Y en su nombre a todos los tecnócratas, funcionarios y demás que pululan como enjambres de abejas por Bruselas, sin olvidar a los gobiernos de todos y cada uno de los países que conforman esta Europa woke y progresista.
La acromegálica organización que maneja los destinos de Europa, al frente de la cual está Úrsula, existe gracias a los impuestos que los ciudadanos europeos generamos con nuestro trabajo. Todo se sostiene en los ciudadanos del común que somos los que generamos riqueza, los políticos no generan más que enredos y reuniones para decidir cuándo se vuelven a reunir. Así, en las cuestiones de defensa, Europa permanecía durmiendo el sueño apacible de los justos protegida por el paraguas de EE UU. Pero mira por dónde Trump alcanza la presidencia y al comprobar los gastos que generaba ese paraguas, procedió tal como el padre que, llegado al máximo hartazgo de su hijito de 30 años que ni trabaja ni estudia y que solo suda cuando se retuerce en las discotecas, le espetó en la cara a Europa que verdes las han segao y que se busque la vida porque los millones de dólares gratis se han terminado. Naturalmente, Úrsula y demás corifeos y conmilitones, al unísono con los gobiernos de los distintos países, ha pasado de alabar al país cuando estaba presidido por Biden, a demonizarlo con la llegada del Leviatán Trump,
Son 800,000 millones los que Úrsula va a movilizar para armar a una Europa desarmada que dormía plácidamente apoyada en el dorso de EE UU, como el bebé duerme en la gloria de los acogedores senos de su madre. Pero Trump, asombrado ante el despilfarro de miles de millones gastados en mamandurrias, entre ellas, el apoyo a Europa y cuyo más paradigmático ejemplo era esa organización perversa llamada USAID que ha tirado al arroyo miles de millones que podían haber sido empleados en ayudar a los “homeless” – por ejemplo, pone fin a las milongas, tangos y música para canarios que desde hace años practica Europa para entontecer al personal y cierra el grifo a Úrsula y su séquito de gerifaltes que viven de hacer brindis al sol.
Usted, Úrsula va a esparcir por toda Europa una lluvia de millones de euros tal como si del cuerno de la fortuna se tratara. Se supone que usted y sus cientos de asesores sabrán ya de donde van a salir esos milmillonarios euros, porque de algún lugar han de salir. ¡No! No me diga señora Úrsula donde van a meter la mano para reunir esa cantidad; uno, desde su modesta posición de hombre del común, ya lo sabe…y usted también: aumentando los impuestos que ya ahogan a los ciudadanos europeos, para robarles un poco más del aire que nos permite existir que no vivir. Y eso será así porque usted y toda su cáfila de tecnócratas, funcionarios y demás, unidos a los gobiernos de todos y cada uno de los países que conforman esta Europa de nuestros pecados, no quieren ni oír hablar de que ustedes aporten algo para llegar a esa suma de millones y para ello renunciar a algunos de sus privilegios, sinecuras y sueldos estratosféricos. ¡Eso nunca!
Tras Trump, Europa se encuentra en la situación del hijo que vivía a expensas del padre y que, cumpliditos los 30, recibió el aviso de que se buscara la vida, que las ayudas se habían terminado. Y ahora el hijo se encuentra en la tesitura de tener que sustituir las ayudas de papá y ponerse a trabajar y, claro, ni sabe cómo, ni cuándo, ni dónde.
MAROGA
