CRISIS INTERNA Y POLÉMICA EN EL SOCIALISMO VALENCIANO

Del currículum ‘fake’ de Pilar Bernabé al naufragio a Morant: radiografía de un PSOE valenciano en caída

El PSOE valenciano lidia con el escándalo del currículum de Pilar Bernabé y el rechazo a Diana Morant mientras la oposición afila cuchillos y los votantes observan con escepticismo

Morant, Bernabé y el PSOE en Valencia.
Morant, Bernabé y el PSOE en Valencia. PD

No todos los días se asiste en la política valenciana a una doble tormenta tan perfecta como la que sacude al socialismo autonómico.

Por un lado, el bochorno del currículum fake de Pilar Bernabé —delegada del Gobierno y flamante secretaria del PSPV en Valencia—; por otro, el frío recibimiento interno a Diana Morant, ministra y teórica apuesta de Ferraz para liderar el partido regional.

El resultado: un PSOE valenciano que, lejos de mostrarse fuerte, evidencia grietas que la oposición no ha dudado en explotar. Y todo, aderezado con las redes sociales echando humo y la militancia preguntándose si no será ya hora de cambiar el disco.

En Valencia, algunos cronistas recuerdan cómo antiguos líderes locales presumían también —a veces con cierta laxitud— de títulos o idiomas aprendidos “en la escuela de la vida”.

Y como dato curioso: tras cada escándalo curricular, aumentan las búsquedas sobre cómo obtener certificados académicos… pero también tutoriales sobre cómo borrar datos comprometidos en internet.

Pilar Bernabé y su ‘titulitis’: la chapuza en tiempo real

La historia comenzó como tantas otras: un currículum político que presume títulos universitarios con alegría. Hasta hace dos días, la web oficial del PSOE valenciano presentaba a Pilar Bernabé como “Licenciada en Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual por la Universitat de València”. Sin embargo, tras una investigación periodística —con pantallazos para la posteridad— se descubrió que tales licenciaturas eran más un deseo que una realidad. En cuestión de horas, donde antes había títulos hoy sólo figura que “inició sus estudios”.

¿Error administrativo? ¿Olvido? Bernabé ha achacado el desliz a un fallo del partido y ha preferido cargar contra la “obsesión” del PP con atacarla, sin asomo de disculpa pública. El problema es que no se trata de una errata reciente: ya hace diez años figuraba como licenciada en documentos oficiales del PSPV-PSOE. La excusa pierde fuerza si uno tira de archivo digital o recurre a su perfil en LinkedIn, donde las titulaciones brillan por su ausencia o quedan reducidas a simples “estudios” no finalizados.

La reacción del PSOE fue tan veloz como torpe: actualización exprés de la web y silencio administrativo. Pero los pantallazos ya circulaban por redes sociales y medios digitales. El episodio recuerda otros casos sonados —de Cristina Cifuentes a George Santos— donde inflar méritos académicos acaba en crisis política y descrédito público.

El rechazo a Diana Morant: más madera para el fuego interno

Mientras Bernabé sorteaba preguntas incómodas, otro frente se abría para el socialismo valenciano: el desencuentro con Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación y favorita del aparato federal para encabezar el PSPV tras la debacle electoral. Sin embargo, lejos de celebraciones unitarias, el aterrizaje de Morant en Valencia ha generado recelos entre las bases y cuadros intermedios del partido.

La percepción general es que Ferraz quiere imponer candidata sin contar con los equilibrios internos ni el sentir de la militancia. Un sector importante prefiere caras más arraigadas al territorio o incluso un relevo más profundo tras años de desgaste electoral frente al PP. El descontento no es menor: las agrupaciones locales temen perder autonomía ante una líder vista como ajena o poco conectada con los problemas reales del partido en la Comunitat Valenciana.

Consecuencias políticas: ¿regeneración o prolongación del vía crucis?

El efecto combinado de estos dos episodios puede ser devastador para un PSOE valenciano que ya venía tocado tras las últimas autonómicas. La oposición popular —liderada por Carlos Mazón— aprovecha cada traspié para reforzar su relato sobre la falta de transparencia y ética socialista. Vox tampoco pierde ocasión para exigir responsabilidades y pedir dimisiones.

A nivel interno, el escándalo alimenta voces críticas que reclaman mayor rigor en los procesos internos y menos improvisación desde Madrid. Algunos veteranos recuerdan que ya van demasiadas polémicas seguidas: desde errores en la gestión de emergencias (la famosa DANA) hasta ceses controvertidos y luchas intestinas por el control del aparato.

El coste reputacional se traduce en:

  • Desconfianza ciudadana ante los políticos que exageran o falsean méritos.
  • Sensación de descontrol dentro del partido.
  • Pérdida potencial de apoyos entre votantes indecisos o tradicionalmente fieles al PSOE.
  • Oportunidad dorada para PP y Vox para erosionar aún más la marca socialista local.
  • Dificultad añadida para construir liderazgos sólidos capaces de recuperar terreno electoral.

Por supuesto, internet no ha tardado en hacer leña del árbol caído. Desde montajes humorísticos sobre “titulitis” exprés hasta parodias sobre procesos internos tipo Gran Hermano, las redes han convertido a Bernabé —y al propio partido— en trending topic involuntario.

La rapidez con la que desaparecieron los títulos universitarios de la web oficial ha sido comparada con un sprint olímpico; algunos usuarios bromean con que sólo faltó avisar a Guinness para registrar récord mundial en borrado digital. Otros ironizan sobre si los próximos candidatos socialistas necesitarán pasar por polígrafo antes de publicar su biografía online.

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