Pene en ristre de 900 gramos, humor a destajo y un rostro que se lo pisa. Es Roberto Esquivel Cabrera, el mejicano que luce un miembro viril de 48 centímetros, el más grande del mundo.
En un vídeo de reciente factura, aparece junto a un colega con el mismo envuelto en una especie de cartón, -cinta aislante incluida-, tras pesárselo en una báscula ante los atónitos ojos del testigo de turno.
Roberto va a por todas, aunque no puede acostarse con ninguna mujer, y su sueño es triunfar con tamaño don.
Hace poco confesaba estar amargado con su apéndice viril, y se quejaba amargamente además de que, como le colgaba por debajo de las rodillas, no podía «ni arrodillarse en la iglesia».
Sea como fuere, el caso es que no tiene reparos en exhibirlo con cara de santo a todo trapo, y jugar con él en todas las posiciones imaginables, usándolo incluso a modo de porra para golpearse la cara en una especie de jarana de dudoso gusto.