No más Mentiras

Antonio García Fuentes

LAS SATURNALES Y OTRAS PAGANAS FIESTAS

Las “saturnales” y otras paganas fiestas

Se termina volviendo a lo que se practicaba antes de que naciera Cristo; los gobernantes y “las religiones”, fomentaron lo mismo que los denominados “paganos”; cuyos políticos eran “más o menos como los de hoy”; y optaron por dejar a las masas en “su pan y circo”; puesto que a las masas y salvo escasas minorías, se mantenían y se mantienen bien; simplemente, “procurando que llenen sus panzas y puedan practicar con libertad el fornicio, consumir drogas (alcohol y otras) y sobre todo, mantenerlos con el cerebro embotado, para que ni piensen y menos, decidan por sí mismos”.


Los jolgorios que hoy tienen lugar a lo largo y ancho del mundo, sobre “las miles de vírgenes inventadas o las diosas madres, la madre tierra, etc., son los mismos que hace milenios, innumerables pueblos y tribus, celebraban, animados por sus brujos, chamanes, sacerdotes y jefes, que se encargaban de mantener las costumbres, puesto que eran y son, las bases de sus negocios o poder sobre la tierra”; el resto poco importa, ni importaba, al gobernante de cualquier tipo, “material o religioso”.


La diosa madre: es una diosa que sirve como representación de la energía femenina y de la fertilidad. En algunas culturas además es representada como la Madre Tierra, siendo la generosa personificación de la Tierra y de la vida en general. Como tal, no todas las diosas pueden considerarse manifestaciones de la diosa madre. Sus fiestas eran y son, campestres y generalmente cercanas a un santuario o manantial sagrado (la masa tendría sed y necesitaba agua cercana) y se celebraban en primavera, cuando el tiempo es más agradable y “las energías naturalmente se renuevan en todo lo vivo”.


Saturnales
Las Saturnales eran unas importantes festividades romanas. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales. El poeta Catulo la llamó «el mejor de los días».


Saturnalia, en honor de Saturno, fue introducida alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno. Oficialmente se celebraba el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre, con sacrificios y banquete público. En estas fechas se conmemoraba “la venida del nuevo año”, puesto que como ocurre en “la nochebuena de hoy”, es cuando coinciden “la noche más larga y el día más corto, dando paso al nuevo día y año natural, que marca el sol, en “su solsticio” de invierno. Pero esta fiesta era tan apreciada por el pueblo, que de forma no oficial se festejaba a lo largo de siete días, del 17 al 23 de diciembre. Las autoridades estatales se vieron obligadas a atender a la costumbre popular, visto el fracaso que supuso intentar reducir a 3 o 5 días de celebraciones propuestas respectivamente por Augusto y Calígula. A finales del siglo I, las vacaciones judiciales se prolongaron definitivamente a cinco días.


En las fiestas Saturnales, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz. Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales, velas o figurillas de barro) como los que se hacen en la fiesta de la Navidad. Estas fiestas estaban dirigidas por un sacerdote, que cambiaba según el dios al que se le daba culto, el sacerdote se elegía en un colegio de sacerdotes. Los solsticios son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor excursión (declinación astronómica) hacia el norte o el sur relativa al ecuador celestial en la esfera celeste, y la duración del día o de la noche son las máximas del año. Geográficamente, los solsticios son los momentos en los que el Sol alcanza la máxima latitud; norte (+23º 26’) o sur (−23º 26’) con respecto al ecuador terrestre.


Y en cuanto a los excesos de todo tipo; para comprobar ello, no hay más que leer el libro, “El Satiricón” de Petronio; y analizar su contenido; y sobre todo “el banquete y bacanal del denominado, “cena de Trimalción”, aparte que de seguro, casi todo el mundo ha visto, películas “romanas”, reflejando aquella época y sus banquetes, fiestas y bacanales, de las que si no como hoy; pero desenfrenadas y de forma muy similar.


Trimalción es un personaje de la novela romana El Satiricón, escrita por Petronio, y que se remonta al siglo I. Desempeña un papel único en la sección titulada Cena Trimalchionis (El banquete de Trimalción). Trimalción fue, un liberto que a través del trabajo duro y la perseverancia ha alcanzado poder y riqueza enormes. Su nombre completo es Cayo Pompeyo Trimalción Maecenatianus, las referencias a Pompeyo y Mecenas en su nombre, sirven para ilustrar su carácter ostentoso. El nombre de su esposa (Fortunata), fue una antigua esclava y corista. Trimalción es conocido por ofrecer grandes fiestas y cenas, donde sus numerosos sirvientes traen una sucesión de manjares exóticos, tales como aves vivas cocidas en el interior de un cerdo, jabalíes enteros; aves vivas dentro de unos huevos falsos que los invitados tienen que «recoger» ellos mismos y un plato para representar todos los signos del zodíaco. Estos banquetes son similares a los que en esa época ofrecía Nerón, que gobernaba el Imperio en esos días, de allí la inspiración de Petronio. El Satiricón incluye una larga descripción de las propuestas para la tumba de Trimalción, que es muy ostentosa y lujosa. Esta tumba iba a ser diseñada por un conocido constructor de tumbas llamado Habinnas, que era también uno de los juerguistas presentes en el banquete de Trimalción. O sea y resumiendo, es ya la época decadente de un imperio que se forma en la austeridad y disciplina y que muere como todos, en los excesos de todo tipo, en los que uno de los principales, fue el aumento desmedido de unos “ejércitos de empleados y anexos al dinero público, que terminó por agotar todo”.


Lo que ocurre hoy, “en los nuevos y modernos tiempos”… ¿No es muy parecido a lo que ocurriera entonces, donde y por ejemplo, “pones las televisiones, y no te muestran nada más que infinitos cocineros, con ya platos inverosímiles, deporte a mansalva, crímenes y desgracias mil, así como chismes infinitos e infinitas corrupciones; de formación y cultura, están casi totalmente “ayunas”; sigue sin interesar, formar “al actual mono humano”; cuyas aspiraciones en general, son hoy, las mismas que la denominada, “plebe de Roma”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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