Tamaña desvergüenza sólo es comprensible desde la bajeza moral y la despreocupación de quien está bien alimentado
(Alfredo Sepúlveda).- Hace unos días, en un diario cordobés, se podían leer las mezquindades de estómagos agradecidos respecto, una vez más, a los profesores de religión de educación primaria de Andalucía, y a sus previsibles condiciones laborales.
El citado diario trae, negro sobre blanco, que la responsable de la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte en Córdoba, Dª Manuela Gómez Camacho, ha realizado las siguientes manifestaciones: «Al no ser personal contratado por nosotros, no podemos hacer nada».
Se está refiriendo a la situación a la que la Junta está abocando a este colectivo, en virtud de lo contenido en el proyecto de Decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes a la educación primaria en Andalucía, que desarrolla la LOMCE para este concreto nivel educativo, y que reduce la asignación horaria de la asignatura de religión, lo que, consecuentemente, provocará la reducción de este profesorado en parecida proporción, es decir, podrán ser despedidos o se les mantendrá con un contrato y unas retribuciones ínfimas para la dignidad de cualquier persona.
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