ASTANÁ REÚNE A LÍDERES DE 60 PAÍSES

Kazajistán: Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales

El VIII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales convierte a Astaná en escenario clave para la paz y el entendimiento global

Kazajistán: Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
Religión en Kazajistán. PD

La capital de Kazajistán, Astaná, se ha transformado estos días en el centro neurálgico del diálogo interreligioso internacional.

El VIII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales reúne a más de 100 delegaciones provenientes de 60 países, en un momento donde las tensiones geopolíticas y los desafíos sociales exigen respuestas conjuntas y espacios de entendimiento real.

La cita, programada para finales de septiembre de 2025, lleva consigo grandes expectativas y el respaldo explícito de instituciones como el Vaticano, que ha enviado sus bendiciones y una delegación renovada liderada por el cardenal George Jacob Koovakad.

El presidente Kasim-Yomart Tokáyev inauguró oficialmente el evento, insistiendo en la responsabilidad especial que recae sobre los líderes religiosos para “frenar la caída del mundo al abismo del caos” y aprovechar el potencial moral y diplomático de las religiones para crear puentes entre civilizaciones y fortalecer la confianza internacional. T

okáyev advirtió sobre la alta probabilidad de conflictos graves si no se favorece una diplomacia constructiva y neutral, subrayando el papel emergente de Kazajistán como potencia media en diplomacia global.

Voces diversas, diálogo real

Entre los asistentes destacan figuras como el Patriarca Kirill de Moscú —que regresa a Astaná tras más de una década—, líderes religiosos chinos, representantes musulmanes del Medio Oriente y el gran imán Ahmed al-Tayeb de Al-Azhar, conocido por su papel en la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana junto al papa Francisco en 2019. La delegación papal, encabezada por Koovakad y acompañada por expertos en diálogo cristiano-musulmán como el P. Laurent Basanese SJ, marca el primer gran encuentro interreligioso bajo el papado de León XIV. El mensaje papal difundido a los participantes comenzó con la palabra paz pronunciada en varios idiomas, un guiño a la universalidad del impulso espiritual auténtico que busca trascender fronteras y unir voluntades en favor del bien común.

El congreso no solo busca renovar amistades sino también forjar nuevas alianzas, apostando por “la sinergia para el futuro” como eje temático central. Según Basanese, “el diálogo interreligioso requiere una paciencia inagotable; no es una simple diplomacia superficial sino un testimonio respetuoso basado en escucha y caridad”. En un año marcado por conmemoraciones significativas como el 60º aniversario de Nostra Aetate, las voces presentes reivindican que ninguna religión debería ser fuente de conflicto sino motor de reconciliación.

Una plataforma para la paz desde Asia Central

El rol estratégico de Kazajistán como facilitador global queda reforzado por iniciativas paralelas al congreso. Desde agosto, el Palacio de la Paz y la Reconciliación acoge la exposición internacional La Sábana Santa, organizada conjuntamente por la Iglesia católica y ortodoxa local, la Orden de Malta y ACN (Ayuda a la Iglesia Necesitada). Esta muestra incluye una réplica exacta del lienzo venerado en Turín junto con datos científicos e investigaciones históricas, además de una colección única de Libros Sagrados: manuscritos antiguos del Corán, la Torá, los Evangelios o textos budistas. Ambas exposiciones están abiertas al público hasta el 25 de septiembre y recorrerán posteriormente varias ciudades kazajas.

Estos eventos evidencian cómo Kazajistán, país mayoritariamente musulmán pero abierto a todas las confesiones religiosas, apuesta decididamente por institucionalizar sus relaciones con otras regiones —incluyendo África— y consolidarse como plataforma neutral para el diálogo interconfesional e intercultural. Autoridades estatales y líderes religiosos coinciden en que “la convivencia interreligiosa” aquí no es casualidad: es fruto de décadas de trabajo paciente desde que Nursultán Nazarbáyev impulsara este congreso inspirado en Asís (1986) y reforzado tras la visita histórica del papa Juan Pablo II en 2001.

Diplomacia espiritual frente a desafíos globales

El contexto internacional añade urgencia al encuentro. En palabras del presidente Tokáyev, “los cambios conceptuales desorientan especialmente a los jóvenes”, mientras se observa una preocupante polarización ideológica que puede desembocar en desestabilización política. Frente a este panorama, las instituciones religiosas se proponen como núcleo moral capaz de emitir llamados neutrales —no politizados— para frenar la violencia y buscar soluciones pacíficas.

La participación inédita este año de la Soberana Orden de Malta refuerza este enfoque constructivo. Pasquale Ferrara, asesor diplomático del consejo asesor de la orden, interviene directamente en las conversaciones sobre cooperación médica con centros kazajos. El profesor Tiziano Onesti, presidente del hospital Bambino Gesù del Vaticano, lidera proyectos conjuntos que trascienden lo espiritual para impactar positivamente en áreas sociales clave como sanidad e inclusión.

Un legado que mira al futuro

El VIII Congreso no sólo busca respuestas inmediatas ante crisis actuales sino sentar bases sólidas para un futuro donde las religiones sean aliadas naturales en procesos globales de reconciliación, educación y desarrollo humano. Como subraya Regina Lynch (ACN), “poder contribuir a que lleguen símbolos universales como La Sábana Santa a Kazajistán representa una oportunidad única para reforzar el entendimiento entre culturas”.

A día de hoy, 18 de septiembre de 2025, Astaná demuestra que más allá del protocolo diplomático o los gestos simbólicos existe una voluntad real —y creciente— por convertir el diálogo interreligioso en pilar central para construir sociedades pacíficas e inclusivas. El encuentro deja claro que Kazajistán ya no es solo anfitrión: es referente mundial cuando se trata de transformar espiritualidad compartida en acción política responsable.

En esta ciudad asiática donde Oriente dialoga con Occidente bajo techos históricos como el Palacio de la Paz y la Reconciliación, líderes religiosos escriben juntos una página decisiva hacia un mundo menos fracturado —y más humano.

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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