El entusiasmo perdido o las limitaciones de la vida adulta

El entusiasmo perdido o las limitaciones de la vida adulta

La crisis de la madurez parece ser especialmente difícil para la generación a la que ahora le toca aportar y mañana dirigir. Los que hoy están en la cuarentena vivieron despreocupados en cierta abundancia consumista y ahora se sienten abrumados por las obligaciones familiares y profesionales. Son frágiles o se lo hacen. Pablo Remón busca retratarlos sin acritud en una comedia urbana graciosa a la que le sobra la media hora final.

¿Hasta qué punto es posible cambiar lo que somos, o estamos determinados por nuestras elecciones pasadas? A medida que envejecemos, ¿nuestras opciones se reducen, o estamos más capacitados para dirigir a donde vamos? ¿En qué medida controlamos esa dirección? ¿Cuánto influye nuestra herencia, nuestros traumas? ¿Estamos condenados a convertirnos en nuestros padres? ¿Cuánto influye el azar? Las posibles vidas que podríamos haber vivido… ¿se pierden para siempre o perviven en nosotros como fantasmas? ¿Vivimos en la ficción o vivimos en la realidad? En definitiva: ¿somos autores de nuestras vidas, o simplemente personajes? Así plantea su propuesta Pablo Remón.

Toni y Olivia vivieron su época juvenil en una buhardilla de Malasaña y ahora tienen un hogar con dos hijos en un piso impersonal de Sanchinarro, una de las nuevas urbanizaciones madrileñas de un extrarradio que crece y crece imparable. Se sienten agobiados a pesar de no tener problemas económicos -él profesor; ella, periodista- y llevar una existencia apacible, que es la que en realidad les agobia. Él cavila y cavila y se cree escritor y ella se aburre. Y al final… y al final, nada.

Pablo Remón tiene demostrados dotes de dramaturgo sin complicaciones, buen observador de la realidad y constructor de diálogos y situaciones creíbles, divertidas y un tanto irónicas, en la línea del gran Alfredo Sanzol, -heredero de la buena comedia del régimen anterior-, antes de que se convirtiera en funcionario de la cultura oficial. Con ‘Los mariachis’ (ver nuestra reseña), Remón (Madrid, 1977) irrumpió con mucha fuerza en 2018 y con ‘Los farsantes’ (ver nuestra reseña) se consolidó en 2022 como destacado en la nueva promoción teatral española. ‘El entusiasmo’ es menos ambiciosa, más facilona, digamos: menos personajes, menos estructura, más convencional. En su haber, prescinde de teléfonos móviles y escenas de sexo, y crea dos personajes originales, los hijos de la pareja, que tienen mucha gracias; en el debe, una introducción y un desenlace fallidos, y un discreto reflejar sin nada indagar. Una comedia amable basada en una excelente dirección actoral de un buen reparto.

Ciertamente, los dos protagonistas lo hacen bien, aunque a Natalia Hernández debe reprochársela una muy mala dicción, pero Francesco Carril está impecable en este escritor aficionado, angustiado por el recuerdo de su padre y el laberinto del lenguaje, una prolongación del personaje de ‘Los farsantes’ que interpretara entonces. Sin embargo, son aún más destacables, los dos acores secundarios, especialmente Raúl Prieto -uno de los mejores actores del momento en nuestra humilde opinión- que emerge de su encasillamiento como antagonista malo de tantas otras veces, para hacer un niño desternillante, un psicólogo cabreado y sobre todo un hermano harto que es el mejor personaje de la pieza. Y no olvidemos a Marina Sala, que empieza ‘bajito’, hace una genial redactora del periódico oficial, y termina dando un ‘do de pecho’ como la mamá de Olivia, bien interpretado pero absolutamente sobrante en la trama. Ambos comienzan haciendo de una pareja que luego sabremos son protagonistas de una novela de Toni -la publicada o la que escribe- y terminan siendo alter egos de la pareja de Sanchinarro, que discute como todas, pero sigue junta como ya cada vez menos.

En la propuesta, hay cosas discutibles como el mismo título, pues no es precisamente entusiasmo lo que sienten los jóvenes de todas las generaciones, es ansia de vivir, anhelo de gozar, despreocupación por el porvenir; como la forzada referencia a Arias Navarro, un detalle oportunista sobrante. Pero los apuntes sobre el oficio de novelista, los parques infantiles y la angustia existencial arrancan sinceras carcajadas. Una propuesta notable que destaca en un momento mediocre del teatro patrio que tan bien reflejan las últimas temporadas del Centro Dramático Nacional.

APROXIMACIÓN A LA PROPUESTA (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto original: 8
Dramaturgia: 8
Dirección: 8
Interpretación: 9
Puesta en escena: 6
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 6

Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero | Sala Grande
El entusiasmo
Texto y dirección Pablo Remón
7 NOV – 28 DIC 2025

Reparto Francesco Carril, Natalia Hernández, Raúl Prieto y Marina Salas

Escenografía Monica Boromello
Iluminación David Picazo
Vestuario Ana López Cobos
Sonido Sandra Vicente
Fotografía Geraldine Leloutre
Producción Centro Dramático Nacional y Teatro Kamikaze

De martes a domingo a las 20:00 | Duración 2 h y 1 casi 30 min aprox.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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