Riquísimas naranjas de Levante;
aceites andaluces exquisitos;
de allí, también, sabrosos pescaítos;
embutido extremeño impresionante;
es nuestro vino el mejor hidratante;
buenos quesos, aquí son infinitos.
Y me dejo cien platos favoritos
delicias del local y el visitante.
Somos un paraíso al paladar;
de ese don, orgullosos nos sentimos.
Mas tampoco debemos olvidar
que también, por desgracia, producimos
golfos y timadores sin parar.
¡En política, a cientos, los sufrimos!
Por mucho que, en viandas, deslumbremos
los echamos o, de hambre, moriremos.