CRACKS DEL FUTBOL

Iker Casillas y Sara Carbonero: una pareja feliz y sin problemas… económicos

Iker Casillas y Sara Carbonero: una pareja feliz y sin problemas... económicos
Iker Casillas y Sara Carbonero, en dos momentos clave de sus vidas. EP

No todos les han jugado limpio (‘El País’ se inventa una ‘milonga’ para tratar de justificar el titular más cruel jamás escrito sobre Iker Casillas).

Pero, como cuenta J. Moriarty este 4 de mayo de 2019 en Informalia, ahí están ellos, felices como perdices y con apaleando dinero (¿Podrá el gran Iker Casillas volver a jugar al fútbol?).

El 20 de mayo Iker Casillas cumplirá 38 años, después del susto: se estaba entrenando con el resto de compañeros del Oporto, sin novedad, hasta que empezó a sentir molestias, un malestar general que le llevó hasta los médicos del equipo. La reacción fue inmediata y le trasladaron al hospital.

Estaba sufriendo un infarto agudo de miocardio que requirió una intervención urgente. Le sometieron a un cateterismo, le colocaron un stent (muelle) para facilitar la circulación sanguínea por la arteria coronaria derecha, que se había obstruido, y su vida dejó de correr peligro.

Le sucedió el 1 de mayo. Ocurrió sin previo aviso, acaso por estrés, quizá por un problema del metabolismo congénito… Los especialistas no se ponen de acuerdo a la hora de evaluar el origen desde la distancia.

Reputados cardiólogos sugerían, al saber lo sucedido, que una vez superado el trance la carrera deportiva del cuatro veces elegido mejor portero del mundo quedaba instantáneamente finiquitada.

Los médicos del Oporto procuraban ser menos alarmistas y no se atrevían a retirarlo. Daban largas. Según han ido pasando los días, el diagnóstico sobre la gravedad de lo que le ha ocurrido no ha cambiado, aunque sí el horizonte. Primero estará dos meses en los que deberá gozar de total tranquilidad, nada que tenga que ver con la carrera de un futbolista.

Y pasarán cuatro meses más hasta determinar si la retirada es definitiva, que es lo que apuntan la mayoría de los especialistas.

Estamos, pues, ante el final de la carrera del mejor portero de la historia del fútbol español.

Y no sirven comparaciones porque los números hablan por sí mismos: dos Eurocopas, un Mundial y tres Ligas de Campeones, entre otros muchos títulos. Pero aunque el futuro de Iker Casillas se vislumbre desde ya lejos de la portería, lo que es seguro es que ni él, ni Sara Carbonero ni sus dos hijos, Martín y Lucas, van a sufrir privaciones.

Iker, a sus 37 años y a unos días de cumplir 38, acaba de renovar contrato con el Oporto: una temporada más otra. Había ciertas dudas en el club portugués, no ya por la duración del vínculo sino por la ficha del jugador, establecida finalmente en cinco millones de euros anuales; cantidad que despertaba reticencias en la entidad; pero que finalmente se ha firmado.

Y no es de extrañar ni un favor que le hicieran al cancerbero, pues dado el rendimiento de sus sucesores en la selección español y su trabajo en la portería de su equipo empezaba a especularse con su regreso al conjunto nacional.

Ahora, el panorama ha cambiado radicalmente y el matrimonio Casillas-Carbonero tiene que empezar a plantearse la vida de manera diferente. Todo cambió para la pareja a raíz del beso en el Soccer City de Johannesburgo cuando España se proclamó campeona del mundo.

La imagen dio la vuelta al mundo y aquel gesto que vino a ser como una petición de mano unió ambos destinos. En el viaje de regreso a España, Iker abandonó su lugar privilegiado en el avión para colocarse junto a Sara en la clase turista. Las muestras de cariño, interminables. Once horas después aterrizaban en Madrid con toda la expedición y una nueva vida por delante.

El capítulo empresarial de la pareja lo inició él mucho antes de que empezarán a relacionarse, y los primeros inconvenientes surgieron con los progenitores del portero.

En 2010, cinco años antes de que concluyera su relación laboral con el Real Madrid, Iker y sus padres disolvieron la sociedad que compartían y que entonces revelaba un patrimonio de 30 millones de euros.

Casillas les pagó 9 millones y se comprometió a pasarles un sueldo mensual de 9.500 euros hasta el año 2035, a cambio de su silencio y de que nunca hablaran de su vida profesional o privada.

Se iba cumpliendo el acuerdo hasta que fichó por el Oporto, tras una salida del Madrid que José Luis y Carmen -los papás- consideraron poco elegante por parte del club. Entonces hubo una confrontación con Florentino Pérez que no fue a mayores. Superado el trance, Iker y Sara se trasladaron a Portugal y allí comenzaron nuevos proyectos comerciales.

Del año 2000 es una de las empresas que Casillas mantiene, Ikerka SL, dedicada a la explotación de sus derechos de imagen y a la inversión inmobiliaria. El patrimonio supera los 12 millones de euros.

También rinde beneficios Casillas World SL, creada en julio de 2015. De ahí surge la marca de ropa 1K y la fundación «para mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos y jóvenes sin recursos».

Este sello se dedica fundamentalmente a la representación, asesoramiento e intermediación de profesionales. En dos años dobló beneficios, de 1.025.000 euros a 2.335.694.

Otras dos sociedades del guardameta no han producido ganancias, sino todo lo contrario. Ikerfer1981, establecida en 2013 para gestionar derechos de imagen, llegó a los 70.000 euros de beneficio, que cayeron hasta los 51.000 de pérdidas y que desde 2016 no produce ingreso alguno. Mantiene, no obstante, un patrimonio de 1,9 millones de euros.

Y la cuarta empresa, Casillas Fútbol&Marketing, inactiva desde 2018, fue creada para gestionar operaciones inmobiliarias. Está en pérdidas; pero no es un drama porque las dos primeras van viento en popa.

Sara Carbonero también ha hecho sus pinitos empresariales, primero con Recuerdos de Sudáfrica SL, agencia de publicidad, que ha dado 130.000 euros de beneficio. En 2015 fundó, junto a sus amigas, Isabel Jiménez y Mayra del Pilar, Slow Love, firma de ropa y de complementos. Invirtieron 40.000 euros, en 2016 alcanzaron los 34.728 euros de beneficios y facturan 1.2 millones de euros.

El patrimonio Casillas-Carbonero se calcula que gira en torno a los 16 millones de euros que, seguramente, se quedan muy por debajo de sus riquezas, teniendo en cuenta que desde que el futbolista firmó en 2015 con el Oporto ha venido cobrando 5 millones de euros por temporada. Hagan cuentas, sin atender a su larga vida en el Real Madrid.

Establecida, pues, la economía saneada de esta pareja, lo único que preocupa en la actualidad, más allá de los números y del vil metal, es la salud de Iker. Y el trance ha quedado superado, o así parece. Ahora solo cabe desearle una pronta y absoluta recuperación, que el futuro lo tiene asegurado, tanto él como su familia. Suerte, Iker.

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