«el Santo Padre nombrará a aquél que realmente necesita la Iglesia en esa querida diócesis»
El nuncio del Vaticano en España asegura que el Papa nombrará como obispo de Bilbao a «aquél que realmente necesita» esta diócesis, según escribe en la respuesta que Renzo Fratini ha enviado a los representantes de los casi 700 sacerdotes, religiosos y laicos que solicitaban participar en la designación del nuevo prelado.
El pasado 3 de junio se conoció el texto de una carta firmada por 677 personas de la Iglesia vizcaína, entre ellas personalidades de relevante peso en la estructura de la institución, en la que reclamaban al embajador de la Santa Sede en Madrid que se consulte a la comunidad diocesana en el proceso de nombramiento del nuevo obispo de Bilbao.
La sede, oficialmente vacante desde la salida de Ricardo Blázquez para hacerse cargo del arzobispado de Valladolid, está dirigida por el auxiliar Mario Iceta, designado administrador apostólico hasta el nombramiento del titular. Los firmantes pedían ser tenidos en cuenta a través de las mesas de corresponsabilidad (Consejos diocesanos) que les representan.
Renzo Fratini, en un escrito fechado el pasado 7 de junio -los destinatarios la acaban de recibir-, transmite el acuse de recibo de la «atenta carta en la que me expresan su particular opinión y sentir acerca de cómo llevar a cabo en concreto la participación de la mencionada diócesis en la elección del nuevo obispo».
Pero, a renglón seguido, el nuncio deja claro, aunque con lenguaje diplomático, que el Vaticano tiene sus propios canales de comunicación para recabar informes sobre los candidatos a la mitra episcopal. «Esta Nunciatura Apostólica, actuando conforme a Derecho, ha realizado siempre oportunas consultas dirigidas a diversos sectores diocesanos», señala Fratini.
La nota, de apenas 13 líneas, asegura a los firmantes que «el Santo Padre nombrará a aquél que realmente necesita la Iglesia en esa querida diócesis» y termina animándoles a la oración «pidiendo al Señor les bendiga con un Pastor según su corazón».
La contestación, sin embargo, es una novedad. Cuando el relevo de monseñor Larrea, la Nunciatura ni se molestó en dar acuse de recibo.