Vergonzoso.
No se puede resumir de otra manera el bochornoso encuentro entre Salvador Illa y Carles Puigdemont.
El presidente de la Generalidad y el prófugo de la Justicia se reunieron en la delegación de la Generalidad en Bruselas. La primera cita desde que el socialista llegó a la presidencia de la región.
El encuentro se produjo sin banderas oficiales, a petición del líder de Junts, porque no quería que la bandera de España estuviera presente.
Algunos, como Toni Bolaño, se comieron con patatas el teatro de los dos políticos. En el plató de ‘Espejo Público’ el periodista expresó una visión muy positiva del encuentro a pesar de la imagen del despropósito.

El colaborador consideró que esta reunión supuso “un paso importante”, ya que según él, “Puigdemont aceptó que Illa es el presidente legítimo por mucho que se diga que fue el triunfador”.
Ya que hasta el momento, Puigdemont decía que él era el presidente legítimo, “de alguna manera lo asume todo, volvemos a la normalidad en Cataluña”, recalcó.
Un encuentro polémico
En contraposición a esta visión, Javier Caraballo desmontó el optimismo de su compañero y recalcó que, de nuevo, el prófugo había conseguido salirse con las suyas:
“Es una cuestión de escalafón, vamos a terminar valorando que Puigdemont no rompa puertas y ventanas. La primera mentira de la normalidad es que a una cita a la que va un representante del Estado como es Illa no puedan poner la bandera, ¡pero qué normalidad es esa!”.
También destacó que, el primer mensaje que lanza el Gobierno, es que el que tiene una deuda “se la quitamos”. El segundo, es que aquel que es un delincuente y se fuga, “hay que ir a recibirlo y agasajarlo”.
Sin embargo, Bolaño siguió en sus trece viendo como un éxito que un prófugo ponga de condición quitar la bandera de España.

