Siro, con espumilla blanca en las comisuras de los labios se pegó a la pantalla gritando
En plena guerra mediática, con periodistas pendientes de otros periodistas, con profesionales de la información mostrando su disgusto -en uno y otro sentido- con la forma de trabajar de otros compañeros, la crítica televisiva de Mundo Deportivo Mónica Planas ha venido a meter más cizaña al asunto.
Vayamos por partes. Mónica Planas escribe en un diario donde quieren mal en general a Punto Pelota. Al menos su director, Santi Nolla, que antepuso barcelonismo a periodismo y preguntó ufano a sus lectores si el Barça debía vetar al programa de Intereconomía antes de que la junta directiva de Sandro Rosell así lo decidiera. Lo sucedido encontró respuesta en un por aquel entonces dolido Pedrerol, que le afeó el gesto–Josep Pedrerol: «Santi Nolla, te has portado muy mal. Utilizar una encuesta para matar a un programa de televisión no lo había visto nunca»–.
Ahora, aprovechando esa guerra de trincheras que parece haberse instaurado en la actualidad, Planas aprovechó la visita de Florentino Pérez a Punto Pelota para atizar a Siro López. La verdad que el tertuliano madridista lo puso facil. Un discurso donde aseguró que se pasaba un determinado periodismo objetivo «por el moño» a la vez que arremetía contra compañeros dando nombres y apellidos es el sueño de todo crítico de televisión. Material inflamable.
Y en el pack metió Planas también a Pedrerol, que confesó sentirse dolido por los comentarios de algunos colegas de este mundillo que anticiparon que se la «mamarían» a Florentino Pérez: «Me enseñaron en esta profesión que lo importante no eran las preguntas sino las respuestas», quiso justificarse el presentador catalán.
Planas lo ve así:
Siro, con espumilla blanca en las comisuras de los labios se pegó a la pantalla gritando. Su dentista, si le estaba viendo, le pudo hacer la revisión gratis desde el sofá. Entró en trance y se desgañitó: «¡El periodismo objetivo me lo paso por el arco del triunfo!». Lo habíamos notado. Hace tiempo ya. Tanto él como Pedrerol exigieron que no se les dieran más lecciones, pero igual es que necesitan unas cuantas.
Siro confundía periodismo objetivo con «llevarle la contraria». Confundía información con ataque. Confundía fuente oficial con verdad absoluta. Confundía opinión con periodismo de camiseta. Y también es evidente que para su periodismo no ha sabido encontrar ni el lenguaje ni un tono de voz mínimamente creíble. Siro y Pedrerol le han pillado el gusto a justificarse periodísticamente, algo que denota muchos complejos y demasiadas ganas de convencer a los espectadores.