Una ley de impacto histórico en el Senado de Estados Unidos

El omnipotente Trump y su ‘One Big Beautiful Bill Act’: así cambiará la vida de los estadounidenses

El Congreso aprueba por un margen mínimo el mayor paquete legislativo de Trump, que promete cambios en impuestos y recortes sociales

Donald Trump
Donald Trump. PD

El Senado de Estados Unidos acaba de dar luz verde, por la mínima, a la ‘One Big Beautiful Bill Act’, la conocida como megabill de Donald Trump.

Esta ley no solo prolonga los recortes fiscales de 2017, sino que introduce modificaciones profundas en programas sociales y políticas de gasto público.

El empate técnico se resolvió gracias al voto decisivo del vicepresidente JD Vance, reflejando la enorme división política que suscita esta iniciativa.

Tres senadores republicanos —Rand Paul (Kentucky), Thom Tillis (Carolina del Norte) y Susan Collins (Maine)— se sumaron a los demócratas en el rechazo, mostrando la tensión interna en el propio partido republicano.

Con la mirada puesta en las próximas elecciones legislativas, los republicanos han acelerado la tramitación para que la ley llegue al despacho presidencial antes del 4 de julio.

Este calendario subraya el valor simbólico y estratégico que otorgan al proyecto, aunque las consecuencias económicas y sociales van mucho más allá del puro cálculo electoral.

Principales medidas: impuestos, deuda y gasto social

Las claves del texto aprobado pueden resumirse en tres grandes áreas:

  • Extensión de recortes fiscales: Se prorrogan los beneficios fiscales para empresas y rentas altas instaurados en 2017, que estaban a punto de expirar. Además, se incorpora una nueva medida emblemática: “no tax on tips”, una exención total de impuestos sobre propinas dirigida especialmente a trabajadores del sector servicios.
  • Reforma de ayudas sociales: Se endurecen los requisitos para acceder a programas como Medicaid (seguro médico para personas con bajos ingresos) y cupones de alimentos (food stamps), restringiendo el acceso a millones de beneficiarios potenciales.
  • Aumento del techo de deuda: El límite federal se eleva en 5 billones de dólares, permitiendo al Tesoro financiar el aumento del déficit resultante durante los próximos años.

Según estimaciones oficiales, el coste fiscal será considerable: la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) calcula que solo la versión aprobada por el Senado sumará al menos 3,3 billones de dólares a la deuda nacional —un billón más que la versión inicial debatida en la Cámara de Representantes—.

¿Quién gana y quién pierde?

El diseño del paquete refleja prioridades claras. Por un lado, las clases altas y las empresas ven prolongados sus recortes fiscales, mientras que sectores dependientes de ayudas públicas podrían experimentar un retroceso significativo en su cobertura.

Beneficiarios directos:

  • Contribuyentes con rentas altas y empresas.
  • Trabajadores que reciben propinas, beneficiados por la exención fiscal específica.

Perjudicados:

  • Personas con bajos ingresos o situaciones vulnerables, ante los nuevos requisitos para acceder a ayudas sociales.
  • El conjunto de contribuyentes a medio plazo, por el aumento del endeudamiento público.

La ley también incluye partidas para gasto militar y refuerzos en el control fronterizo, aunque estas han sido presentadas en versiones más reducidas respecto a las promesas originales de campaña.

Implicaciones económicas: un debate abierto

El debate económico es intenso. Los defensores argumentan que prolongar los recortes fiscales dinamizará la inversión privada y sostendrá el crecimiento económico. Sin embargo, críticos alertan sobre dos riesgos principales:

  • Aumento del déficit estructural: El salto en la deuda pública podría forzar recortes futuros o aumentos impositivos para compensar el desequilibrio fiscal.
  • Desprotección social: Los nuevos requisitos para ayudas sociales pueden dejar fuera a millones de ciudadanos vulnerables.

Además, el contexto internacional añade presión: con tipos de interés elevados y una economía global menos dinámica, financiar deuda será más caro para Estados Unidos.

Reacciones políticas: unidad tensa y oposición férrea

La aprobación ha sido celebrada como un éxito personal por Trump, quien ve consolidado su legado fiscal ante las próximas elecciones. No obstante, la fractura interna entre los republicanos es evidente: algunos senadores temen el impacto electoral negativo si amplios sectores pierden acceso a coberturas básicas.

Por su parte, los demócratas denuncian que “la factura fiscal será pagada por los más débiles”, acusando a Trump de priorizar beneficios para las élites económicas mientras reduce la red pública de protección.

Lo que viene: trámite final y posibles ajustes

La ley aún debe superar una última votación en la Cámara Baja sobre el texto reconciliado. Aunque se espera su aprobación definitiva por disciplina partidista, existen dudas sobre posibles ajustes menores para intentar apaciguar críticas internas.

Mientras tanto:

  • El debate sobre la sostenibilidad fiscal seguirá marcando la agenda económica.
  • Las organizaciones sociales preparan campañas e incluso litigios contra algunos aspectos restrictivos.
  • La oposición buscará capitalizar el descontento social ante cualquier efecto adverso inmediato.

En definitiva, esta megabill marca un punto de inflexión. Estados Unidos encara una nueva etapa marcada por menos redistribución pública y mayor apuesta por incentivos fiscales, con un coste financiero inmediato difícilmente reversible. El resultado final dependerá tanto del contexto internacional como de la capacidad política para gestionar sus efectos sobre millones de ciudadanos estadounidenses.

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