Zoilo
Llueve navidad sobre Palencia y el vendaval barre la ciudad, Zoilo viene a mí y pone su cabeza en mis rodillas. No hace un año que llegó y es todo cariño y dulzura. Me mira, espera y pregunta. Si satisfago sus dudas sale contento y con la cabeza alta. Si no, permanece inquisitivo hasta que una caricia y unas palabras distraen su atención.