La progresía, cual perro meón, va marcando los límites de su perfil sociopático, en una vertiginosa carrera por ir ganándole terreno al Derecho Natural. Unos límites, cada vez más, sin ´principios´ ni final.
En este orden de cosas, la legislativa Cámara de Representantes del Estado de Montana, ha decidido ´democráticamente´ rechazar una propuesta de ley para que se diera a los niños nacidos vivos tras un aborto fallido, la misma atención que es obligada para cualquier ser humano. La propuesta de ley fue rechazada por una mayoría de votos.
Ya no estamos hablando de la ´ejecución´ quirúrgica de fetos vivos, sino de la muerte legal y organizada de aquellas criaturas que, aferrándose a la vida, hayan sobrevivido a un intento de aborto clínico, y se hallen respirando fuera ya del vientre de su madre. Y digo ´madre´ en el sentido descriptivo, no calificativo de la palabra.
Al parecer, una vez más, las leyes ´progres´ imponen la ideología, sobre la realidad natural; véase ley ´Trans ´. Así, los niños nacidos tras haber sobrevivido a un aborto provocado, no tendrán la consideración de personas, de ´seres humanos´, ni mucho menos estarán catalogados como ´especie protegida´, careciendo por tanto de protección legal sobre sus vidas.
El ´infanticidio legal´; el ´sueño húmedo de Herodes´, ya en el Estado de Montana; próximamente en nuestras pantallas.
A la imagen que difundía hace unos años, pocos, una asociación ´próvida´, le criticaron que emplearan ´equívocamente´ la imagen de un bebé, en una campaña anti aborto. Hoy, la realidad ha superado a la ficción.
Habrá que estar atentos a la incidencia que el caso de Montana, pueda tener sobre los ideólogos de la Agenda 2030 y su ´catecismo´.