El proceso judicial que enfrenta a Elisa Mouliaá e Íñigo Errejón ha dado un giro inesperado en las últimas horas, alimentando tanto el debate social como el mediático. La actriz sorprendió recientemente con una declaración en la que afirma que “el día que denuncié a Errejón el universo me habló”, sugiriendo que una experiencia mística fue el detonante final para acudir a la justicia. Este episodio, marcado por lo insólito y lo personal, añade una nueva dimensión al ya complejo caso de presunto abuso sexual que sacude desde hace meses el panorama político y social español.
La actriz compartió en su cuenta de X (antes Twitter) un mensaje enigmático: “El día que denuncié a Errejón el universo me habló”, y detalló que “no fue con palabras” sino con hechos simbólicos: vio dos motos con la misma matrícula, lo que interpretó como una señal inequívoca. Según relata, “el cielo me susurró: ‘No tengas miedo. Estás protegida. Esta vez, la luz camina contigo’”. Mouliaá asegura que esa vivencia le dio el valor necesario para seguir adelante con la denuncia, pese al desgaste mediático y personal que ha supuesto todo el proceso.
La respuesta desde el entorno de Íñigo Errejón no se ha hecho esperar. La defensa del ex portavoz de Sumar ha solicitado al juez que actúe ante lo que consideran una “actitud coactiva y amenazante” de Elisa Mouliaá hacia una testigo clave del caso. Los abogados del político han elevado un escrito en el que piden medidas contra la actriz, argumentando que habría intentado influir en la declaración de esta persona, utilizando mensajes para sugerirle cómo debía relatar los hechos ante el tribunal.
El día que denuncié a Errejón, el universo me habló. No con palabras, sino con una señal tan sutil como imposible de ignorar.
Dos motos. Dos matriculas..
CON EL MISMO NÚMERO: 8278.No entendí nada, pero lo sentí todo.
Horas después, miré el significado.
8278 suma 7.Ese día,… pic.twitter.com/osIEI3IIUi
— Elisa Mouliaá (@ElisaMouliaa) July 20, 2025
En los audios incorporados a la causa y difundidos recientemente, se escucha a Mouliaá pedirle a la testigo que “facilite un poco la movida” y advertirle de posibles consecuencias legales si declaraba en su contra. Estas revelaciones han provocado una escalada judicial: la defensa de Errejón estudia presentar una querella formal contra la actriz por supuesta coacción y calumnias. Además, le exigen públicamente que se retracte de sus afirmaciones y le solicitan una compensación económica por los daños causados.
El trasfondo emocional y moral
Más allá de los aspectos legales, Mouliaá justifica su denuncia en un sentido de “obligación moral”, asegurando que actuó al conocer otras denuncias anónimas contra Errejón. Según su testimonio, no inventó nada ni exageró los hechos; simplemente sintió que debía contar lo ocurrido cuando supo que “había más chicas” involucradas. La actriz insiste en sus redes sociales en que su conversación con la testigo no tiene ningún peso legal sobre el fondo del asunto: “Si es delito o no lo tendrá que decidir un juez”, afirma con contundencia.
En los mensajes filtrados se muestra también el desencanto de quien fue su amiga y ahora testifica en su contra. La testigo rechaza algunas versiones dadas por Mouliaá —por ejemplo, sobre una supuesta manipulación de bebidas— y le recuerda que sin pruebas no se puede acusar a nadie de un delito tan grave. A pesar del distanciamiento personal, Mouliaá mantiene su postura y reitera: “Me invadió, me humilló y yo hablé cuando supe que había más chicas”.
Perfil: Elisa Mouliaá
Elisa Mouliaá es conocida principalmente por su trabajo como actriz y presentadora de televisión. Ha participado en series populares como Águila Roja o Servir y proteger, donde ha destacado por papeles intensos y comprometidos. En los últimos años, ha compaginado su carrera artística con proyectos solidarios y reivindicativos relacionados con la igualdad y los derechos de las mujeres.
- Natural de Madrid.
- Graduada en Arte Dramático.
- Reconocida por papeles protagonistas en televisión nacional.
- Ha colaborado en campañas contra la violencia de género.
La exposición pública derivada del caso Errejón ha supuesto para ella un cambio radical tanto en su imagen como en su día a día profesional.
Un proceso judicial abierto e imprevisible
A día de hoy, el caso sigue abierto aunque temporalmente paralizado por cuestiones procesales —la abogada original de Mouliaá está de baja y aún no se ha nombrado sustituto—. Las posiciones parecen irreconciliables: mientras ella insiste en su relato motivado tanto por experiencias personales como por señales místicas, él niega cualquier agresión e insiste en su inocencia. El proceso pone sobre la mesa cuestiones complejas sobre el papel de las percepciones subjetivas, los límites entre apoyo moral e influencia sobre testigos, y el impacto demoledor del escrutinio público cuando se mezclan política, fama y acusaciones graves.
El desenlace judicial determinará si los hechos narrados constituyen delito o no; entretanto, lo cierto es que este episodio ya forma parte del debate social actual sobre abuso, poder e interpretación personal frente a pruebas objetivas.
