Viajar a Copenhague se ha convertido en mucho más que pasear junto a canales o admirar bicicletas y arquitectura escandinava. La ciudad, siempre vibrante y abierta, se ve sacudida por la polémica decisión de retirar una estatua inspirada en La Sirenita, considerada por muchos como “vulgar, fea y pornográfica”.
Este episodio revela el pulso entre tradición y modernidad que late en la capital danesa y pone el foco sobre su riqueza cultural y artística, sus códigos sociales e incluso su sentido del humor. Razones suficientes para dejarse caer por Dinamarca y descubrir, más allá del escándalo, una urbe que nunca deja indiferente.
La noticia ha recorrido Europa: la Agencia Danesa de Palacios y Cultura ha solicitado el retiro de Den Store Havfrue (“La gran sirena”), obra de Peter Bech, por no alinearse con el patrimonio cultural del histórico monumento donde estaba ubicada. Las críticas vecinales, apoyadas por voces influyentes del arte y la prensa local, han tildado la pieza de “pornográfica”, sobre todo por las proporciones de sus pechos, generando un debate nacional sobre los límites del arte público y la identidad danesa.
Una ciudad que respira arte (y controversia)
El caso de la estatua no es aislado. Copenhague lleva décadas reinterpretando su legado artístico. La Sirenita original, instalada en 1913 e inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen, es uno de los iconos más visitados del país. Sin embargo, la versión monumental de Bech, creada en 2006, ya fue retirada antes del puerto de Langelinie tras recibir quejas similares. El último traslado al Fuerte Dragør tampoco ha sido definitivo; ahora la pieza busca nuevo destino mientras alimenta un intenso debate sobre inclusión, feminismo y espacio público.
Este clima convierte a Copenhague en un destino ideal para quienes buscan comprender cómo una sociedad avanzada gestiona su memoria colectiva y sus tensiones culturales. Un paseo por sus calles permite observar cómo conviven esculturas clásicas con intervenciones urbanas contemporáneas, grafitis críticos o galerías experimentales.
Cómo llegar desde España: rutas sencillas para empezar el viaje
Volver a viajar desde España a Dinamarca resulta sencillo gracias a las conexiones directas. Aerolíneas como Iberia, Vueling o Norwegian ofrecen vuelos diarios desde Madrid o Barcelona hasta el aeropuerto internacional de Copenhague-Kastrup (CPH), situado apenas a 8 kilómetros del centro urbano. El trayecto dura unas 2 horas y 45 minutos. Desde el aeropuerto puedes tomar un tren directo hasta la Estación Central o moverte en metro (línea M2) en menos de 15 minutos.
Para quienes prefieren alternativas más sostenibles o viajan con flexibilidad:
- Trenes internacionales conectan Hamburgo con Copenhague en unas 5 horas.
- Ferris desde Alemania o Suecia ofrecen rutas atractivas para combinar destinos nórdicos.
Documentación necesaria y moneda
Para los ciudadanos españoles basta con llevar el DNI o pasaporte vigente; Dinamarca forma parte del espacio Schengen y no exige visado para estancias turísticas inferiores a 90 días.
La moneda oficial es la corona danesa (DKK). Aunque muchos locales aceptan pagos con tarjeta (incluidos sistemas contactless como Apple Pay), conviene llevar algo de efectivo para pequeños comercios o mercados tradicionales.
Tabla orientativa de cambio (agosto 2025):
| Euros (€) | Coronas danesas (DKK) |
|---|---|
| 1 | ~7,45 |
| 100 | ~745 |
Coste aproximado para dos personas
Copenhague es conocida por su alto nivel de vida. Para dos personas durante tres días:
- Vuelos ida/vuelta desde España: 300-500€
- Alojamiento medio (hotel 3-4 estrellas): 150-250€/noche
- Comidas básicas: unos 20-30€/persona/menú
- Restaurantes gourmet: desde 100€/persona (menús degustación)
- Transporte urbano ilimitado: abono diario ~11€/persona
- Entradas museos principales: 10-20€/persona cada uno
Total estimado básico (sin lujos): entre 1100€ y 1600€.
Medios de transporte: moverse como un local
La red de transporte público es eficiente e intuitiva:
- Metro automático con cuatro líneas principales; opera las 24 horas.
- Trenes S-Tog conectan barrios periféricos.
- Autobuses frecuentes.
- Bicicletas públicas Bycyklen disponibles por toda la ciudad; pedalear resulta seguro y cómodo gracias a los carriles exclusivos.
Truco: compra la Copenhagen Card, que incluye transporte ilimitado y acceso a museos clave.
Mejor época para visitar
El clima marca diferencias notables:
- Verano (junio-agosto): días largos, temperaturas suaves (17-22°C), ambiente festivo y muchas actividades al aire libre.
- Primavera: menos turistas y flores en parques como los Jardines Tivoli.
- Invierno: ambiente navideño mágico pero frío; ideal para mercadillos y ver la ciudad iluminada.
Si buscas evitar aglomeraciones pero disfrutar del bullicio local, viaja en mayo o septiembre.
Restaurantes imprescindibles
La capital danesa ha revolucionado su panorama gastronómico. Aquí tienes tres direcciones obligadas:
- Noma: pionero mundial en cocina nórdica creativa; menú degustación exclusivo y lista de espera larga. Precio elevado pero experiencia única.
- Geranium: tres estrellas Michelin; platos refinados con ingredientes ecológicos locales.
- Restaurant Schønnemann: clásico abierto desde 1877; imprescindible probar un smørrebrød tradicional.
Para opciones menos formales pero igualmente sabrosas:
- Explora el Meatpacking District (Kødbyen) por su ambiente joven.
- Panaderías artesanas como Meyers Bageri para bollería danesa recién hecha.
Platos típicos que no debes perderte
No abandones Dinamarca sin probar:
- Smørrebrød: bocadillo abierto sobre pan negro con arenque marinado o roastbeef.
- Frikadeller: albóndigas jugosas acompañadas con patatas.
- Flæskesteg: asado de cerdo crujiente.
- Bollería como kanelsnegl (rollo de canela).
Muchos restaurantes ofrecen versiones vegetarianas innovadoras.
Curiosidades y anécdotas locales
Pocos símbolos generan tanta conversación como las sirenas danesas. La original ha sido objeto frecuente de vandalismo —pintadas, mutilaciones e incluso robos— pero sigue firme como icono nacional.
Otra curiosidad: Dinamarca ostenta uno de los índices más altos de felicidad del mundo según estudios internacionales. La “hygge”, filosofía local basada en encontrar placer en las pequeñas cosas cotidianas —una vela encendida, una charla entre amigos— impregna bares, hogares y cafés.
Y si quieres vivir una experiencia diferente, acércate al barrio libre de Christiania: comunidad autogestionada donde conviven arte urbano, huertos comunitarios y tiendas alternativas.
Claves y trucos para exprimir tu viaje
Para disfrutar al máximo:
- Reserva entradas a museos y restaurantes estrella con antelación.
- Aprovecha las happy hours vespertinas para ahorrar en cervezas artesanas.
- Súmate a visitas guiadas gratuitas a pie; aprenderás historia local mientras recorres barrios menos turísticos.
- Lleva ropa impermeable ligera; el tiempo es cambiante incluso en verano.
Y no olvides sumergirte en el ritmo lento danés: tomate tiempo para recorrer mercados como Torvehallerne o sentarte junto al canal Nyhavn observando barcos antiguos.
Viajar ahora a Copenhague significa ser testigo directo de cómo una sociedad dialoga —a veces con aspereza— sobre su herencia cultural mientras invita al viajero a saborear cada rincón sin prejuicios ni prisas. Entre debates artísticos, cenas memorables e historias que desafían lo convencional, la capital danesa demuestra que hay lugares donde siempre merece la pena volver —o descubrirlos por primera vez—.

