No más Mentiras

Antonio García Fuentes

VIAJE A ALEMANIA: JULIO 1977 (7)

VIAJE A ALEMANIA: JULIO 1977 (7)

El turismo igualmente es abundante en toda esta cuenca, puesto que he podido ver, incluso numerosos camping, muy cercanos a las orillas y los que se detectan con facilidad por la abundancia de automóviles, muchos con su caravana / remolque enganchado, o junto a los mismos en acampada.
Cómo es fácil deducir, existen puertos de diferentes tamaños y variadas instalaciones, en todas y cada una de las poblaciones que vamos bordeando o que se ven en la orilla opuesta; existiendo en estos puertos o muelles, grúas para carga y descarga, algunas de ellas (se nos dice) que funcionan desde hace nada menos que doscientos años, lo que nos dice bien a las claras que lo práctico no se elimina en Alemania y lo que es válido, se cuida y conserva, puesto que y es claro, ese tipo de grúa debe funcionar manualmente o a lo sumo, con fuerza animal, pues deduzco que el vapor aún no sería aplicable (me quedo con la gana de saber cómo funcionarán y el peso que pueden mover, así como la altura a que lo pueden levantar).
Sigue el viaje fluvial y sigue repitiéndose el paisaje, aunque y como es lógico su colorido va cambiando, pero en síntesis es lo mismo… castillos, pueblos e iglesias; generalmente al lado de cada castillo hay una iglesia o templo, más o menos ostentoso y a tenor con la fortaleza, pero generalmente… “bien cercanos unos a los otros”. O sea, más claro y lo de siempre, “el poder de la fuerza del gobernante y el de la iglesia o religión unidos”… para conjuntamente gobernar al pueblo; pueblo que está siempre pegado o cercano a ambas fortalezas, puesto que eso es lo que fueron durante muchos siglos… “el castillo y la iglesia o templo anexo al mismo”… y según cómo conviniese, se excomulgaba o se enviaba a los infiernos religiosos o bien, el señor feudal, se encargaba de llevarlos al verdugo; en definitiva el clásico gobierno, por la fuerza y el mantenimiento de la ignorancia… “hijos míos, haced lo que yo os diga, no os fijéis en lo que yo haga… obedeced al señor pues lo es por designio divino”… amén. Sonrío para mis adentros, imaginando los dramas y abusos, que se habrán cometido en éstos (como en tantos otros) lugares y los verdaderos infiernos que el hombre ha tenido que soportar, para hoy poder disfrutar de una cierta libertad… esperemos que dure.
Corre un cierto viento… viento que me da en la cara y me acaricia, es fresco y quizá venga desde el mar del Norte, y canalizado por las pronunciadas pendientes de este gran río que harán como de gigantesca cañería o canal… “es un viento que me dice tantas cosas” y que una vez más, me lleva… al… ¿de dónde, por qué, para qué?… “sigo mirando a los castillos y a los templos” y sigo sonriendo viendo cómo el agua del Rhin discurre bajo mi mirada. Miro a la quilla de este barco y lo hago hacia la proa del mismo. Éste barco que no sé ni cual es su nombre, ni me preocupo de averiguarlo y anotarlo… va cortando las sucias aguas de éste río y navega con cierta velocidad que noto, quizá sea el efecto óptico al cruzarse con otras naves y el movimiento de los trenes en las citadas líneas o tendidos ferroviarios. Me dejo acariciar por el viento y me “sumerjo en meditaciones” y así va pasando el tiempo, del que llega un momento en que he perdido la noción… parece como si fuese sólo por este río y ni noto a nadie de mi grupo, ni incluso mi padrastro, que va hablando con otros comerciantes del gremio, con los que ha congeniado y van “hablando de sus cosas”; ello es mejor para mí, pues necesito encontrarme una vez más a mí mismo… “la reciente muerte de mi madre es un peso enorme aún” y no sé cuando podré liberarme de tantos y tantos recuerdos que a ella me ligan.
No sé el tiempo que ha transcurrido, ni puedo recordar nada digno de mención de las docenas de kilómetros navegados en este río y ya de forma automática, sé que llegamos a una de las poblaciones y que en ella desembarcamos, encontrándose en dicho lugar nuestro autocar que nos esperaba… que subimos al mismo y fuimos llevados a un restaurante de aquella población para celebrar en el mismo la comida, lo que hicimos en buena armonía y tras de un reposo de la misma, tomar café y fumar aquel a quién le apeteció ello, después y ya con más calma, subimos al autocar y emprendimos el regreso hacia Frankfurt.
De inmediato a iniciarse el recorrido que sería de una hora de duración, la guía nos va a contar “cosas e historias del Rhin”. Y así empieza sus relatos, los que nos dice, que en el barco no era posible hacerlo, por el fragor de la maquinaria y motores y el que los viajeros nos dispersamos por el mismo y cada cual se acomodó dónde mejor le plujo.
La guía nos habla de leyendas del Rhin, nos habla de la que define con el nombre de “Loreley y su roca”, lugar situado en una de las orillas y desde dónde y según que circunstancias, surge una melodía que se oye en un tramo del río y que encandila o embriaga a quienes la escuchan. Nos refiere otra leyenda que gira sobre un obispo, que fue un tirano y que fue comido por los ratones –los hombres no pudieron con él- y así algunas más que no recuerdo, pero en definitiva, “cuentos del niño-hombre o del hombre-niño”, que siempre inventa y fantasea, huyendo como siempre de su miserable realidad. Ello me hace “encerrarme en mi mismo y meditar” y pienso en lo siguiente.
Extrañamente y en estos momentos, no me siento extranjero aquí y como en muchas otras ocasiones, me encuentro en una especie de “mundo interior”, dónde estamos solos… “yo y yo”, los que “aquí o allí”, somos la misma cosa… un individuo que ve, oye, piensa y sabe su realidad, lo demás no importa ahora mismo… mi país, que antes de ayer estrenó el primer Gobierno electo tras la muerte de Franco… está allí, en el Sur, a una distancia que pueden ser de un par de miles de kilómetros y ahora lo noto muy lejano; quizá sea ello por las incertidumbres que se ciernen sobre nosotros los españoles en estos momentos, dónde todo está convulso, inseguro, no se ven horizontes o al menos yo no los veo; por ello siento cómo en tantas ocasiones, la tristeza característica en mí y que muchas veces se manifiesta… y ello es curioso hoy, dónde en la plenitud de mi vida, cumpliré 39 años el mes que viene, tengo esposa y tres hijos, todos estamos sanos y vivimos bien y con abundancias… los negocios me van bien y por tanto no es la economía y por tanto lo material lo que me preocupa… ¿entonces, qué y por qué siento tantas sensaciones extrañas?… creo sentir cómo se conforma una sonrisa en mis labios y sigo pensando. Me encuentro en un país por circunstancias fortuitas y dónde ni me entiendo con sus habitantes o nativos, ni ellos conmigo; somos en conjunto, algo así como “un mundo de sordos” y que nos aísla unos de otros en una no-comprensión, por las enormes diferencias de un idioma latino y otro eslavo… y una vez más, me viene la ya vieja reflexión… “La humanidad o mejor dicho, sus gobernantes”, no quieren que nos entendamos en un idioma mundial y común a todos y el que de obligada enseñanza, empezando en las escuelas primarias, al llegar al Instituto o Bachiller, sería de dominio total y al igual que el materno o vernáculo… logrado ello, ya y desde niños, al viajar fuera del país natal, no habría dificultades en un entendimiento entre los hombres del mismo planeta… la Tierra (no lo olvidemos) es un punto insignificante en la Galaxia a que pertenece, incluso en el sistema solar… no hablemos comparado con las inmensidades, desconocidas, del Universo… por ello, el pensador no se explica el cómo no se ha adoptado ese acuerdo e internacionalmente, para dotar a todos los terrícolas de un idioma común, necesario o mejor dicho, imprescindible para un mejor entendimiento y el que debe llevarnos a una mejor armonía buscando una paz y concordia, que alguna vez… será.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí más temas)
Jaén: 10 de Agosto del 2018

Es claro que todo este trasiego de barcos a motor y los vertidos industriales y urbanos que soporta, aún a pesar de ser caudaloso, el río está muy cargado de contaminación, o al menos ello es notable a simple vista.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

Lo más leído