Nuevo golpe del régimen de Maduro antes de las urnas

Sicarios de la dictadura chavista secuestran a Juan Pablo Guanipa, símbolo de la oposición venezolana

El arresto del opositor Juan Pablo Guanipa, aliado de María Corina Machado, reaviva el temor y la indignación a escasas horas de las elecciones legislativas y regionales en Venezuela

El opositor Juan Pablo Guanipa con María Corina Machado (1)
El opositor Juan Pablo Guanipa con María Corina Machado. PD

Hoy, 24 de mayo de 2025, Venezuela amanece sumida en una nueva ola de incertidumbre y rabia política.

A tan solo dos días de unas elecciones legislativas y regionales clave, la detención del exdiputado Juan Pablo Guanipa, reconocido aliado de María Corina Machado, ha sacudido la escena opositora y ha encendido alarmas dentro y fuera del país.

El arresto, ejecutado por fuerzas del régimen chavista, se suma a una larga lista de acciones represivas que buscan neutralizar la capacidad movilizadora de la oposición en un contexto electoral que ya arrastraba serias dudas sobre su transparencia y legitimidad.

La captura de Guanipa no es un hecho aislado. Se produce en una atmósfera marcada por la persecución sistemática de líderes críticos con el gobierno de Nicolás Maduro.

Su caso ejemplifica cómo la represión se intensifica a medida que se acercan eventos políticos clave.

El propio Guanipa anticipó su detención con un mensaje grabado donde denunciaba que el régimen «ha decidido aferrarse al poder» pese a la voluntad popular expresada en las urnas.

El gobierno chavista lo acusa formalmente de «terrorismo», «lavado de dinero» e «incitación a la violencia», cargos que la oposición considera infundados y parte de una estrategia para criminalizar toda disidencia.

La batalla por la libertad: María Corina Machado como estandarte

Este episodio no puede entenderse sin el protagonismo constante de María Corina Machado. Su liderazgo ha galvanizado a amplios sectores sociales, convirtiéndola en el principal rostro opositor ante el chavismo. Machado no solo ha denunciado públicamente el secuestro de más de 50 dirigentes políticos, activistas y periodistas en las últimas horas, sino que también ha llamado a mantener la presión interna y externa para recuperar las libertades democráticas en Venezuela.

Machado representa una resistencia tenaz. Desde su exclusión arbitraria como candidata presidencial hasta su presencia en manifestaciones callejeras –muchas veces bajo amenaza directa–, ha mantenido un discurso claro: “La tiranía va a salir y Venezuela va a ser libre”. Su estrategia pasa por articular tanto protestas internas como presión internacional, movilizando a miles dentro y fuera del país.

Un libro reciente, “María Corina Machado: La libertadora de Venezuela”, resalta cómo su figura ha trascendido el ámbito local para convertirse en un símbolo global contra los regímenes autocráticos latinoamericanos. Su capacidad para organizar desde pequeñas células comunitarias hasta grandes plataformas internacionales le ha permitido documentar fraudes electorales e irregularidades que minan aún más la legitimidad del gobierno actual.

Un proceso electoral bajo sospecha

El contexto electoral venezolano actual está marcado por el rechazo frontal de la mayor coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que califica estos comicios como una “farsa” ante la ausencia de garantías mínimas para competir en igualdad. Las detenciones masivas y selectivas, junto al control absoluto sobre instituciones clave –desde el Consejo Nacional Electoral hasta los tribunales– refuerzan esa percepción.

El arresto de figuras como Guanipa no solo busca desarticular estructuras organizativas opositoras sino también sembrar miedo entre simpatizantes y ciudadanos críticos. El propio mensaje póstumo difundido por Guanipa tras su detención subraya esta realidad: “Estoy injustamente preso, pero nunca derrotado… Mi tiempo en resguardo llegó a su fin”.

Las acusaciones oficiales contra él incluyen liderar supuestos actos para boicotear los comicios mediante “acciones terroristas”, una narrativa recurrente utilizada por el chavismo para justificar la represión. Sin embargo, observadores internacionales y ONG denuncian que tales cargos carecen de pruebas sólidas y buscan únicamente frenar el ascenso opositor justo cuando podría traducirse en victorias políticas o simbólicas relevantes.

Impacto nacional e internacional: ¿y ahora qué?

La reacción ante esta nueva ola represiva no se ha hecho esperar. En Venezuela, los sectores opositores intentan reorganizarse pese al acoso constante. Al mismo tiempo, organismos internacionales y gobiernos extranjeros siguen atentos, aunque sus condenas rara vez se traducen en acciones concretas más allá del plano diplomático.

La historia reciente demuestra que cada ciclo electoral bajo el chavismo va acompañado de tácticas similares: detenciones selectivas, campañas de descrédito, restricciones informativas y manipulación institucional. A pesar de todo ello, figuras como María Corina Machado continúan liderando protestas y llamados a no claudicar ante lo que describen como “la última etapa” del régimen.

Para muchos venezolanos dentro y fuera del país, lo sucedido con Juan Pablo Guanipa es una muestra más del alto coste personal que implica resistir al autoritarismo. Pero también refuerza el relato opositor: “No van a poder con el pueblo venezolano”, repiten sus líderes con cada nuevo embate.

Claves para entender el momento actual

  • Detenciones masivas y selectivas refuerzan el clima represivo previo a las urnas.
  • La batalla personal y política de María Corina Machado inspira movilización interna y solidaridad internacional.
  • El proceso electoral carece de garantías reconocidas por actores independientes.
  • La presión internacional se mantiene alta pero sin resultados inmediatos sobre el terreno.
  • La represión podría aumentar tras las elecciones dependiendo del resultado y la respuesta social.

Este 24 de mayo evidencia que Venezuela sigue siendo escenario principal del pulso entre autoritarismo y aspiraciones democráticas en América Latina. El desenlace inmediato es incierto; lo único claro es que ni Guanipa, ni Machado, ni cientos de activistas parecen dispuestos a abandonar una lucha cuyo coste personal solo crece cada día.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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