Cada día más tontos.
La humanidad siempre ha fantaseado con el progreso intelectual, imaginando un futuro de cerebros privilegiados y mentes brillantes.
Sin embargo, los datos recientes son dignos de una buena novela de misterio: desde mediados de los años 70, los estudios muestran una caída progresiva del coeficiente intelectual (CI) en muchos países desarrollados.
Esto ha provocado una auténtica conmoción entre expertos en neurociencia, psicología y educación.
¿Estamos realmente volviéndonos más “tontos”? ¿O simplemente estamos midiendo mal lo que significa ser inteligente en pleno siglo XXI?
Durante el siglo XX, las puntuaciones de CI crecieron de forma constante gracias a mejoras en educación, salud y nutrición, un fenómeno conocido como Efecto Flynn.
Pero a partir de las generaciones nacidas en los 70, la tendencia cambió. Investigaciones recientes —algunas con muestras de cientos de miles de personas— confirman el retroceso: Estados Unidos, Noruega, Finlandia y Reino Unido han registrado descensos acumulados en áreas como el razonamiento lógico, el vocabulario y la resolución de problemas visuales.
¿Por qué está ocurriendo este fenómeno?
La respuesta no es sencilla ni única. La ciencia apunta a una combinación de factores ambientales, sociales y tecnológicos:
- Transformaciones educativas: Las nuevas metodologías de enseñanza y la menor apuesta por el pensamiento crítico parecen haber desplazado la estimulación intelectual profunda por la memorización mecánica. Muchos expertos advierten que el sistema educativo actual podría estar menos enfocado en desarrollar habilidades cognitivas complejas.
- Revolución digital: El uso masivo de dispositivos electrónicos y la exposición continua a contenidos fragmentados han cambiado radicalmente la manera en que procesamos información. Hoy leemos menos libros y más titulares; nuestra atención salta sin pausa entre aplicaciones y notificaciones. Se estima que la capacidad media de atención ha caído drásticamente: de 2,5 minutos en 2004 a solo 47 segundos en 2024. El cerebro humano está adaptándose a un entorno digital hiperestimulante, lo que favorece la multitarea pero penaliza la concentración profunda.
- Factores sociales y ambientales: Cambios en los estilos de vida, nutrición o incluso nuevas formas de crianza también influyen sobre el desarrollo cognitivo. Los estudios controlados dentro de familias demuestran que estos factores afectan incluso a hermanos nacidos en distintas épocas.
¿Es realmente un descenso de la inteligencia?
Aquí empieza el debate apasionante: ¿de verdad nos volvemos menos inteligentes o simplemente nuestros test han quedado obsoletos? Muchos psicólogos sostienen que los tests clásicos de CI solo capturan ciertas formas de inteligencia —principalmente lógica-matemática y verbal— pero dejan fuera otras igual o más relevantes hoy.
La neuropsicóloga Katherine Possin defiende que las nuevas generaciones están desarrollando otras capacidades cognitivas más adaptadas al entorno digital: rapidez para procesar grandes volúmenes de información, destreza multitarea y habilidades sociales online. Así, lo que se observa no sería un declive real, sino una transformación profunda del perfil cognitivo contemporáneo.
Otros expertos recuerdan la teoría de las “inteligencias múltiples” propuesta por Howard Gardner, quien ya advertía que ser inteligente no es solo resolver ecuaciones o entender analogías verbales: existen inteligencias creativa, emocional o social que no se miden bien con los instrumentos tradicionales.
Por tanto, una interpretación posible es que las pruebas actuales miden peor las habilidades realmente útiles hoy. Si antes leer un libro exigía concentración y análisis profundo, ahora navegar entre cientos de mensajes requiere velocidad, flexibilidad mental y tolerancia a la sobrecarga informativa.
Un fenómeno global… pero desigual
Curiosamente, este descenso del CI no se da igual en todo el mundo. Los países industrializados lideran esta tendencia negativa. En cambio, en algunas regiones del sur global todavía persiste —o se estanca— el antiguo Efecto Flynn gracias a mejoras recientes en educación y salud pública. Es decir: mientras unos pierden terreno cognitivo según nuestros baremos actuales, otros aún lo ganan.
Los expertos coinciden en que urge adaptar los instrumentos para medir la inteligencia contemporánea y diseñar políticas educativas más adecuadas al nuevo contexto. De lo contrario, podríamos estar confundiendo una evolución natural con una crisis artificial.
Curiosidades científicas sobre el CI (y alguna anécdota)
Para quienes temen un futuro gobernado por idiotas certificados… aquí algunas curiosidades para alimentar conversaciones (y tranquilizar ánimos):
- El Efecto Flynn fue bautizado así por James R. Flynn tras observar aumentos generacionales sostenidos del CI durante todo el siglo XX. Nadie previó entonces su reversión reciente.
- En Noruega, un estudio con más de 730.000 jóvenes concluyó que el descenso del CI desde 1975 afecta incluso a hermanos dentro de una misma familia. Así queda descartada cualquier causa genética o migratoria como explicación principal.
- La capacidad multitarea actual es tan alta que algunos neurocientíficos bromean con que “un millennial puede chatear mientras ve Netflix… ¡y aún así quedarse sin saber cómo acabó la serie!”
- Howard Gardner defendía que Mozart o Messi serían igual o más inteligentes —según su propia teoría— que Einstein o Hawking.
- Los tests clásicos siguen privilegiando habilidades como memorización rápida y razonamiento abstracto formal… justo las competencias menos necesarias para sobrevivir al aluvión digital diario.
- La tendencia a explicar todo por genética está cada vez más desacreditada: las variaciones ambientales explican casi todo el fenómeno observado tanto en ascensos como descensos del CI.
- En Japón existe un término para designar a quienes se aíslan socialmente ante la presión tecnológica: “hikikomori”. Nadie sabe aún cómo afectará esto al desarrollo cognitivo futuro.
- Si crees que esto es cosa solo de humanos modernos… ¡las abejas han demostrado capacidad para sumar y restar! Eso sí: todavía nadie les ha hecho un test oficial de CI.
