Son unos ineptos.
Y el ministro Óscar Puente destacar como inepto.
La jornada del 12 de junio de 2025 ha dejado una huella imborrable en la actualidad española.
Mientras miles de pasajeros veían frustrados sus planes por un colapso ferroviario sin precedentes en Madrid-Chamartín, el Partido Socialista se enfrentaba a la mayor crisis de credibilidad en años tras la publicación del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que implica a su cúpula en una presunta trama de corrupción.
Los dos sucesos, aunque independientes, se solaparon y multiplicaron el malestar ciudadano y la presión sobre el Gobierno.
Un descarrilamiento paraliza Chamartín y siembra el caos
Pasadas las 13:00 horas, un tren Alvia que cubría la ruta Alicante-Palencia sufrió un descarrilamiento al entrar en la vía 23 de la estación madrileña de Chamartín. El incidente, provocado por una “salida de eje” de la cabeza motriz del convoy, no causó heridos entre los 194 pasajeros a bordo, pero sí desencadenó una reacción en cadena que colapsó la circulación ferroviaria entre Madrid y gran parte del territorio nacional.
- La falta de tensión eléctrica obligó a cortar toda la circulación de alta velocidad hacia Levante (Valencia, Alicante y Murcia), mientras los trenes con destino al norte (Galicia, Asturias, Castilla y León, Cantabria) sufrían importantes retrasos o eran desviados hacia Atocha.
- La operadora Adif movilizó equipos técnicos para restaurar el servicio cuanto antes, pero a última hora de la tarde aún no se había reanudado por completo el tráfico con destino Levante.
- Los viajeros afectados tuvieron que buscar alternativas improvisadas o esperar durante horas sin información clara ni soluciones inmediatas.
El caos afectó tanto a los servicios comerciales como a la movilidad diaria entre Madrid y varias capitales clave. Las redes sociales se llenaron de quejas sobre la gestión del incidente y la falta de información. El secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, reconoció públicamente que “la situación es complicada” y apeló a la paciencia mientras se investigaban las causas técnicas.
Fallos encadenados y dudas sobre la gestión
La investigación preliminar apunta a un fallo al sustituir una aguja en la vía 21 como posible origen del descarrilamiento, según fuentes cercanas al gestor ferroviario. La avería eléctrica posterior agravó el escenario: “El descarrilamiento tiró un poste y provocó la caída de tensión”, informó un maquinista a los pasajeros afectados.
- El incidente ha reavivado críticas sobre el mantenimiento y las inversiones en infraestructuras ferroviarias.
- La saturación en Atocha por los desvíos hizo aún más patente lo vulnerable que es el sistema ante fallos puntuales.
- Varios usuarios pidieron explicaciones directas al ministro del ramo, Óscar Puente, acusando al Gobierno socialista de ineficacia e improvisación ante emergencias técnicas.
Escándalo político: el informe UCO sacude al PSOE
Mientras media España seguía atrapada en estaciones o buscando rutas alternativas para llegar a sus destinos, otro terremoto –esta vez político– estallaba en los despachos del PSOE. La publicación íntegra del informe elaborado por la UCO implica directamente a miembros destacados del partido, incluidos el exministro José Luis Ábalos, su exasesor Koldo García y, sobre todo, al hasta hoy secretario de Organización socialista, Santos Cerdán.
- El informe detalla conversaciones grabadas entre Koldo García, Ábalos y Cerdán sobre supuestos amaños en adjudicaciones públicas y cobros ilícitos vinculados a empresas como Acciona.
- La cifra estimada ronda los 620.000 euros canalizados presuntamente a través de comisiones ilegales relacionadas tanto con contratos sanitarios durante la pandemia como con obras públicas posteriores.
- Las transcripciones apuntan a una red organizada para exigir pagos a cambio de licitaciones favorables. En algunos casos incluso se discuten supuestas “deudas” pendientes por parte de empresas beneficiadas.
El Supremo ha citado ya a Santos Cerdán para declarar como investigado el próximo 25 de junio tras encontrar “indicios consistentes” contra él. El propio Cerdán anunció su dimisión inmediata asegurando “no haber cometido ninguna ilegalidad”, aunque se mostró dispuesto a colaborar con la Justicia.
Impacto social y político: malestar creciente
La coincidencia temporal entre ambos sucesos ha amplificado el descontento social:
- Por un lado, miles de ciudadanos han visto alterada su movilidad o perdido conexiones laborales y familiares por una avería cuya gestión muchos consideran deficiente.
- Por otro lado, los nuevos detalles sobre corrupción han erosionado aún más la confianza pública en las instituciones. Líderes políticos rivales piden explicaciones urgentes al Gobierno y exigen responsabilidades.
En círculos parlamentarios, incluso antiguos aliados han advertido del “daño terrible” que este caso puede provocar no solo al PSOE sino también al resto del arco progresista que sostiene al Ejecutivo. La sensación generalizada es que se abre un periodo incierto tanto para las infraestructuras como para la estabilidad política.
Una tormenta perfecta para el Gobierno
El doble golpe sufrido este jueves –colapso ferroviario e informe demoledor sobre corrupción– deja tocada tanto la imagen del Ejecutivo como su capacidad para responder ante crisis complejas. Mientras técnicos e ingenieros trabajan contrarreloj para restablecer los trenes hacia Levante y normalizar Chamartín, desde Moncloa tratan también de frenar el deterioro reputacional generado por las revelaciones judiciales.
Ambas crisis han puesto bajo los focos tanto las debilidades estructurales del sistema público –ya sea en movilidad o integridad política– como las dificultades del Gobierno para ofrecer respuestas rápidas y convincentes. Con miles de ciudadanos afectados directamente por el caos ferroviario y millones desconfiando tras conocer los detalles del caso Koldo-Ábalos-Cerdán, España afronta ahora una doble tarea: recuperar tanto su red ferroviaria como su confianza institucional.
