La imagen duele: humo denso sobre los colores rojizos de Las Médulas, vecinos desalojados a toda prisa y un patrimonio único golpeado por el avance de las llamas.
Este domingo, El Bierzo vivió horas de auténtico nervio.
El fuego declarado en Yeres se avivó con un cambio brusco del viento y penetró en el entorno del Monumento Natural, reconocido por la Unesco desde 1997, obligando a evacuar a cientos de personas de varias localidades cercanas. La cifra de desalojados —entre evacuados y confinados— ronda las 800 personas, con salidas urgentes en Carucedo (400), Orellán (165), Las Médulas (100), Voces (15) y Montes de Valdueza (20), según datos de la Subdelegación del Gobierno en León.
El giro del viento por la tarde marcó el parte de daños. Donde por la mañana las previsiones eran prudentes, por la tarde el operativo habló de “condiciones excepcionales” y frente “diez veces superior al previsto”, con propagación acelerada hacia el paraje de Las Médulas y el municipio de Carucedo.
Aunque las autoridades confirmaron que el fuego alcanzó el entorno protegido, el delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego, precisó en RNE que no afectó a la zona de las minas romanas, un matiz clave a falta de evaluación detallada sobre el terreno.
Lo esencial del día
- Incendio principal: foco originado el sábado por la tarde en Yeres; evolución crítica el domingo por el cambio de viento y una tormenta seca.
- Nivel de emergencia: activo el nivel 2, con refuerzo de medios aéreos y terrestres en la comarca.
- Afectación patrimonial: el fuego entró en el entorno de Las Médulas; según la Junta, no alcanzó la zona arqueológica de minas romanas.
- Evacuaciones: cerca de 800 personas entre desalojados y confinados; apoyo logístico en el polideportivo Lidia Valentín de Ponferrada.
- Viviendas y daños: testimonios locales apuntan a varias casas afectadas en Las Médulas, con vecinos pendientes de saber si su hogar está entre los dañados.
- Riesgo comarcal: al menos ocho incendios activos en la provincia, con especial preocupación por Llamas de Cabrera.
Un domingo al límite: viento, calor y evacuaciones
El relato se repite en la comarca: a mediodía el pronóstico invitaba a cierto optimismo; por la tarde, el viento viró, se aceleró y el fuego se multiplicó “por diez”, en palabras del delegado de la Junta en León. Esa combinación —rachas de hasta 50 km/h y tormenta seca— obligó a retirar momentáneamente a parte del dispositivo y precipitó la salida de vecinos de varias localidades, con la Guardia Civil y la Policía Nacional coordinando los desplazamientos. La orden de confinamiento afectó a Borrenes y La Chana, mientras en Ponferrada se habilitó el polideportivo Lidia Valentín para las familias desplazadas.
En el terreno, la prioridad fue clara: proteger a la población y frenar el frente que empujaba hacia el corazón del patrimonio. La UME se sumó con drones y apoyo terrestre, y hasta 24 medios aéreos y terrestres se concentraron en el foco de Las Médulas, según balances difundidos durante la tarde y noche. La geografía —pendientes, matorral y canales históricos— y la baja humedad complicaron cada maniobra.
“Terrorismo medioambiental”: la denuncia política y social
El presidente del Consejo Comarcal, Olegario Ramón, puso palabras a la angustia del día: “Se vivieron momentos muy complicados”, con 17 medios aéreos “que poco han podido hacer” ante el viento y la tormenta seca. En la misma entrevista, habló sin rodeos de “terrorismo medioambiental” y señaló que cinco de los incendios activos apuntan a origen intencionado, en un contexto de ola de calor y cambios bruscos de viento. La expresión recoge la indignación de una comarca que ve peligrar su paisaje, su memoria minera y su economía turística.
Pese a la alarma, la Junta subrayó dos datos de cierto alivio: no se registraron daños personales y, según su primera valoración, el fuego no entró en el núcleo arqueológico de las minas romanas de Las Médulas. Aun así, los equipos insisten en que la evaluación de daños materiales y ambientales será labor de las próximas horas, cuando el perímetro deje de moverse y el humo permita una lectura fina del impacto.
Cultura, patrimonio y turismo: el golpe a una imagen de país
El incendio toca una fibra sensible. Las Médulas no es solo un paisaje: es una huella viva de la ingeniería romana, un símbolo de la relación entre minería, agua y territorio, y un motor turístico que sostiene a decenas de negocios en Carucedo, Borrenes y su entorno. En verano, los senderos, miradores como Orellán y centros de visitantes concentran miles de visitas. Un episodio así deja cicatrices visibles (vegetación, fauna, viviendas) e invisibles: cancelaciones, miedo, erosión reputacional.
Claves culturales y sociales del impacto:
- Patrimonio mundial: la etiqueta Unesco comporta responsabilidad compartida y vigilancia constante sobre usos del suelo y emergencias.
- Economía local: alojamientos rurales, guías y restauración dependen del flujo constante de visitantes; cualquier cierre provisional repercute de inmediato.
- Memoria del paisaje: el bosque y el matorral que arden hoy condicionan la lectura del lugar mañana; la interpretación patrimonial deberá integrar la marca del fuego, sin banalizarla.
- Educación ambiental: la palabra “intencionado” obliga a reforzar campañas, vigilancia y el peso de las penas cuando se prueban provocaciones.
Lo que viene ahora
- Evaluación de daños: técnicos de la Junta y del entorno Unesco deberán mapear el impacto sobre vegetación, accesos, miradores y posibles afecciones en viviendas.
- Estabilización y perímetro: con el nivel 2 activo y varios focos en la provincia, las próximas horas serán decisivas para cerrar frentes, especialmente hacia Borrenes y La Chana.
- Restauración ecológica: reforestación selectiva, control de erosión y recuperación de senderos, coordinada con arqueología del paisaje para no alterar la lectura histórica.
- Turismo responsable: reaperturas graduales, información clara al visitante y rutas alternativas mientras se aseguran las zonas sensibles.
En un día negro que RTVE y medios locales describen como uno de los más duros del verano en Castilla y León, el Bierzo vuelve a pedir algo básico: prevención, recursos y respeto. Cuando la cultura se escribe en el territorio, cada llama no solo quema monte; quema también memoria, vida cotidiana y futuro.
