No tan solo Dios es buena persona,
También hay mucha gente que es buena,
Hasta quien, si la insultas, no se encona,
Y además, con olor a hierbabuena,
Te bendice, sonríe y te perdona,
Y el alma de gratitud se nos llena;
Al que es un pendón o una pendona,
Por eso no se le o se la condena,
Que a su líbido hay que dejarle zona
Para su expansión lúdica y serena;
Si se salen de madre, -en Estepona
Por el calor, o por el cierzo en la arena
Del mar Cantábrico,- se les condona,
-Si acaso hay sentencia que los condena,-
Por algo que no acaben en chirona;
Gente de bien la hay, me da la vena,
Por mucho que la den una encerrona,
Como eslabones de una cadena
De oro sin fin… Si bien, sin dormilona,
Pienso: … Que haya tantos Rojos, … ¡qué pena!.
Comentar desde Facebook