Tengo más años que la orilla’l río así que no muchos de ustedes podrán acordarse de una serie de televisión, americana, por supuesto, que se llamaba Rin Tin Tin y que entretenía mis más infantiles fines de semana. Se trataba de un destacamento del ejército norteamericano del norte ( la redundancia es voluntaria, buscada e intencionada) que vivía en territorio fronterizo. En mi recuerdo los indios eran malos malísimos, que no se dejaban arrebatar sus territorios y riquezas, y los soldados blancos anglosajones eran todos unas almas bondadosísimas que imponían el Bien, su personal Bien, a unos salvajes asilvestrados.
Me pregunto si, además de retirar la estatua de Isabel de Castilla, que tantas leyes en favor de los indios promovió, y de Colón, que nada tuvo que ver con la esclavitud, algún miembro del partido Demócrata de California y estúpido colaborador del movimiento iconoclasta mundial ha cargado contra los guionistas de esta y otras mil series americanas. Por solo hablar de una pequeña parte (sin tocar Hollywood ) de la ficción producida por WASP desde la fundación de los EEUU.
Y luego si alguno tiene todavía ganas hablamos de la vida real, de los soldados que masacraban a tribus enteras o de políticos, también WASP, que las encerraban en reservas. Pero eso, hablar de la vida real, no les gusta, prefieren los gestos de política ficción.