Un dislate en toda regla.
El problema es que el despropósito ha sido sufragado por el sufrido contribuyente español.
La movilización de la patrullera ‘Furor‘, que costó nada más y nada menos que 1 millón de euros para que fuese a asistir a los miembros de la flotilla de Ada Colau y ‘Barbie Gaza‘, fue todo un paripé.
En realidad, la intención del Gobierno Sánchez, cual jugador de póker que va de farol al darse cuenta de que no cuenta con una buena mano, nunca fue la de preocuparse por los ocupantes de los barquitos de marras.
Tal y como revela este 21 de octubre de 2025 el digital ‘The Objective‘, Moncloa ordenó a la patrullera que se demorase todo lo posible a la hora de llegar hasta donde se encontraba la flotilla.
De hecho, nada más salir de Cartagena, el mando del ‘Furor’ recibe la instrucción expresa de que aminore la marcha y que no llegase demasiado pronto al encuentro con los activistas propalestinos de ese grupo conformado por cuatro decenas de barcos en los que viajaban 65 españoles.
Otro dato que llamó la atención fue el trato que se dispensó a Ada Colau.

El Ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles, facilitó a capitán de la fragata el número personal de la exalcaldesa de Barcelona, así como del capitán del barco en el que iba Colau y de otra persona que también actuaba como responsable.
Sin embargo, ni la política populista ni nadie de su flotilla decidió contestar a las llamadas que se hicieron desde el ‘Furor’.
Cuando la patrullera española consiguió acercarse al grupo de Colau, ‘Barbie Gaza’ y Greta Thunberg, se llegó a situar a 15 millas de ellas, pero nunca teniendo un contacto visual.
La situación, no obstante, se calentó cuando la flotilla se aproximó a Gaza.
Ahí, el ‘Furor recibió’ una llamada de una oficial israelí que anunció que sus fuerzas militares estaban listas para lanzar la operación de detención a la flotilla sin uso de armas. El capitán lo puso en conocimiento de sus superiores y ahí es cuando ya interviene Moncloa.
Desde el complejo presidencial se llama a Ada Colau para que abortase la misión y se diera media vuelta. Sin embargo, la reacción de la exalcaldesa fue la de negarse en redondo, tal y como contó en TVE:
Mire, usted comprenderá que, si hemos cruzado el Mediterráneo durante un mes, pues ahora no nos vamos a dar la vuelta. Hemos venido aquí para llegar a Gaza y abrir el maldito corredor humanitario. Y si ustedes nos acompañaran con sus fragatas, la italiana, la española… Sería mucho más fácil abrir ese corredor. Yo no creo que Israel se lance ahora a abrir más frentes bélicos, y menos con países europeos.

