OBITUARIO DEL FOTÓGRAFO BRASILEÑO QUE CAPTURÓ LA ESENCIA DE LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA

Muere a los 81 años Sebastião Salgado, el fotógrafo que retrató la desigualdad social y la selva brasileña

El mundo de la fotografía pierde a uno de sus grandes maestros, cuya obra documentó la condición humana y la belleza natural del planeta

Sebastião Salgado, el fotógrafo
Sebastião Salgado, el fotógrafo. PD

El reconocido fotógrafo brasileño Sebastião Salgado falleció este viernes 23 de mayo de 2025 a los 81 años de edad.

Ha dado la noticia el Instituto Terra, fundado por el propio artista.

La Academia de Bellas Artes francesa ha confirmado el fallecimiento a través de sus redes sociales: «Laurent Petitgirard, Secretario Permanente, los miembros y corresponsales de la Academia de Bellas Artes anuncian con profundo pesar el fallecimiento, este viernes 23 de mayo, a la edad de 81 años, de su colega Sebastião Salgado».

Por el momento, se desconocen las causas exactas de su muerte.

La pérdida de Salgado deja un vacío irreparable en el mundo de la fotografía documental, donde destacó por su extraordinaria capacidad para capturar tanto la crudeza de la condición humana como la majestuosidad de la naturaleza.

Su mirada, siempre comprometida con las causas sociales y medioambientales, nos deja un legado visual de incalculable valor que seguirá inspirando a generaciones futuras.

Una vida dedicada a la imagen y la justicia social

Nacido en Minas Gerais (Brasil) en 1944, Sebastião Salgado se convirtió en uno de los fotorreporteros más influyentes de las últimas décadas. Su trabajo se caracterizó por potentes imágenes en blanco y negro que documentaban tanto la desigualdad social como la belleza natural del planeta. Durante su extensa carrera, Salgado publicó importantes libros de fotografía entre los que destacan «Génesis», «Éxodos» y «La mano del hombre».

Su compromiso con la fotografía como herramienta de denuncia y transformación social le valió numerosos reconocimientos, incluyendo siete galardones otorgados por World Press Photo. En 1998, recibió el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes, consolidando su posición como uno de los grandes maestros de la fotografía contemporánea.

El defensor de la Amazonia

Uno de los proyectos más ambiciosos y personales de Salgado fue «Amazônia», un trabajo monumental que le llevó seis años de dedicación. Entre 2013 y 2019, el fotógrafo se sumergió en la selva amazónica, conviviendo con diversas comunidades indígenas como los Awá-Guajá, Zo’é, Suruwahá, Yawanawá, Marubo, Macuxi y los Yanomami.

«Amazônia» se convirtió en un viaje visual y espiritual a través de la majestuosidad y diversidad del Amazonas, una de las últimas regiones verdaderamente salvajes del mundo. El proyecto incluía más de 200 impresionantes fotografías en blanco y negro que capturaban tanto los paisajes de la selva virgen como retratos íntimos de las tribus que viven en armonía con su entorno.

«Mis fotografías ponen siempre el acento en la belleza para subrayar la importancia de la preservación de este ecosistema», afirmaba Salgado, quien aseguraba haber tenido el privilegio de recoger el testimonio visual de un mundo ancestral en vías de desaparición.

El activista medioambiental

Más allá de su labor como fotógrafo, Salgado destacó por su compromiso activo con la protección del medio ambiente. Junto a su esposa, Léila Wanick, creó en 1998 el Instituto Terra, un ambicioso proyecto de reforestación en Brasil. Esta iniciativa surgió en un terreno que Salgado heredó de su familia y logró recuperar cerca de 300 especies vegetales autóctonas brasileñas.

El Instituto Terra se convirtió en un símbolo de su visión sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza, demostrando que la regeneración ambiental es posible con determinación y conocimiento. «Viví siete años en el paraíso y he vuelto para contarlo», declaraba Salgado al referirse a su experiencia en la Amazonia, un territorio que consideraba vital para el futuro del planeta.

Un legado visual imperecedero

La obra de Sebastião Salgado trasciende el simple documentalismo para elevarse a la categoría de arte. Sus fotografías, caracterizadas por un extraordinario dominio técnico y una profunda sensibilidad humana, han sido expuestas en los más prestigiosos museos y galerías del mundo.

Recientemente, su exposición «Amazônia» se presentó en el Museo Nacional de Antropología, donde el propio Salgado se convirtió en el centro de atención de admiradores y fotógrafos que reconocían en él a un verdadero maestro. Esta muestra, que recorre diversos países, es un testimonio de su preocupación por la fragilidad de los ecosistemas naturales y las culturas indígenas.

Sus proyectos fotográficos no solo documentan realidades sociales y naturales, sino que invitan a la reflexión sobre temas cruciales como la desigualdad, la migración, el trabajo humano y la conservación del medio ambiente. Cada imagen de Salgado es una llamada a la conciencia, un recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva hacia el planeta y sus habitantes.

El hombre detrás de la cámara

Detrás de esas poderosas imágenes que han conmovido al mundo, Sebastião Salgado era un hombre de profundas convicciones y extraordinaria perseverancia. Su método de trabajo implicaba una inmersión total en los entornos que fotografiaba, estableciendo vínculos de respeto y confianza con sus sujetos.

Para sus proyectos en la Amazonia, Salgado dedicaba largos periodos de preparación, sometido a rigurosos protocolos sanitarios y burocráticos. «Se dice rápido, en una simple frase, que uno ha convivido durante siete años con una docena de grupos indígenas de la Amazonía, pero el proceso es muy lento y requiere mucha preparación», explicaba el fotógrafo.

Esta dedicación y respeto por las comunidades que retrataba es una de las claves que explican la autenticidad y fuerza emocional de sus imágenes. Salgado no era un simple observador, sino un testigo comprometido que utilizaba su cámara como herramienta para dar voz a quienes no la tenían.

Un referente para las nuevas generaciones

La muerte de Sebastião Salgado deja un vacío irreparable en el mundo de la fotografía, pero su legado seguirá inspirando a generaciones de fotógrafos y activistas. Su capacidad para combinar la excelencia estética con el compromiso social y medioambiental establece un estándar que trasciende modas y tendencias.

En un mundo cada vez más dominado por la inmediatez y la superficialidad visual, la obra de Salgado nos recuerda el poder transformador de la fotografía cuando está guiada por una visión ética y humanista. Sus imágenes no solo documentan realidades, sino que nos interpelan sobre nuestra relación con el planeta y con nuestros semejantes.

El fallecimiento de Sebastião Salgado marca el fin de una era en la fotografía documental, pero su visión seguirá viva en cada una de sus imágenes, recordándonos que la belleza y la justicia son valores inseparables en la búsqueda de un mundo mejor.

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