No más Mentiras

Antonio García Fuentes

La moda la fa fama dos cosas más que absurdas

La moda… La fama

Creo que fue una muy famosa (en su tiempo) creadora de “modas” la que al ser preguntada, que, qué era la moda, inteligentemente respondió, que, “la moda es todo lo que pasa de moda”. Se lo atribuyen a “Cocó Chanel”, que si aún mantiene algo de aquella fama, es debido a su “famoso y carísimo perfume”, cuya fama se mantiene sobre la base del mantenimiento en base a propaganda, de lo que sigue siendo un gran negocio, que vete a saber quién o quienes lo explotan hoy.
No soy individuo que se deje influir por “las transitorias famas y modas, menos aún por lo que al parecer se despepitan las masas”; yo he tenido y mantengo mi criterio de comodidad, economía y un saber estar dentro de lo que pueda ser y representar mi propio yo; nunca he aspirado a ninguna fama y menos a imponer nada; simplemente he seguido el consejo de aquel buen poeta andaluz; “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y así sigo afortunadamente.

En cuanto a “la fama”, y como todo en el Universo, es transitoria y al final muere, entrando en el olvido y pese a lo duradero de algunos hechos por individuos súper dotados en el campo que fuere. “Todo lo que nace tiene que morir”.
Lo dijeron muy bien explicado en sus escritos, Marco Aurelio y Séneca y va para dos milenios; y seguro estoy que aquellos aprendieron o afianzaron sus conocimientos, de otros maestros, que se pierden en el olvido como todo cuanto hizo el hombre; de hecho es el propio Séneca en su libro “De la brevedad de la vida”, el que en su capítulo “X”, cita de su admirado y sabio Maestro (Fabiano) su gran sabiduría, pero cuyo nombre apenas nadie hoy cita o refiere, ya que fue absorbido por el olvido que todo lo mata y por grande que sea. Marco Aurelio en “su pensamientos o máximas”, igualmente quita importancia a la fama del ser humano y recomienda vivir el hoy, sin pensar en el ayer y menos en el mañana… “Vive el hoy y de forma en que cuando vayas a dormir esta noche, tu alma no te recrimine nada mal hecho en ese día, duerme en paz y prepárate para vivir el día siguiente de igual forma, o mejor si puedes”. No hay más vida que la que vivimos en el momento, todo lo demás “es pasado o es futuro”; lo primero no volverá pues ya pasó y lo que ha de venir nadie sabe lo que traerá consigo para cada uno de los humanos; todo lo demás son fantasías o amargarse la vida sin necesidad o sentido alguno. En momentos oportunos más o menos trágicos, detenerse en estos pensamientos, normalmente encontraremos en ellos, respuestas que no esperamos; la principal es, sabernos “una casi nada” en la inmensidad de “La Creación”.
Famoso y poderosísimo, lo fue en su tiempo y corta vida, Alejandro Magno, “o el Grande”; murió joven y lo “enterraron” en un suntuoso mausoleo, situado en la ciudad que fundara con su propio nombre (Alejandría en el hoy Egipto); pues bien, pasada la fama de tan famosísimo individuo y de la dinastía que lo heredó (“Los Ptolomeos, entre los que se encuentran la muy famosa Cleopatra”) y muchas otras; en la gran ciudad que sigue siendo Alejandría, no encuentran ni los vestigios de tan suntuoso mausoleo, del que se sabe, por los escritos que lo recuerdan. Y sin salir de Egipto y anteriores al tiempo de este famosísimo caudillo; allí y cerca de El Cairo, hay dos enormes obras “humanas”, cuáles son las denominadas, “Esfinge de Guiza y las tres enormes y también famosas Pirámides de Egipto”; obras que sometidas a todas las técnicas que el hombre hoy tiene, los investigadores, no saben, ni “el cómo, ni el cuándo, ni tampoco los autores de tan colosales realizaciones; hechas en tiempos remotos y en los que se presume, el hombre no tenía medios para ello”; todo lo cual nos indica, “lo perdido que sigue el ser humano en su propio devenir en este planeta”.
Por todo ello pensar “en los famosos de hoy o los que por diferentes motivos nos los quieren presentar como tales”, es algo que me causa risa y sean los que sean, incluidas “testas coronadas o con el poder de sojuzgar incluso a pueblos”; y no hablemos de, “las masas de famosillos y que enervan a las otras mayores masas de seres humanos que los siguen e incluso parece ser que adoran”; esto ya es algo así como “una enfermedad contagiosa y dañina, que no aporta gran cosa a la marcha de una humanidad, hoy desquiciada, cuando no embrutecida y que no se encuentra a sí misma, por lo que necesita agarrarse a algo, que les parece flota en el inmenso océano del anonimato, lo que les da terror”; y como el náufrago real y que perdido en el mar, se agarra a cualquier cosa que flota, puesto que otra cosa ni tiene ni espera.
Por lo tanto y a mi entender, es “conocerse así mismo” y quererse como individuo, procurando siempre, ser útil a la sociedad donde viniste a nacer; el resto, la verdad, no merece mucha más atención.

Antonio García Fuentes
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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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