En pleno verano y con la política nacional en ebullición, Hugo Carvajal, alias El Pollo y exjefe de Contrainteligencia Militar de Venezuela, ha vuelto a sacudir el tablero político español.
Su declaración ante la Audiencia Nacional, respaldada por un informe confidencial, ha reabierto el debate sobre los vínculos financieros entre el régimen de Nicolás Maduro y destacados actores de la izquierda española, incluyendo a Podemos y al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El testimonio de Carvajal no es nuevo pero sí más detallado: según su versión, el chavismo ha mantenido durante años un sistema internacional de financiación opaca para nutrir movimientos afines ideológicamente. Este método, que habría nacido bajo el mandato de Hugo Chávez y continuado con Maduro al frente del Ministerio de Exteriores y después como presidente, se basaría en contratos ficticios, empresas pantalla, comisiones camufladas y pagos canalizados a través de intermediarios, todo ello fuera del radar fiscal y judicial.
Un informe bajo secreto y nombres propios
El documento presentado por Carvajal ante los jueces Joaquín Gadea y Alejandro Abascal describe una red internacional que, según él, sigue operando en la actualidad. Aunque no se han desvelado aún los detalles exactos del informe —bajo secreto de sumario— sí se conoce que señala directamente a dos pesos pesados españoles:
- Podemos: El partido habría mantenido una relación financiera continuada con Venezuela. Aunque no se precisan cifras ni canales concretos en sede judicial, Carvajal ya había señalado anteriormente pagos por valor de más de siete millones de euros a la Fundación CEPS (vinculada al partido), gestionados supuestamente por Juan Carlos Monedero durante el gobierno de Maduro.
- Zapatero: El expresidente socialista habría recibido beneficios económicos como recompensa por su respaldo político al régimen bolivariano. Según la declaración, estos pagos no serían transferencias directas sino participaciones empresariales gestionadas mediante testaferros y que habrían generado ingresos millonarios.
El interés mediático ha sido inmediato. No solo por las implicaciones para el propio Podemos —ya investigado sin éxito judicial en ocasiones anteriores— sino porque esta vez el nombre de Zapatero entra en escena en relación directa con los fondos chavistas. Hasta ahora, ninguna causa judicial ha vinculado formalmente al expresidente con estos cobros, ni siquiera el conocido caso Morodo, que sí demostró el desvío de millones desde la embajada española en Caracas pero nunca implicó directamente a Zapatero.
Estrategia global: del Atlántico a los Andes
La supuesta financiación no se limitaría al ámbito español. Según Carvajal —y como recogen investigaciones paralelas— este sistema también habría llegado a otros países europeos y latinoamericanos. En la lista figuran nombres como Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Néstor Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay), Gustavo Petro (Colombia), entre otros líderes afines al bolivarianismo. Las acusaciones incluyen envíos millonarios —a veces incluso utilizando valijas diplomáticas— aunque muchas no han podido ser probadas judicialmente.
Por ejemplo:
- En Italia se investigó un supuesto envío de 3,5 millones de euros al Movimiento 5 Estrellas.
- En España se habló del uso sistemático de consultoras ficticias para canalizar fondos hacia partidos políticos.
Sin embargo, varios jueces españoles han archivado procedimientos tras considerar que las pruebas aportadas eran inconclusas o se basaban en reproducciones periodísticas poco verificables.
Consecuencias políticas y judiciales: ¿crónica de una tormenta anunciada?
El impacto político es inmediato: las revelaciones llegan en un momento delicado para la izquierda española. Podemos trata de recomponerse tras sus recientes resultados electorales y su liderazgo debilitado; mientras tanto, Zapatero sigue ejerciendo influencia como mediador internacional. Estas acusaciones refuerzan la percepción —especialmente entre sectores críticos— sobre una presunta connivencia entre el chavismo y algunos dirigentes progresistas españoles.
En el plano judicial:
- La investigación sobre estos fondos podría reactivarse si aparecen nuevas pruebas materiales.
- La Fiscalía estudia si existen indicios suficientes para reabrir causas archivadas o abrir procedimientos paralelos.
- El caso Morodo continúa siendo el principal referente sobre cómo operarían estas redes financieras en España.
Como curiosidad, llama la atención cómo este asunto trasciende gobiernos y legislaturas: desde la época del ministro José Bono hasta la reciente comparecencia ante la Audiencia Nacional, los ecos del chavismo resuenan periódicamente en Madrid.
Y para quienes busquen anécdotas: Hugo Carvajal lleva años siendo protagonista tanto dentro como fuera del estrado. Desde sus tiempos como hombre fuerte del espionaje venezolano hasta su disposición actual a colaborar con fiscales estadounidenses en causas por narcotráfico, su figura parece empeñada en seguir alimentando titulares —y quizá algún que otro dolor de cabeza— a políticos españoles.
