ha rodeado y habiendo tenido EEUU al frente a un hombre con sus capacidades limitadas, parecen ignorar que cuando la tortilla se quema, alguien tiene que darle la vuelta.
Lo ha puesto de relieve el brillante e histórico discurso de Milei en Davos, capaz, al revés que Sanchez o Diaz, de expresar un pensamiento complejo y criticar valientemente incluso al propio Foro por su patronazgo de la «ideología hueca o woke» que pretende básicamente, en lugar de erradicar el maltrato a cualquier individuo en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, tratar su condición natural como complejo o arma arrojadiza y convertirlo en ideología que sirva a sus dirigentes para conseguir el poder».
Comienza la revancha de Trump y el intento del imperio americano por resistir. Empezando por hacerse más fuertes. En las fronteras y en todo. Pero corresponsales en Wasghinton y en Bruselas e incluso conductores de telepartido no son partidarios de que pensemos y nos lo dan mascado porque a ellos se lo dan hecho y abren telediarios diciendo que Elon Musk hizo un saludo nazi. Quizás un curso sobre motricidad de genios ayudaría.
Los huoquistas se acuerdan del equilibrio de poderes del balance of powers en EEUU cuando sus amos pierden el poder, y dicen que Musk quiere acabar con el periodismo los mismos que habían acabado con él, los que, sin dejar transpirar a la sociedad y esclavos de sus amos, se han opuesto durante mucho tiempo a los riesgos y han demostrado miedo a la libertad.
Los burócratas causantes del declive de Europa son los que quieren regularlo todo, menos lo que hay que regular. Los que han creado y potenciado la contestación europea que ahora critican, los wokistas, los transicionistas, los feministas, los lobbistas, los ultraizquierdistas, los eurócratas de Bruselas y los conservadores ambigüos, desprecian lo que quiere el pueblo y en 70 años no han sido capaces de nombrar siquiera un presidente de Europa.
Frente a Trump, un ciclón, en Europa va a defendernos Ribera, la responsable de la trágica inundación y en España quien no mandó al ejército y luego salió corriendo de Valencia y no pasa un Real decreto.
Incapaces de proponerle al pueblo un camino ilusionante durante decenas de años, incapaces de nombrar siquiera un presidente de Europa que evite la falta de representación «los eurócratas huoquistas» callan cómplicemente frente al fiscal general de un Estado miembro imputado por cumplir las órdenes de su presidente para que filtre datos fiscales de la pareja de su rival política para defenderse de la imputación de su mujer y toda su familia.
Vom der Lyen, Charles Michael, Reynders, Ribera, Gonzalez-Pons, no son sino burócratas que, a lomos del huoquismo, apoyados por países que no se oponen a esta eurocracia ineficaz, pretenden una legitimidad que no tienen y de paso critican a EEUU, un país extraterrestre en el que a partir de ahora va a haber 2 géneros: Hombre y mujer. ¡Qué gente tan rara!
Estuvieron tratando de combatir inútilmente la llegada de Trump hasta los presentadores del telediario repitiendo con desprecio infinito eso del «populismo y la ultraderecha», nombres que los ultraizquierdistas y burócratas wokistas han puesto a políticos que han sido votados por el pueblo debido a la ineficacia de las regulaciones infinitas y ridículas de los elegidos por las partitocracias nacionales.
Y ahora llegan los previsibles aranceles de Trump mientras los eurócratas reparten cargos e impuestos y el gobierno español chantajea a la Nación para comprar el poder a los golpistas con decretos tuttifrutti a costa de los intereses de los ciudadanos, en lugar de tratar, como Trump, de implicar a los ciudadanos en levantar y hacer Europa y sus países grandes de nuevo.
Víctor Entrialgo
