El pulso entre la Casa Blanca y la Fed alcanza su punto álgido

Tensión y desencuentros: la surrealista visita de Trump a la Reserva Federal y su cruce con Powell

El prersidente escenifica su presión sobre el presidente del banco central en una visita marcada por la tensión, las discusiones sobre el coste de las obras y una conversación fuera de lo común

Trump y Powell
Trump y Powell. PD

El jueves por la tarde, Washington D.C. fue testigo de una escena poco habitual: el presidente Donald Trump visitó las obras de renovación de la sede de la Reserva Federal.

Lo acompañaba el propio presidente del banco central, Jerome Powell, en una cita que, lejos de la cordialidad protocolaria, se convirtió en una demostración de las crecientes tensiones entre la Casa Blanca y la institución encargada de la política monetaria estadounidense.

No es frecuente que un presidente cruce la puerta de la Fed. De hecho, el último precedente se remonta a 2006, cuando George W. Bush acudió a la toma de posesión de Ben Bernanke.

Sin embargo, la coyuntura actual no tiene comparación.

Trump ha hecho de Powell uno de sus principales blancos, criticando su negativa a recortar los tipos de interés y, recientemente, señalando el supuesto despilfarro en las obras de remodelación del edificio, cuyo presupuesto ha superado ya los 2.500 millones de dólares, con acusaciones de sobrecoste y mala gestión.

El choque por las obras: cifras, papeles y confusión

La visita se convirtió rápidamente en un espectáculo mediático. Trump, enfundado en un casco de obra, no dudó en reprochar a Powell el aumento del presupuesto. Según el presidente, el coste total ascendía ya a 3.100 millones, una cifra que Powell desmintió en directo: “No soy consciente de eso. No lo he oído de nadie de la Fed”, replicó, dejando claro que el presidente estaba sumando la renovación de un tercer edificio que se terminó hace cinco años y no forma parte del proyecto actual.

La surrealista discusión se desarrolló ante las cámaras y el propio Trump entregó a Powell un papel con sus cálculos, mientras el banquero central insistía en que el presupuesto real sigue siendo el estimado y que la Fed “se toma muy en serio la gestión de los recursos públicos”. Esta escena, entre lo absurdo y lo tenso, simbolizó el clima de desconfianza mutua.

El trasfondo: tipos de interés y presión política

Detrás del cruce de cifras se esconde la verdadera batalla. Trump lleva meses presionando a Powell para que baje los tipos de interés, argumentando que sería la mejor forma de reducir los costes de financiación del gobierno federal y apuntalar la economía, en un contexto de inflación creciente y una guerra arancelaria que ha elevado los precios.

La Reserva Federal ha mantenido los tipos estables en un rango del 4,25% al 4,50% durante 2025, resistiendo la presión presidencial y argumentando que un recorte abrupto podría alimentar aún más la inflación. La estrategia contrasta con la del Banco Central Europeo, que ha iniciado un ciclo de recortes y ha situado sus tipos en el 2%, acentuando el debate sobre la ortodoxia monetaria y la independencia de los bancos centrales.

Trump, lejos de rebajar el tono, llegó a bromear ante la prensa sobre el destino de Powell: “Si fuera mi jefe de obra y se pasara del presupuesto, le despediría”, dijo, aunque más tarde aclaró que, por ahora, no contempla su destitución, una medida que sería inédita y difícil de justificar legalmente.

La relación entre la Casa Blanca y la Fed, al límite

La visita de Trump y su puesta en escena han elevado la tensión a su punto máximo. Mientras la Casa Blanca exige auditorías y explicaciones sobre el gasto, la Fed insiste en su autonomía y en la necesidad de proteger su independencia frente a las presiones políticas.

Durante la visita, ambos líderes mantuvieron una conversación privada sobre la política de tipos de interés. Trump la calificó de “productiva”, aunque dejó claro que su paciencia se agota: “Me gustaría que bajara los tipos, pero más allá de eso, ¿qué le voy a decir?”, declaró a los medios, mientras daba una palmada a Powell en la espalda en un gesto ambiguo, entre la camaradería forzada y la advertencia velada.

Claves del choque Trump-Powell

  • Presión política sin precedentes: Trump ha roto con la tradición de respeto a la independencia de la Fed, utilizando a Powell como chivo expiatorio de sus frustraciones económicas.
  • Disputa por el gasto: El sobrecoste de las obras ha servido de argumento para intensificar el enfrentamiento, aunque Powell defiende la necesidad de la renovación y niega irregularidades.
  • El debate sobre los tipos de interés: Mientras la inflación sigue alta, la Fed se resiste a recortar tipos, en contraste con la estrategia europea.
  • Amenaza de despido: Trump ha coqueteado con la idea de destituir a Powell, pero reconoce que sería una medida extrema y de difícil ejecución.
  • Impacto en los mercados: Cada gesto y declaración en este pulso tiene consecuencias inmediatas en los mercados financieros globales, que observan con inquietud el deterioro de la relación entre el poder político y el banco central.

¿Qué esperar en adelante?

La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) está prevista para el 30 de julio. Powell se enfrenta a una decisión compleja: mantener la ortodoxia o ceder a la presión política. Mientras tanto, la Casa Blanca seguirá exigiendo explicaciones y resultados, en un escenario donde la independencia de la Fed está más cuestionada que nunca.

Para los observadores, la escena vivida en la Reserva Federal resume el clima de incertidumbre que rodea a la economía estadounidense. La presión política, el aumento de la inflación y el desencuentro institucional crean un cóctel que, lejos de disiparse, amenaza con intensificarse en los próximos meses.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído