Mientras los destinos de sol y playa se llenan hasta los topes, cada vez más viajeros optan por descubrir el encanto del interior. Uno de esos rincones que no descansa ni en agosto es Aranda de Duero. Esta joya burgalesa, en pleno corazón de la Ribera del Duero, propone un sinfín de planes para disfrutar en familia, en pareja o con amigos.
Comercio en la calle y ambiente festivo
El 2 de agosto, los comercios locales se trasladan a las calles principales, convirtiendo un paseo por el centro en una experiencia de compras al aire libre. Una ocasión perfecta para encontrar ese detalle que buscabas mientras apoyas al comercio de proximidad. Ese mismo día, la Plaza Mayor se transforma en el epicentro de la fiesta con la tradicional jornada de hermanamiento de las peñas. Pasacalles, música en directo, gastronomía popular y un ambiente de celebración marcan una cita que ya forma parte del ADN arandino.

Visitas teatralizadas “Aranda, Tierra de Encuentros”
Historia viva en cada rincón
Otra de las propuestas más originales son las visitas teatralizadas “Aranda, Tierra de Encuentros”, organizadas por la Concejalía de Turismo. Esta experiencia ofrece un recorrido por el Centro Histórico de la ciudad y la emblemática bodega «Las Caballerizas«, combinando patrimonio, historia y entretenimiento. Las visitas arrancan en el CIAVIN y están disponibles los sábados (13:00 y 18:00) y domingos (13:00), con inscripción previa en la Oficina de Turismo.
Sonorama Ribera: la gran cita musical
Del 6 al 10 de agosto, Aranda de Duero se convierte en la capital nacional de la música con el regreso del festival Sonorama Ribera. Artistas como Franz Ferdinand, Fermín Muguruza, Arde Bogotá, La Raíz, Nena Daconte o Viva Suecia pondrán banda sonora a una ciudad que vibra con escenarios repartidos por todos sus rincones. Una fusión de música, cultura y gastronomía que ya es todo un referente en el panorama festivalero.
Lechazo, vino y tradición
Imposible marcharse de Aranda sin probar su plato estrella: el lechazo asado. Servido en cazuela de barro y acompañado de un vino con D.O. Ribera del Duero, es una experiencia culinaria que seduce a cualquier paladar.
Si buscas una escapada en agosto con sabor auténtico, planes para todos los gustos y un ambiente acogedor, Aranda de Duero es tu destino ideal.


