Gobierno inepto, pandemia y bicicletas

Gobierno inepto, pandemia y bicicletas

También en la mesetaria y fría Palencia las bicis deberían tener ahora más y mejor futuro, más y mejor apoyo de los ayuntamientos como medio de desplazamiento urbano. Eso que los fríos y cuadriculados centroeuropeos descubrieron hace décadas debería convertirse en algo habitual ahora que el putovirus nos quiere comer por los pies. En bici es fácil guardar las distancias, llegar hasta la puerta de tu destino sin encontrarte a nadie demasiado cerca, a poco que ayude el municipio, y volver a casa sin haber contagiado ni la gripe a nadie. Por cierto, quisiera yo enviar un cordial saludo a aquel que dijo que esto era poco más que una gripe y que en España no pasaríamos de unos pocos casos diagnosticados. Dicho ahora parece que me lo estoy inventado, pero no, esto nos lo dijo una autoridad… sanitaria. ¿Nadie le exige cuentas? …porque sale cada día en televisión a dar doctrina.

Pero estaba con las bicis. Es muy de agradecer el esfuerzo de nuestro moderado y centrado ayuntamiento pintando sobre el asfalto unas bicis muy monas. Y unos patinetes muy monos. Pero esos monos tan monos no apartan a los coches de los ciclistas urbanos; los coches siguen estando ahí y en cualquier momento pueden empotrarnos contra el escaparate más próximo. Yo, que no represento a nadie más que a mí mismo, y a duras penas, quisiera pedir que nuestro ayuntamiento fuese menos moderado, equilibrado y centrista a la hora de tomar medidas. Que se moje, que se involucre, que se deje de medias tintas.  En la estrecha y alargada Palencia la gente huirá de los transportes públicos porque “mire usté cómo tose el de aquel asiento de allá atrás, a saber qué es lo que tiene” y tenderá al vehículo particular. A llenar por tanto calles y callejas, aparcamientos y garajes. A atiborrar los espacios…

Es necesaria una alternativa. Que pasa por separar los vehículos a motor de las bicis como ya lo están de los peatones, no basta con pintar unas marcas sobre el asfalto, marcas que al segundo día nadie ve. Señor alcalde, señor concejal de tráfico y bicicleterío: sepárenos, sepárenos. Por nuestra vida, que… ¿cómo era aquello de la mani feminista? Ah, sí, que “más mata el machismo” decían. Pues eso, sepárenos que más mata el coronavirus excepto si vas en bici, porque vas aislado y no tienes a nadie a quien contagiar. Ah, y vendan el producto, coño, publicítenlo. Anda que no nos hemos gastado perras en promocionar causas bizarras, pues hagan lo mismo, gástense una perras en cantar las alabanzas de trasladarse en bicicleta, pongan aparcamientos seguros y accesibles, promocionen el traslado urbano en bicicleta, no basta con los monos que han pintado, vendan el producto, caramba, estrújense la neurona y aparten autobuses y coches de nosotros.

Porque en bici también se puede ir con mascarilla, además de ir distanciado. Esas mascarillas que antaño no eran necesarias, luego fueron aconsejables y ahora, dos meses después, sesenta días después, 40000 muertos después, son obligatorias, también se pueden llevar en bici. Se deben llevar en bici. Porque vamos a llegar, después de un laaaaargo verano, vamos a llegar al invierno y los ciudadanos tendrán, tendremos, miedo del trasporte público, buscaremos una alternativa y quizá, si somos medianamente conscientes, nos convertiremos en holandeses de la meseta, en belgas o alemanes de Castilla. Si nos pasamos, convenientemente abrigaditos, a la bicicleta, claro. Con otras medidas más, no solo con pintar monos en el asfalto, monos que, permítanme insistir, al segundo día pasarán desapercibidos, por costumbre, porque pasarán a formar parte del paisaje habitual al que no hacemos mayor caso. Señor concejal de trasporte, usted también es concejal de bicicletas y de patinetes eléctricos. O se adelanta usted o llega tarde. Pero, por lo que usted más quiera, apártenos los coches y promocione, gástese unas pesetillas, la bicicleta como trasporte urbano, como si fuésemos teutones, pongo por caso.

Y como veo que aún me queda un minuto permítanme hablarles sobre aquella campaña del preservativo, aquella tan acertada y necesaria del “póntelo, pónselo”. ¿Por qué nos exprimen el bolsillo para pagar campañas ideológicas, sectarias, digamos en “Estudio con perspectiva de género de las vicisitudes machistas de las mascotas femeninas de madres solteras”, que nos cuestan un riñón de nuestros impuestos, y no han hecho una campaña semejante para las mascarillas, estas que ayudan a salvar vidas, estas que impiden o al menos dificultan la expansión del putovirus, estas que primero no servían, que luego eran aconsejables y que ahora 40000 muertos después son obligatorias? Señores del coronavirus, señores que se gastan mis impuestos en conferencias intenacionalistas, interclasistas sobre el sexo… sobre el sexo de los ángeles, gástense lo que consideren oportuno en una campaña que diga “Póntela, pónsela”. Me refiero a la mascarilla, claro. Si es necesario, para que queden ustedes totalitariamente satisfechos impriman en ellas leyendas del tipo “Español, tranquilo, Sánchez está contigo”, pero háganla, coño, háganla, que gastarse nuestro dinero se les da de p… se les da muy bien. Por mí como si quieren llamarlas “mascarilles”, que a ustedes les va mucho la marcha del lenguaje inclusivo.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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