Grecia tomará medidas más fuertes contra el coronavirus.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, decretó el confinamiento de todo el país hasta finales de mes ante el avance incontrolado de la segunda ola de la pandemia del COVID-19.
Tan solo dos días después de la entrada en vigor del cierre de la restauración y el ocio en Atenas, Mitsotakis reconoció que el aumento exponencial de casos no permiten limitar el cierre a estos sectores.
A partir del sábado 7 de noviembre a las seis de la mañana y hasta el 30 del mes cerrarán todos los comercios salvo las tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras y la enseñanza primaria.
Mitsotakis justificó la necesidad ante el aumento exponencial que se ha registrado en los últimos días –«10.000 casos en cinco días»- lo que ya llevado a un incremento importante de hospitalizaciones e intubaciones.
“De seguir así, la presión sobre la sanidad pública se habría hecho insostenible en 15 días”, dijo el líder conservador en rueda de prensa.
Los ciudadanos de todo el país, incluso de las zonas que no están en alerta, deberán enviar un sms a las autoridades explicando el motivo de su desplazamiento, y entre las nueve de la noche y las cinco de la mañana regirá el toque de queda.
Tan solo se podrá salir a la calle en emergencias y aquellas personas que puedan acreditar que lo hacen por motivos de trabajo.
Este nuevo estado de confinamiento casi total ya rige en Salónica, la segunda mayor ciudad del país, desde el martes, y por el momento las cifras de contagios y las hospitalizaciones siguen aumentando.
Grecia rompió un nuevo récord de casos de COVID, al registrarse 2.646 contagios en un día, casi medio millar más que el martes, que ya había sido la peor jornada desde que comenzó la pandemia hace ocho meses.
La cifra total de casos ascendió así a 46.892 y el de fallecidos a 673, tras contabilizarse 18 nuevas defunciones.
Aunque en términos absolutos el número de casos no parece preocupante teniendo en cuenta que Grecia tiene casi once millones de habitantes, sí lo es para un país con una sanidad pública precaria tras diez años de crisis.
