Reformar la Constitución: ¿Por qué y para qué?
Tras la nueva “parafernalia que cada año dedican a esa ley que no nos sirve apenas para nada”; cada “jefe de línea” (“lo de líderes es que me da la risa cada vez que lo dicen o leo”) campanudamente e imagino que, sin saber otra cosa o interés que lo que les dicta “su panza y su bolsillo”; han dicho lo que les ha venido a su obtusa mente y se quedan tan panchos, con las chorradas que han soltado, de cara a un pueblo que ya ni los escucha; y en su indiferencia y como mínimo, se ríe de todos ellos.
En general, los que hoy “mandan”, lo que quieren es hacer una nueva constitución, ajustada a sus intereses materiales, y eliminando todo lo demás; incluido la monarquía, puesto que aspiran a un tipo de república, del tipo (imagino) de la actual Venezuela, Perú, Cuba, Guatemala o “vete a saber”; puesto que como amigos de todos ellos, se supone, que “en intenciones”, deben ir paralelos; y como en todas las tiranías, lo que pretenden, “los hunos o los hotros”, es eternizarse en nuevos sistemas dinásticos, como ya “disfrutan cubanos, norcoreanos y otros”. El pueblo del que tanto hablan (“ensuciándolo”); no les interesa más que como “rebaño a explotar”; o sea, que el retrógrado jamás pensará y permitirá un progreso en la libertad; que por naturaleza, pertenece al mono humano, pero dentro de lo que realmente es la libertad; que lejanísima del libertinaje, es una disciplina rígida, regida por la verdadera inteligencia, de la que aún estamos muy lejanos, “todas las tribus humanas actuales”.
¿Pero quién debieran ser los encargados de hacer o rehacer la constitución o constituciones humanas? Desde luego no los políticos; sencillamente por cuanto político significa “partido”; y lo que se necesita es “un todo”; y “partido siempre es de parte, cuando no de camarilla, que es aún peor”.
¿Y dónde encontrar esos hombres o mujeres verdaderamente capacitados para elaborar constituciones verdaderas y como tales, para durar muchos siglos? ¡Pues en los vivos y en los muertos! O sea, seleccionar en los vivos, los verdaderamente formados, como Maestros; y que estos con su saber y recogiendo los saberes de los Maestros del pasado; recogieran junto a los suyos, los contenidos constitucionales que necesita la Humanidad; sin desechar a nadie, del tipo de raza que fuere, o de la religión que practicara o practique; “la verdad debe ser una y aunque aún no se haya descubierto, debe existir y hay que seguirla buscando, ya que todos los Maestros de vida, nos han hablado de ella; y como ninguna idea no realizable, se puede formar en el cerebro humano, esta vital idea, debe existir en algún lugar “del Universo”.
Si no se hacen así “las leyes” (todas las leyes) seguirán como hasta aquí, o sea, “creando y destruyendo pseudo leyes, que por ser siempre de parte, serán siempre a favor de unos y en contra de otros”; por ello, sólo la inteligencia y la generosidad más limpia que exista en cerebros privilegiados, son la esencia para realizar obras duraderas y en beneficio del conjunto de la sociedad que sea en este pobre planeta, siempre regido por “la fuerza de los brutos”.
Y como lo que imperó siempre y sigue imperando, es “la ley del bruto o de la fuerza y no la de la razón”; los resultados siempre serán negativos y si se acentúan los medios que seguimos padeciendo, lo serán cada vez más; hasta que, “rota la cuerda de los aguantes”; la violencia sangrienta de nuevo; y donde los que más padecen y mueren, son los menos culpables… “y los grandes canallas y bandidos y como siempre, ya habrán preparado su huida a tiempo, e igualmente sus cuantiosos botines, para vivir en el exilio con las comodidades de los grandes irresponsables, que siempre; saben eludir todo lo que en realidad merecieran cargar con ello”: Amén.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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