PARA DEFENDER A SU CACHORRO

La mamá osa planta cara al feroz tigre y logra, herida, hacerlo huir

El oso bezudo​ o labiado -técnicamente el​ 'Melursus ursinus'-  tiene hábitos preferentemente nocturnos

Decía George Bernard Shaw: «Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad».

Dos de los animales, muy dispares en fuerza y agresividad, un tigre y una hembra de oso bezudo, se enfrentan en una encarnizada pelea.

Ocurre en en el Parque Nacional Tadoba, en el estado oriental indio de Maharashtra.

En la grabación se ve como el felino persigue a la osa, que al darse cuenta de que no puede escapar, se vuelve y planta cara para proteger a su cría.

En un momento de la contienda parece que el tigre ya ha ganado la pugna, pues logra inmovilizar a su rival, con garras y dientes.

Pero no acaba allí la lucha: la osa no se da por vencida y sigue peleando, con desesperación.

Se libera de las garras del tigre y pasa al ataque, hasta hacer huir al felino hacia el río.

Akshay Kumar, cuidador del parque Bamboo Forest Safari Lodge, explicó que la pelea se produjo cuando la osa, que iba en busca de agua para su cría, se cruzó en el camino del tigre.

Apuntó que este último, bautizado con el nombre de Matkasur, tiene siete años y es uno de los machos dominantes del parque.

Tanto el tigre como la osa sufrieron tremendas heridas como resultado de su pugna. El cachorro osezno, logró escapar ileso.

EL OSO EN LA INDIA

El oso bezudo​ o labiado -técnicamente el​ ‘Melursus ursinus‘-  tiene hábitos preferentemente nocturnos y hasta su casi exterminación vivía en las praderas y bosques de llanura de la India, Nepal, Bangladés, Sri Lanka y Bután.

Tiene características poco comunes que lo diferencian fácilmente de otras especies de úrsidos, entre las que se encuentra una amplia capa de pelo largo, lacio y negro -con la excepción de una banda de pelo blanco en forma de «V» en el pecho-, un hocico elongado con una nariz y labios muy prominentes y móviles, y unos pies curvados hacia dentro, rematados por largas uñas más útiles para cavar que para atrapar y desgarrar animales.

Estos elementos son tan raros que cuando los zoólogos europeos recogieron las primeras descripciones y pieles de manos de los hindúes, pensaron inicialmente que se encontraban ante algún tipo de perezoso o algún otro insectívoro emparentado.

El parecido con los perezosos no termina ahí.

Al igual que ellos, el oso labiado también es extremadamente lento cuando se desplaza  y puede trepar a los árboles.

Sus huellas, debido a la peculiar forma de sus pies, son bastante parecidas a las humanas, aunque obviamente de mayor tamaño y provistas de garras.

Los machos son más grandes que las hembras, alcanzando hasta 1,80 m de largo y 175 kg de peso.

 

 

 

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